Opinión

El euskera proactivo de la costa andaluza

Descubierto el texto más antiguo en euskera en una pieza de bronce con forma de mano en Irulegi.

Descubierto el texto más antiguo en euskera en una pieza de bronce con forma de mano en Irulegi. / Aranzadi

Mi hijo y nuera regresan de Tarifa y Bolonia, donde han oído a dos jóvenes hablando euskera, “para llamar la atención”. A la noche llega un amigo vasco de mi hijo, que es ertzaina, y que ha estado 9 días en Conil donde todos los días ha oído hablar euskera. Les gusta distinguirse. Lo que es harto difícil escucharlo por Bilbao y Getxo (en 2 semanas no sé si lo oí una vez) es sumamente fácil en la costa andaluza. Hace un par de años en vuelo de Málaga a Bilbao unas catalanas se hacen oír al embarcar hablando en catalán. Creerían que Bilbao les recibiría en euskera. Ignoraban que allí jamás se ha hablado (desde 1300), y que en esas se sigue. El catalán es una lengua urbana, pero el euskera no. Resulta grotesco y para muchos realmente ofensivo que se hable de pluralismo, diversidad, cuando en territorio español está ejecutándose la más absoluta discriminación y uniformización monolítica, no ya entre idiomas, sino contra los derechos de las personas de hablar en su lengua materna o de elección. A los nazis no les dio por los idiomas por carecer de diversidad idiomática, pero de haberla tenido hubieran obrado igual que los catalanes.

En Euskadi en 40 años se había logrado pasar del 20% al 22% de hablantes. Pero en los últimos 10 años ha bajado el número de hablantes en euskera, se queja el Gobierno vasco. El asunto o meollo no es conocer un idioma sino hablarlo, y es donde se retrocede. Si nos atenemos a Cataluña, rompeolas de todos los progresos, donde el Estado apenas rige y se inhibe de forma mafiosa, la lucha de esa región monoteísta es que se hable el idioma, no que se sepa, eso ya lo han conseguido, lo que no han podido que solo se hable y siempre. Las oleadas disciplinarias y uniformistas, leemos desde hace años, van dirigidos a que se prohíba hablar a niños y jóvenes en castellano, incluso en recreos. No conciben que habiendo logrado forzar la imposición de un idioma no se haya logrado que todos lo hablen y tampoco que el uso del español desaparezca de la vida social. Si un vasco hablando un euskera de compromiso puede sentir (imaginarse) que es reconocido por especial, de máxima singularidad por la costa andaluza, sabe que eso no va a pasar ni en la Costa Azul, bretona o Miami. Pasarían al anonimato e indistinta ajenidad. La aspiración es ser ciudadanos de primera, ser casta superior. Lo ha propuesto Urkullu, dentro de España, pero tratados como la aristocracia de la mejor sangre RH. Como principió todo.

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