Veinticinco calles de Santa Cruz tendrán cámaras de control de acceso de coches

El Ayuntamiento prevé licitar la activación de la Zona de Bajas Emisiones a finales de octubre

Tráfico en Santa Cruz.

Tráfico en Santa Cruz. / E. D.

Veinticinco calles del centro de la capital tendrán cámaras de control de acceso de vehículos, debido a la implantación en Santa Cruz de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). La Junta de Gobierno del Ayuntamiento aprobó ayer, por un importe de 114.740 euros, el proyecto de ejecución de obra civil, que incluye las actuaciones con las que la ciudad se preparará para la instalación de este nuevo sistema de restricciones al tráfico, como cimentaciones y canalizaciones en las aceras.

Con la aprobación de este proyecto, y según explica el Consistorio chicharrero, se da el último paso para poder licitar la adquisición y colocación de las cámaras en los puntos de control de acceso; la ejecución de la señalización horizontal y vertical, y la activación de la Zona de Bajas Emisiones. En total, la implantación de las restricciones al tráfico en Santa Cruz, es decir, el proyecto global, supondrá una inversión de 1,4 millones. La previsión es que la ejecución de todos estos trabajos, incluida la obra civil previa, salga a concurso público a finales de octubre y que «se adjudique e inicie a principios de 2024».

Calles

En concreto, el Ayuntamiento colocará las cámaras o puntos de control de acceso en las siguientes calles: Ramón y Cajal, Miraflores, Ángel Guimerá, Juan Pablo II, Robayna, Pi y Margall, Viera y Clavijo, Numancia, El Pilar, Santa Rosalía, Vicente Ferrer, San Francisco Javier, San Antonio, San Martín, Pasaje San Pedro, San Fernando, Pintor Teodoro Ríos, El Saludo, San Isidro, República de Honduras, avenida de Anaga, avenida Marítima, Bravo Murillo, Puente Serrador y prolongación de Ramón y Cajal. Algunas de estas vías serán entradas a la ZBE y otras serán salidas. Y en algunos casos, serán puntos de acceso tanto de entrada como de salida.

Se instalarán cámaras específicas para la lectura de matrículas de los vehículos, que se situarán en el perímetro de la Zona de Bajas Emisiones. Éste estará delimitado por las calles Ni Fú Ni Fá, Ramón y Cajal, parte del puente Galcerán, plaza Weyler, Méndez Núñez hasta el Cuartel de Almeyda, barranco de Santos, parte de la Rambla, avenida de Anaga y avenida Marítima hasta el Museo de la Naturaleza y Arqueología.

Las cámaras estarán localizadas en todos los accesos y salidas de la ZBE, las cuales «se encargarán de controlar los vehículos que entran y salen de la zona con restricciones, incluyendo aparcamientos o accesos restringidos a vehículos autorizados». Las cámaras se colocarán en columnas o báculos, que precisan de la construcción de una cimentación en la acera.

La ZBE pasará del espacio restringido actual en el centro de la ciudad, denominado Zona Urban y controlado mediante cámaras, interfonos y pilonas, a una gestión «más automatizada con cámaras de control y plataforma de gestión; con casi 40 controles de acceso; con la reordenación del espacio público, especialmente el ligado al estacionamiento; con la ampliación de zonas para peatones, y con la creación de carriles para vehículos movilidad personal», como patinetes eléctricos.

El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, manifiesta que esta capital, «como no puede ser de otra manera», tiene que afrontar las directrices que marca Europa para las ciudades des de más de 50.000 habitantes, «por lo que debe disponer de la Zona de Bajas Emisiones». «Además, esta actuación se enmarca en nuestra apuesta, desde hace ya bastantes años, de frenar las emisiones CO2, y en nuestras políticas que, de manera transversal, buscan aminorar la huella de carbono», agrega el regidor.

Carlos Tarife, concejal de Proyectos Estratégicos, afirma que el Ayuntamiento debe generar una ciudad moderna y, por lo tanto, comprometida con un diseño en el que el peatón y el comercio de proximidad adquieran protagonismo. «De esta manera, los proyectos estratégicos de Santa Cruz discurren por este camino, con una ciudad que se transforma sin perder su esencia ni sus valores tradicionales», apunta el también primer teniente de alcalde.

Por su parte, Evelyn Alonso, concejala de Movilidad, argumenta que la obligatoriedad europea de disponer de una Zona de Bajas Emisiones debe representar para Santa Cruz una oportunidad para tener, «en el corazón de esta capital», un espacio con una mejor calidad de aire para residentes, visitantes y turistas. «De esta forma, la ciudad mejorará la salud de sus ciudadanos, contribuirá a mitigar los efectos del cambio climático, frenará las emisiones contaminantes y promoverá un transporte sostenible y una movilidad activa», asevera la edil.