Opinión

Libros humanos

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Libros humanos

Fue en 2018 cuando la Biblioteca Municipal de San Cristóbal de La Laguna puso en marcha una experiencia novedosa, cual es que un lector, en vez de acudir a una biblioteca a leer una historia, un libro o un relato escrito, oye directamente a otra persona dispuesta a que su historia sea escuchada, por lo que, en este caso, el lector no lee un libro sino que escucha a una persona que se convierte en un libro humano. Para ello a la biblioteca humana, en lugar de lectores, acuden personas (oyentes) dispuestas a escuchar vivencias o relatos de libros humanos.

Tal como hace unos días me contó amablemente Elena Cotarelo, directora de dicha biblioteca de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna, en aquella ocasión se albergó la primera biblioteca humana de Canarias en su Sala Polivalente, participando cinco libros humanos y más de una veintena de lectores oyentes bajo el lema no juzgues a un libro por su portada. El procedimiento consistió en que cada lector se sienta, ya sea solo o acompañado, con un libro humano, que relata su historia durante treinta minutos, de tal manera que los libros humanos se expresan hablando, y los lectores pueden intervenir opinando, preguntando o comentando lo que deseen con toda libertad y espontaneidad.

Con estas sesiones, de lo que se trata es de disminuir la discriminación entre personas, celebrando las diferencias que pueda haber entre ellas, avanzando en la tolerancia y el diálogo con colectivos que tienen diferentes estilos de vida o cultura, por lo que los libros humanos pueden ser personas muy vulnerables, y por ello la organización del evento requiere una cuidadosa planificación.

Una iniciativa que surge en Copenhague, Dinamarca, en el año 2000 según proyecto de Ronni Abergel, con una amplia selección de libros humanos que dio a los lectores oyentes la oportunidad de luchar con sus estereotipos, extendiéndose luego como Librería Humana por más de ochenta países de todo el mundo, habiéndose ensayado en Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia y Canarias, y, tal como opina Elena Cotarelo, «se trata de un momento muy especial en el que se puede dialogar con personas que pensamos que son diferentes a nosotros, pero cuando las tenemos enfrente vemos que no, que no tenemos una etiqueta, con lo que el proyecto pretende eliminar estereotipos y estigmas intentando mejorar la convivencia dentro de una comunidad dotándola de un espacio donde las personas puedan conocer y romper prejuicios».

En otros países los libros humanos han sido personas con VIH, sin hogar, y hasta soldados retirados afectados de estrés postraumático o con graves lesiones corporales que se han ofrecido voluntariamente para relatar sus vivencias. La Biblioteca Municipal de La Laguna detuvo esta actividad en el año 2020 con la llegada de la pandemia, y con posterioridad se han celebrado varios eventos en Gran Canaria.

En la práctica, de lo que se trata es de llegar a una librería humana y tomar prestado por media hora un libro humano que puede ser un expresidiario, exalcohólico, afecto de una discapacidad, ser expolicía, exdrogadicto o trans, y así, en 2019 y 2020 hubo dos encuentros en la Biblioteca Insular de Las Palmas de Gran Canaria y en la de Arucas, con la participación del Instituto de Enseñanza Secundaria Domingo Rivero, con gran éxito de lectores según Gemma del Rosario y Celia Donaire, responsables de la Librería Humana de Gran Canaria, que solo en una cita prestaron 86 libros humanos. Según Celia Donaire, los presidiarios suelen ser muy solicitados por las experiencias que relatan, y por ello generan largas listas de espera.

Con actividades como esta, cuyo propósito es compartir historias personales y no libros, la Biblioteca Municipal de las Palmas de Gran Canaria Josefina de la Torre pretende generar un espacio de diálogo, comunicación, tolerancia y respeto entre las personas, para lo que celebró en enero de este año el 5º Encuentro Biblioteca Humana con el fin de que los libros se conviertan en personas. El objetivo final, aunque muy ambicioso, es «que las bibliotecas humanas estén tan extendidas como las públicas».

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