Día del padre | La importancia de un reparto equilibrado de la atención

«A muchos hombres aún se les resiste la labor de atención y cuidados a los hijos»

Las distracciones con móviles y ordenadores entre progenitores y vástagos perjudica a la comunicación y resta tiempo de calidad entre ellos, según la psicóloga María Luz Trabaue

Un hijo y un padre caminan de la mano. | |

Un hijo y un padre caminan de la mano. | | / Andrés Gutiérrez

La figura del padre, hoy como hace siglos, resulta fundamental en el desarrollo psicológico y emocional de los hijos. Exactamente igual que el de la madre. En las últimas décadas, la sociedad, las familias y la paternidad supuestamente han evolucionado de forma favorable, en unos casos, pero no tanto en otros. Las psicólogas consultadas explican que los roles de cuidado y atención a los niños siguen recayendo, de forma mayoritaria, en las mujeres. Y después está la forma de aprovechar o no el tiempo, hora a hora, con los pequeños.

María Luz Trabaue Jáber, psicóloga sanitaria experta en Psicología Educativa, opina que la implicación de los padres es clave, pues los hijos necesitan de los referentes de las dos figuras, con independencia del sexo de ambos. Un factor clave es que ambos progenitores, aunque alguno de ellos pase menos tiempo en el hogar o estén separados, establezcan pautas comunes en el estilo educativo. El objetivo es impedir que uno le impida hacer casi todo y el otro se lo permita todo.

Algunos de los elementos importantes para ser un buen padre son «dar cariño», así como «ofrecer tiempo de calidad» a los hijos. Tabraue aclara que «muchas veces se piensa que, por estar en casa, ya se está con los hijos, y no es así; lo importante es jugar, hablar o salir con ellos, prestándoles atención». Y hacerles preguntas a los menores como: «¿qué has hecho hoy?, ¿con quién has jugado?» ayudan a favorecer la comunicación, así como que el adulto, con las palabras adecuadas, cuente algo similar al niño.

Para esta especialista, es muy relevante para ser padre establecer normas y que estas se cumplan, así como que el menor sea consciente de las consecuencias de cumplirlas o no. En el lado opuesto, no es saludable que uno de los progenitores le diga al pequeño, «cuando venga tu madre, que no se entere que te he dejado hacer esto», pues así lo único que se obtiene es una manipulación para que «te quiera más a ti», señala la psicóloga. Pero, a la larga, eso resulta pernicioso para el propio hijo y la familia, en general.

Señala Trabaue Jáver que «estamos notamos un exceso de permisividad, que se convierte en negligencia, al dejar a los niños solos en las redes sociales a edades muy tempranas. Matiza que, por un lado, ellos no son capaces de diferenciar una broma de un hecho real. Así llega a haber casos, en que los pequeños crecen con la idea de que, tras un accidente mortal en un vehículo o un asesinato con un arma blanca, existe la resurrección de las víctimas, «porque así lo han visto en los videojuegos», aclara la psicóloga. Dice que no es extraño ver en un restaurante, por ejemplo, a cuatro niños sentados juntos, pero cada uno jugando con su móvil. Para que los padres estén comiendo tranquilos, apunta la experta, que añade que «eso tiene consecuencias, como la falta de habilidades sociales y en ellos mismos, en su salud mental». Y, desde luego, eso no se corrige si en un sillón el padre consulta de forma constante un móvil y su hija o hijo, otro, sin hablar apenas. En la vorágine del trabajo y la casa, llega un momento en que los menores «llegan a molestar», explica Trabaue.

Sobre la muestra de cariño y cuidados, señala que los hombres están influidos por dos factores. Uno es el conjunto de prejuicios sobre el carácter menos sensible del hombre, que en parte se reduce, pero todavía se mantiene. Y el otro es la comodidad que supone dejar que la mayor parte de la atención, el cuidado y la dedicación sea asumido por la figura femenina. El resultado es que el principal vínculo se crea con la madre. Y no vale la idea errónea de que «cuando sea mayor lo enseñaré a ser un hombre», matiza la psicóloga.

Para mejorar la labor de los padres y las madres, Trabaue defiende la importancia de que exista en los colegios e institutos la figura del psicólogo educativo que trabajen con el conjunto de las familias que lo requieran. Esta es una de las posibles ayudas para afrontar el reto de la paternidad, pero donde el objetivo principal sea el bienestar del menor, que también redunda en la estabilidad de los progenitores.

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