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Prepararse una oposición: así lo llevan los aspirantes a maestros

Ocho docentes cuentan cómo se enfrentan a las pruebas para obtener una plaza en el sistema de educación pública

Un instante de las últimas oposiciones de Educación en Canarias, el pasado mes de junio. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ El Día

Faltan dos semanas para que 10.389 aspirantes se enfrenten a las pruebas del procedimiento selectivo de ingreso al Cuerpo de Maestros en Canarias. Todos estos profesionales optan a alguna de las 990 plazas de las ocho especialidades que han sido convocadas en esta oferta pública de empleo (OPE). Se trata de una de las oposiciones para este cuerpo docente más ambiciosas de los últimos años puesto que el Gobierno de Canarias, junto al resto de administraciones públicas del país, afronta ahora los cambios para adaptar los procesos de estabilización del empleo al ámbito educativo a través de la ley aprobada el pasado mes de diciembre en el Congreso de los Diputados para reducir la temporalidad en todo el sector público y que este no supere el 8%.

«Creo que el que persevera triunfa»

Yamilé Paumier. Carsten W. Lauritsen

Yamilé Paumier, profesora en Tacoronte, asegura que la suerte será determinante en el examen

Yamilé Paumier Pérez da clases de Educación Física, actualmente, en el instituto de Los Naranjeros, situado en la localidad tinerfeña de Tacoronte. Con nacionalidad compartida entre Cuba y España, esta docente por vocación lleva 23 de sus 44 años de vida en Tenerife. Metida en las aulas como profesora desde 2017, asegura que las próximas oposiciones son una oportunidad de conseguir la fijeza y una estabilidad en un sector en el que trabaja con auténtica pasión. La suerte será determinante, explicó. “Todo se decidirá cuando saquen del bombo dos de los 25 temas que nos hemos estado preparando”, indicó.

Paumier compagina su faceta laboral con el cuidado de sus dos hijas y su faceta deportiva. Durante años fue atleta y actualmente está vinculada a los filiales del Tenerife CajaCanarias como entrenadora. “Es complicado prepararse para algo así mientras sigues trabajando pero yo siempre digo que el que persevera triunfa», reflexionó. «He impartido varias asignaturas, por ejemplo estuve dando clases en Ciclo de Técnico de Atletismo», recordó.

Además del desarrollo del tema escogido entre los dos que determine la suerte del bombo durante los exámenes, los aspirantes a una plaza pública como profesores tienen que elaborar un supuesto práctico. «Las cosas se han complicado porque, entre otras cosas, la nueva normativa exige ahora cinco años de antigüedad para poder optar a la fijeza», detalló.

Paumier tiene experiencia en este tipo de pruebas. Se presentó al cuerpo de Secundaria en 2017 y consiguió entrar en las listas. Antes también trabajó para Ideco, entidad dependiente del Cabildo de Tenerife. Lleva un año buscando «huecos» hasta debajo de las piedras para poder dedicarle tiempo a sus estudios y llegar a la prueba del día 18 lo mejor preparada posible. «Aprovecho por la tarde y temprano, por la mañana. Todo el tiempo que me queda libre lo empleo en estudiar», concluyó.

«Yo ayudaba en las fiestas de Infantil»

Lluvia Canedo. Juan Carlos Castro

Lluvia Canedo se presenta, «esta vez en serio», a las oposiciones de Educación

«Este mundo me gustaba desde que era pequeña, yo diría que muy pequeña; siempre me apuntaba a ayudar en las fiestas del colegio que se hacían en Infantil y me pasaba el rato con los más pequeños», explica Lluvia Canedo Perdomo, que a sus 29 años se presenta por segunda vez a las oposiciones de este mes de junio. «Por supuesto, muchísimo menos nerviosa que la última vez, porque ahora voy bastante más preparada», revela.

Se presentó por primera vez en 2019, pero «solo con la intención de saber cómo era eso, por hacerme una idea de a lo que nos enfrentamos los que optamos a una plaza pública de maestro», explica, ahora, mucho más convencida de que quiere la estabilidad que da aprobar una oposición.

Para Lluvia, que también estudió Pedagogía en Granada, además del grado en Educación, «este proceso de las oposiciones me parece muy complicado». «En realidad, creo que entran a valorar tantos factores y su influencia puede ser tan grande que no veo muy claro cómo puede terminar esto Confío en que bien, pero estoy llena de dudas».

Como la mayoría de sus compañeros de oposición, Lluvia también está compatibilizando el trabajo este curso en un colegio privado en el municipio de Arucas con los estudios de los 25 temas que componen la parte teórica de este examen de oposición. «Por supuesto que es duro, se hace muy complicado llevar bien las dos cosas, pero con un poco de esfuerzo, todo sale», añade la joven.

Lluvia apuesta, firmemente, por la especialidad de Infantil «porque es lo que más me gusta en el mundo, interactuar con los más pequeños, con personitas que empiezan su formación desde el principio y donde tu impronta queda claramente», explica. Sentada durante horas, espera que las jornadas que le quedan de estudio sirvan para su gran objetivo, «porque con mi edad ya empiezan a mirarme de reojo», bromea.

«Mi hobby, el piano, será mi profesión»

Vanessa Hernández. José Carlos Guerra

Vanessa Hernández ha puesto los codos sobre la mesa para superar estos exámenes

Repetidora por segunda vez, Vanessa Hernández Hernández reconoce sentirse muy nerviosa ante la cita del próximo 18 de junio, «porque cuando me presenté en el año 2019 no iba nada preparada, asi que ahora tengo todo el peso del trabajo que he estado haciendo con mi preparadora y las cosas se ven de otra manera».

Nacida en Gran Canaria, el 22 de abril de 1995, esta docente que todavía está trabajando en el Colegio Público de Hoya Andrea, en la capital grancanaria, va a optar a una plaza en la especialidad de Música.

«Durante muchos años, la música ha sido mi hobby», explica, «y ahora lo voy a convertir en parte de mi profesión. Me encantan los niños, me encanta la música y estoy haciendo una apuesta muy importante por sacar adelante estos exámenes y así poder vivir el resto de mi vida haciendo lo que más me gusta».

Como la mayoría de sus compañeros en esta aventura de opositora al mundo de la educación, Vanessa también cree que para hacer un buen trabajo «tienes que tener mucha vocación». Y reconoce que se le está haciendo bastante duro hacer compatible un trabajo por la mañana con el estudio de las oposiciones por la tarde «porque el cansancio, a veces, es mucho y hay que tener mucha voluntad para no elegir el descanso frente al estudio».

Vanessa también se apunta a la idea de que la experiencia que sigue adquiriendo en el mundo laboral, trabajando en un colegio, «va a ser muy importante a la hora de enfrentarte y superar las pruebas que tenemos por delante», puesto que «no es garantía de nada, pero te da un poco más de confianza al saber de lo que eres capaz de hacer o no en el aula».

«Los alumnos son una enorme responsabilidad que se acepta con vocación profesional para que los niños y niñas salgan de los centros con una formación y unas pautas que les permitan ser felices», concluye la opositora.

«Busco mejores condiciones»

Rosa Ana Martínez González. Carsten W. Lauritsen

Rosa Ana Martínez González terminó su carrera en 1999 y trabajó en la concertada trece años

Rosa Ana Martínez González nació en Albacete hace más de 45 años. Es maestra de Enseñanza Primaria con la especialidad de Música. Hace 23 años que terminó su carrera universitaria. Durante trece años trabajó en un centro educativo concertado en el área metropolitana de Tenerife.

Hace tres años que esta docente decidió dar el salto al sistema público de educación y, desde ese momento, da clases como interina. En estos momentos, su puesto de trabajo está en el centro de educación infantil y primaria (CEIP) Granadilla de Abona, junto al instituto más próximo al casco urbano de dicho municipio sureño.

Hasta el momento, Rosa Ana Martínez González se ha presentado a dos oposiciones para entrar como funcionaria en la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. En los próximos días lo intentará de nuevo con todas sus fuerzas.

Esta maestra manifiesta que existe poca estabilidad en el profesorado interino que tenga una antigüedad menor a cinco años. Y revertir esa circunstancia es lo que busca con su presentación a la convocatoria del Ejecutivo autónomo.

Y apunta que las condiciones laborales son mejores en la Educación pública si tienes la condición de funcionaria o funcionario.

Según explica Rosa Ana Martínez, con el nuevo sistema, el principal destino de los maestros interinos se halla en los centros educativos situados en el Sur de Tenerife. Para ella y para otros muchos compañeros de profesión, eso significa tener el puesto de trabajo muy lejos de su domicilio familiar. Por ejemplo, ella vive en el término municipal de La Laguna. En su situación actual, debe esperar cada año a que llegue el mes de julio o agosto para que le asignen su próximo destino. Ahora tiene que compaginar su trabajo con la preparación de los exámenes de la oposición. Un nuevo sacrificio para intentar lograr el objetivo.

«Esta es mi primera oposicion»

Guillermo Martínez Rubio. Carsten W. Lauritsen

Guillermo Martínez Rubio cree que ahora tiene la madurez suficiente para trabajar como maestro

Guillermo Fernández Rubio es natural de San Fernando, en Cádiz. Nació hace 31 años y acabó la carrera universitaria hace una década. Considera que ha llegado a un momento de madurez suficiente, en lo profesional y lo personal, para afrontar la actividad profesional para la que estudió.

Cuando acabó los estudios académicos, se fue a Londres, donde permaneció un año. Allí aprovechó para perfeccionar su inglés. Y también ejerció de profesor auxiliar en un colegio, donde ayudaba al maestro titular a planificar y realizar actividades con los alumnos. Después, regresó a Madrid. Allí trabajó un par de años en una empresa privada como orientador laboral y educador. Y los cuatro ejercicios siguientes estuvo contratado para ejercer como educador social en un programa asistencial de la Comunidad de Madrid. Ayudaba a familias con niños e incluidas en programas de Servicios Sociales.

Empezó a prepararse para intentar trabajar como maestro en la Educación pública en el año 2020, cuando aún seguía en Madrid. Más de un año después, decidió cambiar de aires, pidió una excedencia en su empresa y en agosto del 2021 decidió viajar y establecerse en Tenerife, donde tiene varios amigos. Y donde ha seguido estudiando para opositar. Desde octubre pasado se prepara en la Academia de Anpe.

Guillermo Fernández Rubio comenta que es la primera vez que se presenta a una oposición. Y dedica el 90 por ciento de las mañanas y las tardes a su objetivo. Considera que con poco más de 20 años, cuando acabó su carrera, «estaba muy verde en muchos sentidos». Explica que su trabajo en el ámbito social en Madrid fue una experiencia «muy difícil, fuerte en lo emocional». «Y ya me veía preparado para ejercer de maestro», señala. 

Está a pocos días de afrontar las pruebas con las que conseguir un futuro mejor como docente en las islas.

«Con ocho años ya quería ser maestra»

Esther Sosa Álamo. Carsten W. Laurtisen

Esther Sosa, maestra en La Orotava, prepara sus oposiciones al tiempo que cuida de su suegro

Esther Sosa Álamo es una apasionada de la enseñanza que tiene «el corazón partido» entre las dos islas capitalinas. «Nací en Gran Canaria pero me vine a vivir a Tenerife con 19 años», recordó. Titulada en Turismo y_Magisterio, es un claro ejemplo del desafío al que se enfrentan los mayores de 50 años para poder conseguir una plaza en la enseñanza pública.

Hasta ahora, ha dado clases tanto en la privada como en centros concertados. «He pasado por todos los tipos de ofertas formativas». Por fin, hace unos años, consiguió su sueño de dar clases en el sistema público. Actualmente es tutora y profesora de inglés en el CEIP La Luz, en el municipio tinerfeño de La Orotava.

Se ha presentado a varias pruebas. «En 2009 saqué un 4,97. Lo volví a intentar en 2017 pero se pospusieron. En 2019 conseguí entrar en las listas», enumeró. A sus obligaciones de madre y profesora hay que sumar el hecho de que, durante años, se ha ocupado también de cuidar de sus suegros: Rogelio Botanz ­padre y Natividad Parea de La Hoz, ya fallecida. «Los domingos los empleo, enteros, a preparar las clases de toda la semana y a las cosas de mi casa. Así, entre semana, puedo llegar de trabajar y atender a mi suegro». Para poder estudiar debe robarle horas a su descanso. Además asiste a unas clases de preparación online en las que ha conocido a un grupo «de mujeres increíbles». «Es difícil competir con los chicos y chicas jóvenes que acaban de terminar de estudiar y más tienen tiempo pero nosotros también contamos con otros puntos fuertes como nuestro bagaje», detalló. «Si no lo consigo, al menos me llevo esta experiencia» continuó Sosa, que no se olvida de sus padres, José Sosa y Teresa Álamo, que siempre soñaron con que ella pudiera dar clases y se convirtiera en docente. «Yo tenía ocho años cuando le dije a mi madre que quería ser maestra y yo no sabía que ella quiso serlo y no pudo porque eran diez hermanos», rememoró.

«Es el sueño de mi vida profesional»

Aaron Herrero. José Carlos Guerra

Aaron Herrero Campos busca estabilidad y trabajar con la infancia por «vocación»

Aaron Herrero Campos ya pasó por esta experiencia de las oposiciones el pasado 2019 y ahora repite «porque es la ilusión de mi vida, trabajar con niños». Nacido el 17 de agosto de 1988, siente más incertidumbre que nervios «porque creo que esta prueba, con una parte teórica que si no superas no puedes hacer la práctica, me parece que refleja muy mal los valores que debe tener un profesional de la educación».

Este curso, Aaron está trabajando en el Centro Público Hoya Andrea, «donde estoy disfrutando mucho». También recuerda con una sonrisa el curso pasado, «me destinaron a Fuerteventura, primero en Gran Tarajal y después en Puerto del Rosario», destinos ambos de los que se trae un gran recuerdo. Su experiencia ha sido con niños entre 8 y 10 años «y tengo que decir que me encantan los niños y niñas, son personitas con las que se disfruta a pesar de la gran responsabilidad que significa que te los pongan en las manos para hacer de ellos personas formadas y educadas, a pesar de que, muchas veces, te tienes que estar adaptando a las necesidades específicas de cada uno de ellos».

Aaron Herrero confía en que las previsiones de que la Consejería de Educación modifique la fórmula de las oposiciones en el año 2024 y que la primera prueba no sea eliminatori, sino «que se haga un examen mucho más global de los conocimientos de los profesionales de la Educación y una evaluación más justa, porque me parecería una magnífica idea para mejorar el ámbito educativo».

Otro de los elementos que desconciertan un poco a este opositor y por lo que busca opositar «es por la incertidumbre que genera poder ser destinado a cualquier punto del Archipiélago».

«A mí me llamaron a Fuerteventura de un día para otro», explica, «lo que significa tener que buscar un lugar para vivir, yel desconcierto de un lugar nuevo pero, bueno, todo eso compensa si haces lo que te gusta».

«Me presento por  una promesa»

María Rodríguez. Juan Castro

María Rodríguez compagina su actual trabajo como monitora de mayores con el estudio

María Rodríguez perdió el año pasado a una persona muy cercana que le pidió que se esforzara y sacara las oposiciones. Casi un año después pasa su tiempo libre en una sala de la Biblioteca del Estado, preparando las oposiciones a días vista, «sin muchos nervios, pero con mucha responsabilidad», espera cumplir esa promesa.

Lo que realmente tiene tensa a esta joven, nacida en La Aldea de San Nicolás, en 1993, «será el momento de, en el caso de que apruebe y me den destino en un colegio, enfrentarme a la realidad que significa ponerme al frente de un aula y trabajar con los niños y niñas».

María está trabajando en estos momentos como monitora de actividades en distintos centros para personas mayores y reconoce que esta experiencia laboral «me ha abierto un poco hacia los demás, y creo que me puede servir de mucho si al final me puedo dedicar a lo que quiero, que es trabajar con menores».

María opina que ocuparse de ir fomando a los menores es una tarea muy gratificante, «las personas mayores son un poco más difíciles porque ya tienen opinión formada sobre muchas cosas y a veces no aceptan bien las posiciones contrarias a las suyas».

Esta opositora, que estudió el Grado de Educación, explica que «me presento a estas pruebas no solo por el motivo laboral, sino porque busco una estabilidad profesional que, seguro, me llevará a una estabilidad en el ámbito de lo personal». En este sentido, no quiere darle muchas vueltas al futuro, sino que llegue el día del examen y «hacer lo que pueda».

María defiende su vocación para dar clase y aunque es la primera vez que se presenta a las oposiciones para dar clase en Educación Primaria, reconoce que no es fácil «llevar bien lo de trabajar por la mañana y estudiar por la tarde». «Lo estoy haciendo y la experiencia me servirá mucho para planificar mi futuro en un plazo medio». Confía en poder lograrlo y demostrar su valía profesional.

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