La memoria que guarda el carboncillo

Gervasio A. Cabrera expone ‘Casi negro’, que conmemora los cuatro años del Desván Blanco

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

El Espacio Cultural Desván Blanco cumple cuatro años y lo hace con la muestra ‘Casi negro’, de Gervasio A. Cabrera. Las visitas se pueden concertar con petición previa de lunes a viernes.

El espacio expositivo Desván Blanco cumple cuatro años y para celebrarlo acaba de inaugurar la muestra de Gervasio A. Cabrera Casi negro, que podrá visitarse hasta el próximo 10 de febrero. Esta galería ubicada en la Vuelta de los Pájaros, en Santa Cruz de Tenerife, y dirigida por el escultor, gestor cultural y profesor de la Facultad de Bellas Artes de la ULL, Román Hernández, recibe la primera muestra individual del artista multidisciplinar después de que hace pocos meses participara en la exposición colectiva Memento Mori. En esta ocasión, Cabrera llega con dos series en las que los dibujos realizados desde el año 2015 y hasta la actualidad son los protagonistas.

En palabras del creador, «le hemos dado una vuelta de tuerca a la obra». Para ello, han sido seleccionados varios de los trabajos que Cabrera realizó entre 2015 y 2017 para dos periódicos digitales de Canarias. Se trata de una tira irónica sobre diferentes temas y tras su publicación en internet, el autor siempre había querido realizar algún otro trabajo con ella. Esa oportunidad surge ahora de la mano de Román Hernández con esta exposición. La segunda parte de la muestra está compuesta por dibujos realizados a carboncillo donde el público podrá adivinar los contornos de personas, árboles o simples formas «que no se sabe si aparecen o desaparecen sobre el papel». En total, el público visitante podrá contemplar alrededor de una veintena de obras.

«La riqueza de la cultura radica en que cada uno tiene su propia opinión sobre una misma pieza»

Gervasio A. Cabrera

— Artista

La soledad, la tranquilidad o la memoria son algunos de los temas que aborda Gervasio A. Cabrera en estas piezas cuyo mensaje, no obstante, está totalmente abierto a la opinión del público. «Es algo con lo que me gusta jugar en cada una de mis exposiciones, porque me gusta que el público saque sus propias conclusiones. Es algo enriquecedor», afirma el autor quien añade que ya ha podido conocer la opinión de algunos de los visitantes que han acudido al Desván Blanco los últimos días.

Aunque hay gente que considera que algunas de las imágenes puede ofrecer una sensación de terror, el autor afirma que ese no ha sido su objetivo puesto que a él le trasmiten tranquilidad. Cabrera afirma que «la riqueza de la cultura radica en que cada persona tiene su propia opinión sobre una misma obra, y que tiene diferentes lenguajes». En este sentido, reconoce que «el artista debe ser egoísta porque uno trabaja para sí mismo. Yo pongo las tripas sobre la mesa y muestro lo que siento, pero cuando eso se saca de contexto al público le puede llegar otro mensaje». Y a pesar de todo ello reconoce que lo importante es «llegar a causar sensaciones en la gente».

«Me gusta que el público saque sus propias conclusiones de mis obras»

Gervasio A. Cabrera

— Artista

«Lo peor que le puede ocurrir a un artista es que una persona solo diga de su obra que es ‘bonita’, sin más, porque yo lo que quiero lograr es que el público reflexione», indica Cabrera, quien se muestra totalmente «en contra de la prisa, que es un mal que nos invade». Por todo ello, celebra la oportunidad que le ofrece Desván Blanco de compartir cada una de las visitas con el público asistente porque eso no solo le permite explicar su obra sino también caer en detalles que le habían desapercibidos. «Hay que animar a la gente a que rompa las barreras de comunicación con el artista», concluye el autor tinerfeño.

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