Entrevista | Ithaisa Suárez Madre de Yéremi Vargas

«Mi hijo ha sufrido el dolor que se ha vivido en casa por la pérdida de Yéremi»

"Denuncié a mi hijo como una ayuda desesperada para que lo metieran en un centro y lo trataran", asegura sobre su hijo menor de edad

Ithaisa Suárez, madre de Yéremi y Aidan Vargas.

Ithaisa Suárez, madre de Yéremi y Aidan Vargas. / Yaiza Socorro

C. G. A.

Ithaisa Suárez vive un infierno desde la desaparición de su hijo Yéremi Vargas en marzo del 2007. Con ese asunto sin resolver, lucha contra la enfermedad de su hijo Aidan de 17 años, al que ha tenido que denunciar como única vía de escape para que pueda ser ingresado en un centro psiquiátrico. Hace unos días, se vio obligada a hacer un vídeo en TikTok aclarando que su hijo «no es malo ni violento», sino que está enfermo. 

Después del calvario vivido con Yéremi, ahora se ve envuelta en noticias con su otro hijo, Aidan. ¿Cuándo se entera de estos titulares?

Varias personas me habían enviado los enlaces de esas noticias. Yo no había cogido el teléfono porque estaba mala, me vi mal y no quería estar con el teléfono, salía del trabajo y me botaba en mi casa, no podía ver las ropas de mi hijo, es como si estuviera reviviendo la desaparición del hermano. Después le veo y es como si fuera un niño chico porque está siempre diciéndome que le haga cosquillas. Quiere hacerse el valiente pero es pequeño, y él esta enfermo. 

¿Con qué edad empieza a ver que está enfermo?

Desde los 10 años empiezo a ver cambios en él, como si estuviera enfadado con el mundo. Yo acudo millones de veces a urgencias, tengo los informes médicos. Le llevo al psiquiatra, tiene un seguimiento. Él siempre ha estado atendido en todo momento, pero una de las últimas veces se debió de quedar ingresado. Decían que era un niño abandonado en la calle, y cuando yo puse la denuncia fue porque quiero pedir ayuda para poder meter a mi hijo en un centro donde le puedan tratar.

¿Qué comportamientos notaba?

Son cosas muy duras, durísimas que no lo puedo decir. Acudía a tóxicos, se metió en un mundo que no era para él, se iba con gente adulta, desaparecía noches enteras y yo no sabía donde estaba. Yo no podía hacer otra cosa que eso para ayudarle.

¿A qué cree que se deben esos comportamientos? 

A la desaparición de su hermano Yéremi, a todo lo que se mezcló en prensa la última vez con su padre. Él se sentía con ganas de protegernos de la prensa y de todo lo que salía. Empezó a ir para atrás. Te lo juro, Aidan es un niño con un corazón enorme y te lo puede decir cualquiera. Pero tiene un problema, son daños colaterales de una desaparición inquietante. 

¿Cuántos años tenía Aidan cuando desapareció su hermano Yéremi? 

 Trece meses, pero yo me enfermé, y sus primeros pasos me los perdí. Yo no podía verlo y me iba, estuve en salud mental, y el niño siempre estuvo muy apegado a mí. Ha crecido viendo a periodistas y a guardias civiles. Siempre ha sido muy curioso y se ha enterado de todo a pesar de que lo hemos intentado apartar. Son secuelas. Yo sé que se va a curar y estamos haciendo lo que está en nuestra mano para curarle.

¿Cree que ese comportamiento es de defensa hacia sus familiares?

Sí, yo lo que veo es que es un niño que de tanto que quiere a la familia quiere protegernos a todos. Él iba caminando y mirando hacia atrás, parecía que le iba a pasar algo. Ha estado en varios deportes, de hecho es un buen boxeador, le encantan las artes marciales, como a Yéremi, pero se aburría de todo. No había nada que le motivara, tiene una depresión y mi hijo no merece que le saquen en prensa de esa manera. Tiene algo malo que necesita sacar hacia afuera y por eso tiene a personas que le están ayudando. Yo no le denuncié de la manera en que la gente piensa, lo tuve que hacer para que le hicieran caso, porque no estaba bien.

¿Cómo fue el proceso con Aidan? ¿Denunció y ya pudo entrar a cuidados psiquiátricos? 

Su padre y yo acudimos a denunciar porque estábamos de acuerdo en que tenia que estar en cuidados. Presentamos que nuestro hijo no estaba bien y que necesitaba ayuda. No quiero que piensen que mi hijo es malo, sino que esta enfermo.

¿Qué le dicen los médicos?

Ahora mismo está en un centro para menores y de ahí lo llevan a los cuidados. Está teniendo muchos ataques de ansiedad. El otro día tuve una reunión, me dejan verlo poco tiempo y tiene las manos rajadas. Me estoy volviendo loca. Voy del trabajo a mi casa y veo sus cosas y me vengo abajo, no puedo entrar a mi casa. Es como si estuviera pasando por lo mismo que ya pasé. Cuando vi publicada esa noticia dije «no puede ser que tengan a mi hijo como un delincuente». 

¿Pudieron hablar con él antes de tomar la decisión de meterlo en el centro psiquiátrico?

Él no estaba para elegir, estaba fuera de sí. Son daños colaterales que estamos sufriendo. La negatividad está en esta casa y cuando no es una cosa es la otra, y quien tenia que estar encerrado es el Rubio, y no mi hijo con una ansiedad postraumática. 

¿Les han dicho que proceso tienen que seguir cuando cumpla la mayoría de edad? 

Sí, pero espero que antes de lo que cumpla esté recuperado y mejor. Esto me esta quitando la vida, sobre todo cuando llega la noche y él no está aquí. Yo sé que el culpable está en la calle. Por mucho que intentamos disimular, el dolor esta en la casa y eso lo recogen los niños. Vivió una vida que no es normal para un niño de su edad. 

¿Cuándo entró al centro?

Hace dos semanas más o menos. Yo estaba en otro mundo, no había visto nada pero cuando vi en la prensa que el hermano de Yéremi Vargas había sido detenido me volví loca.

¿Cuál fue su reacción al ver esos titulares? 

 Vomité directamente. Me puse malísima, quería hacer algo, tenía cara de espanto. La gente en las redes está muy pendiente a estas cosas. 

¿Ha podido hablar con él en estas dos semanas? 

Sí, pero sólo de vez en cuando y durante diez minutos. Me dice que le saque de ahí, que me necesita. Uno de los días que tenía un ataque de ansiedad le dije que iba a estar fuera y que él sentiría mi coche porque hace ruido, y que aunque no me viese, me sentiría, y lo hizo. 

Decía que todo esto son secuelas por la desaparición de Yéremi. ¿Qué falta de ese tema para llegar a una sentencia?

Lo del instituto de medicina legal para la cianosis, si era perceptible o no, pero yo creo que con todo lo que hay, el Rubio debería estar preso. El esta en la calle, vive en Las Palmas, la gente me dice que lo ve e incluso un programa lo ha sacado en la televisión.

¿Usted lo ha visto?

Gracias a dios no, espero no encontrármelo, porque ha destruido a toda mi familia y ahora que parece que estoy reviviendo lo de atrás más. Me ahogo en mi casa cuando llega la tarde.

¿Qué le dice su hijo Aidan del Rubio?

Yo siempre tuve miedo de que se encontraran de alguna manera, aunque él en eso me obedeció, le dije que respetase, y me decía que vale, que me estuviese tranquila, pero nunca llegaron a encontrarse y si lo hicieron no lo sé.

¿Cree que algún día cumplirá condena?

Sí, lo quiero ver entre rejas y que no salga más nunca. No es venganza, sino justicia. 

Hace mucho tiempo de la desaparición. ¿Cree que se alargue mucho más? 

Creo que se está alargando mas de la cuenta y no sé el motivo. Ya cambiaron de juez que fue el que estaba poniendo trabas. Ahora está la jueza, que ha pedido cosas, cosas que no llegan y no me cuadran. Me parece todo muy extraño. No entiendo que no llegue un papel y no tengan en cuenta las pruebas que ya hay por lo que hizo. Yo estoy cien por cien segura de que fue él, y la guardia civil también. A nosotros no nos cabe duda, y lo peor de todo es que sigue en libertad. 

Si hay tanta seguridad de que fue él incluso por parte de la guardia civil, según afirma, ¿Por qué no está cumpliendo condena?

Eso es lo que me extraña, no sé cual es la suerte que tiene. Él mismo se ha situado aquí, admitió que el coche era el suyo. Nos ha destrozado la vida y hay pruebas de todo. Él habla incluso del color de las gafas del niño, que no salió ni en televisión. Su ex mujer cuenta que estaba obsesionado con el caso de Yéremi. Son muchas cosas y muchas pruebas, no solo ese papel del instituto de medicina legal. El Rubio contó detalles de mi hijo que solo sabíamos los mas cercanos, como que el niño se le quedó de pie a su lado y flácido. Eso no lo sabia nadie, sino nosotros, la familia mas cercana. La semana que desapareció estaba malo, y no le dijimos que el niño se quedaba de esa manera ni a la guardia civil. Se quedaba a veces sin aire y le ponían oxígeno o aerosoles, tenía cianosis. 

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