Opinión | EL RECORTE

El Politburó Guanche

El Politburó Guanche Nacionalpeperoni considera antisocial que las familias canarias le estén comiendo la tostada a las cadenas hoteleras catalanas

Construcciòn de viviendas en Las Palmas de Gran Canaria.

Construcciòn de viviendas en Las Palmas de Gran Canaria. / Juan Carlos Castro

Hay un fantasma que tras recorrer Europa ha terminado aterrizando en Canarias. El virus del viejo y fracasado modelo de sociedad comunista, que establece la prevalencia de lo público sobre la libertad de los ciudadanos y la existencia de una economía dirigida e intervenida, ha infectado también al Gobierno guanche.

Nuestro país tiene un enorme problema: las administraciones no han construido suficientes viviendas públicas para las personas que las necesitan. Hay ayuntamientos que ofrecen decenas de miles de metros cuadrados para platós de cine, pero cero metros cuadrados para viviendas sociales. Además, la inseguridad de los propietarios, que pasan un calvario para recuperar sus viviendas si un inquilino no les paga, ha incentivado que la gente mantenga sus casas vacías antes de exponerse al riesgo de alquilarlas.

Durante años, muchas familias canarias han destinado sus ahorros al ladrillo. Con la llegada del alquiler vacacional se produjo un hecho maravilloso: la democratización de las rentas del turismo. El dinero que antes sólo se llevaban los hoteles y apartamentos se empezó a repartir con miles de propietarios que ponían sus viviendas en alquiler turístico, participando del negocio. Pero agua que no has de beber, déjala para que la embotellen. Era demasiado bonito para durar.

Para empezar, se acabó el alquiler turístico. El Soviet de Canarias –antes conocido como Gobierno autonómico– ha decidido que ya no se va a poner ni una puñetera vivienda más en alquiler. Dicen que con las 48.000 que hay ya son suficientes. Los dieciséis millones de turistas que se queden mayormente en los hoteles y apartamentos de las grandes empresas godas. Pero todo es por un buen fin, camaradas: es que no hay casas y los alquileres son muy caros. Así pues y ya que ellos no han hecho ni una puñetera vivienda en décadas, se trata de resolver su problema con tu propiedad. Porque la propiedad tiene una función social. Sobre todo la tuya. Por eso te van a apretar las tuercas a base de bien.

Como el mar va a subir –según el Apocalipsis Calentológico– a los que tengan viviendas en la primera línea de costa, que no sean chales de multimillonarios, claro, se les va a quitar la propiedad de sus casas, compensándoles con un permiso de uso de unos treinta años. Sesenta si son buenos. Y a los pocos que aún siguen alquilando pisos en eso que llaman zonas tensionadas (o sea, donde hay muchísima peña y poca vivienda) les van a topar los precios y a impedirles que suban los alquileres más de un 3% este año.

Como verán es una ofensiva en toda regla. El Politburó Guanche Nacionalpeperoni considera antisocial que las familias canarias le estén comiendo la tostada a las cadenas hoteleras catalanas. Y para completar la ofensiva algunos ayuntamientos, que no han hecho una vivienda pública desde que Viriato pastoreaba machorras, van decirle a los ciudadanos a qué precio tienen que alquilar sus propiedades. Y a quién. Porque si se lo alquilas a un señor de Cuenca, estupendo, pero si es un guiri va a ser que no.

Las casas son para ser habitadas. Aunque sea por los fantasmas del comunismo. ¡Adelante camaradas!

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