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‘Primer día de clase’ de los antiguos alumnos durante los 55 años de historia del instituto Tomás de Iriarte

Las aulas del segundo centro de bachillerato de Santa Cruz y el primer mixto de Canarias acogió a tantos estudiantes como anécdotas compartidas en medio siglo

De la primera promoción, a la que perteneció Bartolomé Suárez, a alumnos hoy son profesores del IES

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Tenían menos ilusión el primer día de clase que ahora que han vuelto, en algunos casos, después de cincuenta años, casi tantos como desde que abrió sus puertas el instituto Tomás de Iriarte, centro que la comunidad educativa que dirige en la actualidad Vicky Díaz reivindica como el segundo de estas características que entró en funcionamiento en Santa Cruz después del Teobaldo Power, y el primero mixto en toda Canarias, según apunta Ana María Herrera, miembro de la primera promoción, que llegó al centro en 1969.

«En realidad éramos de segundo curso. Llegamos aquí en enero de 1969 y acabamos los estudios en 1974. Esto era la maternidad de la Casa Cuna», recuerda Ana María Herrera, que a la postre estudió magisterio en el Hogar Escuela. «Donde estaban los antiguos quirófanos se estableció la sala de profesores», precisa Pedro López del Rosario, que también cursó en este instituto BUP y COU, haciendo bueno el análisis realizado por el profesorado actual que concluye que cuatro de cada diez santacruceros se formaron en el IES Tomás de Iriarte.

Ana María Herrera, contemporánea de la activista del colectivo Queremos Movernos Ana Mengíbar -también presente en el acto-,  recuerda que a su promoción perteneció Bartolomé García Lorenzo, que murió ametrallado en 1977 por la Policía en su casa en el barrio de Somosierra al ser confundido con Ángel Cabrera El Rubio, un conocido delincuente de la época, sobre todo por el secuestro del tabaquero Eufemiano Fuentes.  

La primera directora del Tomás de Iriarte fue Julia Gil, que militó en el Partido Comunista en la clandestinidad, siendo vicedirector Vicente Cámara, que luego alternaron en los cargos, comparten Ana María Herrera -maestra ya jubilada- y Pedro López del Rosario. Emilio Marrero Feo, Gladys, Blanca y su hermana Luisa, Carlos Berástegui, Luis Feria... son algunos nombres de los primeros claustros de profesores a los que hoy sus alumnos vinculan a la izquierda, en gran parte, que militó en la clandestinidad del tardofranquismo. «Éramos del plan antiguo: estudiábamos de primero a cuarta, y si superábamos una reválida continuábamos a quinto y sexto, donde había otra reválida antes de llegar a COU», precisa Ana María Herrera. «Siempre he dicho que aquella generación de 1969 era estupenda, donde la mayoría de los alumnos sacaba matrícula de honor».

Junto a Pedro López, su esposa Natalia García, quien comenzó a estudiar en el instituto dos años antes que él. En la memoria se diluye el recuerdo de si vivieron la muerte de Franco en el instituto, según Pedro, o el golpe de Estado de 1981, como asegura Natalia. «Era por la tarde y el profesor de Latín me mandó a hacer la declinación y le dije que no tenía la cabeza centrada para ello», apostillla Natalia, que regala anécdotas impensables en la Educación actual. «Doña Mercedes nos mandaba a ir al bar de Luis para que le diera lo de ello», en referencia a una cerveza que acompañaba con una ginebra. Por aquellos tiempos los profesores fumaban en clase, algo que ahora sería inaudito.

«Aquí empecé yo, en primero H», cuenta con emoción Pedro nada más llegar al aula donde comenzó a estudiar. «Doña Mercedes venía dañada y recuerdo cuando me decía que tenía un saro (cero)». Su esposa Natalia, a la que conoció ya fuera del instituto y sin embargo antigua alumna del centro, trae al recuerdo al profesor de Matemáticas Sergio, «al que todos llamábamos Aníbal, el rey de los unos, porque no aprobaba nadie con él». «Veníamos de La Filial número dos; recuerdo que se dividía por masculinos uno y dos», añade Pedro.

Otro de los antiguos alumnos del Tomás de Iriarte -en su caso en los años 1980 y 1981- que secundaron la convocatoria de los 55 años de historia, Javier García, nacido en 1965, miembro del colectivo Las Celias del Carnaval y vinculado durante 38 años al sector turístico, hasta su reciente jubilación en enero pasado, que recordaba que a su promoción perteneció el actual concejal de Cultura de Santa Cruz, Santiago Díaz.

Nacido en 1968 y miembro de la promoción 1982-85, Darío Mesa Martín, concejal en la actualidad por el PP en el Ayuntamiento de Santa Úrsula, que estudió junto a sus hermanos -Silvia, el recordado Héctor y Zayda- en el Tomás de Iriarte. «Vivíamos en la barriada Sindical, en Las Delicias. «Aquí cerca teníamos la iglesia a mano por si no habíamos estudiado», comenta con humor.

Entre los profesores de épocas pasadas, Hermógenes Martín, quien desde 1982 y durante siete cursos impartió Filosofía en el instituto, actividad que alternaba con su labor como párroco del pueblo de El Sobradillo.

Se da la paradoja de que entre el claustro actual del Tomás de Iriarte se encuentran antiguos alumnos, como la vicedirectora Pilar Longares, que fue la encargada de presentar este encuentro de emociones, antes de dar la palabra a la directora del centro desde hace tres cursos, Vicky Díaz, quien admitió que «antes de que se anunciara en las redes ya había trascendido este primer encuentro de promociones del IES, que ojalá se perpetúe en el futuro. Hasta nos dio miedo el alto número que se pudieran llegar a reunir y llegamos a pensar en montar un dispositivo policial», dijo ante centenares de antiguos alumnos que desbordaron el salón de actos, comentario que despertó las risas.

Otro de los presentes, el docente Aarón Moreno, uno de los más inquietos organizadores de este 55 aniversario, que se reencontró con la que fue su jefa de estudios de su época, Rosa Marta... quien no pudo evitar el comentario: «¡No me digas que eres profesor!».

Una radio con mucha historia

Entre los antiguos alumnos, y como perdido buscando a gente de su promoción, Julio Ruiz, hoy periodista currante que integra la Redacción de Deportes de EL DÍA. «Estaba yo en segundo de Bachillerato e integré la primera promoción de Radio Tomás; entre los compañeros pioneros de aquella experiencia, Juanjo Toledo, y también Julio Ossorio, «que llevaba un programa de salsa». «El nuestro era De todo un poco, que tenía la banda sonora de la película Dirty Dancing. Empezamos cuatro y acabamos dos; aunque en la profesión solo sigo yo. Recuerdo que compré un disco de vinilo con efectos especiales, y también adquiríamos otros que luego sorteábamos de aquella manera... pues siempre se lo ganaban chicas, con las que quedábamos para conocerlas». Nacido en 1973, Julio integró la primera promoción del nuevo edificio del instituto.

En la programación de Radio Tomás, espacios como Jazzviría, La Brigada Antisalsa o un programa de música que hacían Marlenne Meneses y Sofía Morell. La emisora, que ocupó un aula anterior a donde luego se trasladó y se habilitó pecera y locutorio, estaba en servicio desde las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche. «Recibíamos llamadas de todas partes, hasta de La Cuesta, aunque no sé el alcalde que tenía», comenta sorprendido aún hoy Julio. «Entonces no había redes sociales; recibíamos cartas....». En la memoria de aquel adolescente que se fraguó el deseo de ser de mayo periodista, el recuerdo de la cuña que grabó Juanjo Toledo para anunciar que entrevistarían en Radio Tomás al mismísimo Xuáncar, un ídolo de los aficionados deportivos desde los años noventa y en la que el entonces joven Juan Toledo utilizaba para concluir el anuncio uno de los latiguillos de Xuáncar: «ahí es nada». Como la historia no solo de Radio Tomás, sino de todas las generaciones que han escrito la historia del instituto Tomás de Iriarte.

El acto comenzó con un pequeño número musical que interpretó Aarón, para proyectar un vídeo antes del recorrido por las aulas, donde llegar a la puerta de los arcos, antiguo acceso, era encontrarse con las raíces del centro.

En el vídeo se pidió a varios miembros de la comunidad que definieran el IES en una palabra: actividad, cambio, convivencia, ilusión, trabajo en equipo, familia, coherencia, familia, compromiso, acogida, sentimiento de pertenencia, innovación. Para la directora, «el Tomás tiene talento»; para cada antiguo alumno, parte de su vida. Miles de vidas en tantos años.