Opinión | retiro lo escrito

Racionalizar Gesplan

Unas pocas semanas antes de las elecciones una quincena de entidades colegiales del ámbito de toda Canarias (arquitectos, ingenieros de caminos, canales y puertos, ingenieros de telecomunicaciones, ingenieros agrónomos, ingenieros industriales) firmaban un manifiesto “en defensa del tejido profesional y empresarial canario en la esfera de la arquitectura y las ingenierías”, demandando perentoriamente «la aplicación de la legislación vigente en materia de concursos y adjudicaciones para obras y planeamientos públicos». La firma se llevó a cabo en la sede tinerfeña del Colegio de Arquitectos de Canarias y fue precedida por un discurso de José Ángel Domínguez Anadón, uno de los arquitectos canarios más respetados por sus compañeros. Siguiendo su inveterada costumbre Domínguez Anadón no se mordió la lengua. «Los estudios de arquitectura viven una situación crítica» porque el recurso sistemático de encargar directamente obras y planeamientos a las empresas públicas, sin mediar concursos abiertos a la participación de profesionales y sometidos a exigencia, normativas, económicas y reglamentarias «supone un daño estructural al tejido empresarial, a la calidad y rigor de la arquitectura y a la acumulación de conocimiento en nuestra profesión».

Como es obvio, los colegios adheridos al manifiesto se referían fundamentalmente al papel que ha jugado en los últimos años Gestión y Planteamiento Territorial SA (Gesplan), empresa pública dependiente de la Consejería de Política Territorial. Gesplan fue gestionada en la pasada legislatura por la Agrupación Socialista Gomera y así seguirá siendo hasta el verano de 2027 gracias al apoyo de Casimiro Curbelo al Gobierno de Fernando Clavijo y Manuel Domínguez. A lo largo de los años, pero particularmente del último lustro, Gesplan ha crecido en actividades, presupuestos y plantillas y ahora es un pequeño y siempre hambriento monstruo administrativo. Esta actividad incansable la debe a los ayuntamientos y, últimamente, a algunos cabildos. Los alcaldes y concejales de Urbanismo sufren pánico ante los concursos públicos para diseñar y ejecutar obras o planeamientos. Los concursos son caros, son lentos, exigen a menudo un personal técnico que para muchas corporaciones municipales es insuficiente o inalcanzable, no están exentos de reclamaciones y denuncias que eternizan los procedimientos. La ley permite encargar estos trabajos directamente «a medios propios», y los ayuntamientos han entendido sibilinamente que Gesplan puede ser admitido como un medio propio de la administración pública (aunque una reciente sentencia refuta ese atajo normativo). Gesplan, por lo tanto, recibe directamente los encargos y los asume con su plantilla de arquitectos, aparejadores y, en su caso, ingenieros. A veces subcontrata a estudios o despachos privados. A veces ni eso.

Ningún estudio de arquitectura ni despacho profesional cuenta en el archipiélago con las más de 2.200 personas con las que cuenta Gesplan, que se reconoce a sí misma, con una perfecta tranquilidad de espíritu, como «brazo ejecutor» de las administraciones públicas canarias. Claro que su prosperidad tiene un precio, y es un precio disparatado social, cultural e intelectualmente: la aniquilación a toda mecha de la arquitectura profesional en Canarias y su entramado profesional. Si la aguda y prolongada crisis que estalló en 2008 supuso un golpe terrible para los arquitectos canarios – y para aparejadores e ingenieros de todas las ramas – la competencia desleal y libérrima de Gesplan ha impedido una auténtica recuperación y se ha transformado ya en una amenaza existencial. Peor arquitectura, pérdida de un know how acumulado durante muchas décadas, frustraciones vocacionales, cooptación de técnicos con salarios humildes pero tramposamente seguros. Una cosa es actuar como consultoría pública para las oficinas técnicas municipales y otra acumular millones anuales en contratos con numerosos ayuntamientos. El nuevo Gobierno autonómico debe conocer y reconocer esta situación intolerable y racionalizar y limitar el papel de Gesplan.

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