Opinión
De romería en el Teide
Alguien que nos quería mucho nos regaló el Parque Nacional del Teide. Lo hizo con mimo, con esmerado cuidado y con un afecto de 3.718 metros. El único requisito que nos exigió fue cuidarlo, protegerlo y que jamás lo convirtiéramos en un parque temático para los guiris. Y, en parte, le hicimos caso, pero solo en parte. El Parque Nacional del Teide es una romería constante, un lugar de peregrinación para la farra y el disfrute de todos, desde los más desaprensivos hasta los más responsables, aquí caben todos sin distinción. Hemos sido altamente generosos con una joya de la cual no somos conscientes de su valor económico, paisajístico, etnográfico y social. Para nosotros todo es una romería, y así de bien nos va con el parque más visitado de España, de Europa y el segundo o tercero del mundo. Conos, coladas y cuevas únicas en el planeta conviven con una variedad de fauna y flora de una belleza inigualable, además de la gran cantidad de endemismos canarios y especies exclusivas del parque. Sin embargo, con la romería de cada día ensuciamos caminos, pisamos espacios protegidos, robamos flora autóctona y hasta creo que han rodado parte de una película porno en alguna zona de Las Cañadas. Y encima tenemos que aguantar a los influencers haciendo el tonto en zonas protegidas. Disfrutar de este regalo supone una serie de compromisos que debemos asumir, tal y como le prometimos a aquel genio de la lámpara que nos concedió este deleite para los sentidos. Para empezar la lista de compromisos es fundamental incrementar la calidad de la visita y cobrar algunos servicios. En otros parques nacionales se hace y sus resultados son bastante satisfactorios. No puedes visitar el Parque Nacional del Teide gratis. Recibimos cuatro millones de visitantes al año, con lo que eso podría suponer para el cobro de una tasa a los no residentes que, sin duda, mejoraría la conservación del entorno. No podemos seguir con esta peregrinación, con una romería que está desgastando a nuestro parque y que pide una intervención inmediata para que la joya de España esté más limpia y sea más rentable. He visto excursiones organizadas por alemanes, que salen desde Puerto de la Cruz en la guagua pública, invadiendo espacios protegidos y con elementos no aptos para la visita a un parque de estas características. También los he visto con cervecitas y de fiesta, como si fuera la romería de La Orotava. No puede ser, tenemos que cuidar y cuidarnos mejor. Solo unos datos para comparar: En el Parque Nacional Yellowstone, una entrada para un vehículo de residentes de hasta 15 pasajeros cuesta 35 dólares en temporada alta, y 30 dólares durante la temporada baja. Para los visitantes extranjeros, el precio es de 70 dólares durante todo el año. Si se desea visitar el parque en bicicleta, motocicleta o a pie, los precios son de 20 dólares para los residentes de Estados Unidos y 35 dólares para los no residentes. Igualito que aquí. Mientras tanto, no cuesta nada ser un poco más cívicos y querernos todos un poco mejor. No queremos romerías en El Teide.
@luisfeblesc
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