La igualdad en los cuidados agita la gran marea malva

Más de seis mil personas reclaman en la capital tinerfeña un sistema más justo

Verónica Pavés

Verónica Pavés

En la santacrucera plaza Weyler se congrega una multitud radiante, expectante y animada. Mujeres y hombres charlan, se abrazan y ríen sin poner atención en el género con el que se identifican, su condición sexual, su raza o sus ideas. Es un día de alegría. Una jornada en la que se celebran los hitos del feminismo al tiempo que se reivindica un cambio social ineludible. Aquel basado en un feminismo que consiga erradicar la violencia, la discriminación y la precariedad. Este año, sin embargo, hay un motivo que la lucha feminista abandera incluso con más empeño que en años anteriores: poner fin a la prisión silenciosa de los cuidados.

La unión hace a la fuerza y quienes secundaron las más de seis mil personas que se manifestaron en la tarde de ayer en Santa Cruz de Tenerife en conmemoración del Día Internacional a Mujer, no sólo lo sabían, si no que se esforzaron por defenderlo. Ataviados con camisas malva y amarillas miles de tinerfeñas y tinerfeños recorrieron ayer, desde la céntrica Plaza Weyler, las calles de Santa Cruz al ritmo de los tambores, los pitos y consigas feministas. «¡No son muertes, son asesinatos!», gritan a unísono con el puño en alto y alzando sus pancartas para que su mensaje no pase desapercibido.

En los cartones se pueden leer frases que evocan las múltiples luchas del feminismo, que van desde el fin de la violencia hasta el cuidado del medio ambiente, pasando por la trata y la igualdad de oportunidades laborales. «El porno es la teoría, la violación es la práctica», reza uno de esos cartones en referencia a la violencia sexual estructural que los hombres ejercen sobre las mujeres. A la libertad sexual también hace referencia la cartulina que señala: «Mi sexualidad no es para tu consumo». Los abusos sexuales en Canarias han aumentado. Entre enero y marzo de 2022 se denunciaron en Canarias 23.658 infracciones penales, un 22,5% con respecto a 2021. En diciembre del año pasado se advirtió, además, un aumento «significativo» (del 88%) en los delitos relacionados con la libertad sexual a través de redes sociales entre los menores.

La igualdad en los cuidados agita la gran marea malva

La igualdad en los cuidados agita la gran marea malva / Verónica Pavés

La cita se ha convertido en una tradición a la que cada año se unen miles de mujeres y hombres de todas las clases y edades, procedentes de todos los rincones de la isla. «Queríamos venir desde hace tiempo», afirman sin esconder su emoción las hermanas Carla y Catalina Herrera, mientras observan desde una esquina cómo se va concentrando la multitud en la plaza Weyler. Parecen pocos, pero el goteo es incesante. Al final son miles las que se unen a recorrer las calles en favor del feminismo. «Me parece muy bonito que nos unamos todos por un mismo propósito», afirma Catalina Herrera.

En esta manifestación no existe separación ni segregación. La asociación convocante, Plataforma Feminista 8M Tenerife, ha tratado de huir de las voces que tratan de desmembrar el movimiento. «Por mucho que haya temas que no estemos de acuerdo, debemos unirnos por aquello en lo que sí lo estamos», resalta Ana Hernández, portavoz de la Plataforma Feminista 8M Tenerife.

Por ello en su manifiesto abordan todo tipo de conductas machistas que sufren todas las mujeres, sin excepción. «No creo que nadie se oponga a regular los cuidados y mejorar la corresponsabilidad, a conseguir la igualdad económica y que no se vulneren los derechos humanos», insiste. Lo mismo ha ocurrido en las manifestaciones celebradas en otras islas. Canarias se diferencia así de lo que ha ocurrido en ciudades como Madrid, donde las distintas plataformas convocaron dos manifestaciones diferentes.

La igualdad en los cuidados agita la gran marea malva

La igualdad en los cuidados agita la gran marea malva / Verónica Pavés

En las premisas del encuentro tinerfeño, al contrario, caben todas las mujeres: «racializadas, trans, mayores, gordas, pobres, locas y con discapacidad». También a los hombres, aliados indispensables para transformar «la sociedad y el planeta», tal y como rezó ayer el manifiesto de la Plataforma Feminista 8M Tenerife, organizadora del encuentro.

«El feminismo no va de género y el machismo también afecta a muchos hombres», explica Héctor Hernández que ha acudido a la manifestación acompañado de tres amigas, Irene Marrero, Alba Rodríguez y Claudia Gutiérrez. «Lo que pasa es que la gente está confundida, creen que el feminismo es el empoderamiento de las mujeres sobre los hombres y no es así», continúa. Sus compañeras secundan sus palabras. «Aquí no se trata de quitar a nadie, si no beneficiar a todos», insiste Irene Marrero, que se muestra reivindicativa: «Hoy me parece que debemos alzar la voz y abrir los ojos que el silencio hace mucho daño».

Pese a organizar la jornada, la Plataforma Feminista 8M Tenerife no fue la única asociación que abanderó la lucha feminista en Tenerife. Participaron también otras asociaciones feministas y LGTBIQ+, como Diversas; colectivos sociales (Ecofeministas o Anticapitalistas) y organizaciones sindicales y partidos políticos. Con el propósito de integrar las luchas de todas las mujeres para conseguir la igualdad efectiva.

No obstante, una de las organizaciones que logró una mayor asistencia fue la Asociación de Cuidadoras/es, Familiares y Amigos/as de Personas con Dependencia, Alzheimer y otras Demencias (Acufade). Portando camisas amarillas, los miembros de este colectivo destacaban entre el gentío. Su petición es quizás una de las más importantes de la jornada y uno de los pilares sobre los que se sustenta la lucha feminista de este año: los cuidados.

«Estamos en plena revolución de los cuidados, hablamos de un ámbito que no se ha regulado y que recae sobre la salud y la libertad de las mujeres, llegando a esclavizar al colectivo», resume Elena Felipe, directora de Acufade. Para visibilizar la prisión en la que se encuentran las mujeres cuidadoras, Acufade portó dos grandes «cárceles» de goma espuma que portaron a cuestas durante todo el camino. «Estamos condenadas a cuidar, la sociedad te exige hipotecar tu vida para hacerlo», insiste Felipe. El 79,8% de las personas que cuidan en Canarias son mujeres y el 80% de ellas lo hacen por obligación.

A raíz del conflicto armado entre Ucrania y Rusia, este año ls¡a lucha feminista también ha abordado el daño de la guerra para el mundo y las mujeres. Consideran que la «lógica belicista» sobre la que se sustenta «destruye y oprime» e instan a acabar con esta escalada de violencia a través de una visión más feminista del mundo.

Entre vítores y cánticos reivindicativos mujeres y hombres exigieron por estos y otros tantos motivos –entre los que destacaron el racismo, la trata sexual, los asesinatos machistas, el cambio climático, la explotación laboral– un cambio de modelo social y económico, que abandone el capitalismo, integre a las mujeres de manera igualitaria en el mercado laboral, abogue por la corresponsabilidad de los cuidados y cuide de nuestro entorno cercano y del planeta.

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