Opinión | Cantina ilegal

El himno del Carnaval

Imagen de archivo de los carnavales de Tenerife.

Imagen de archivo de los carnavales de Tenerife. / SHUTTERSTOCK

Parece que fue ayer cuando abrí mi Cantina y empecé a despachar como un loco garbanzas de las de mi madre y vino de Ravelo. Y ya estamos disfrutando del martes de carnaval, en lo que viene siendo un híbrido entre tradición, con las actuaciones mañaneras de la FUFA y los Fregolinos en la Plaza del Príncipe, y actualidad, con el coso apoteosis, donde veremos otra vez a los grupos, a las reinas, a los personajes y a las carrozas y coches engalanados de nuestro carnaval actual.

Pero la mañana de hoy es para disfrutarla; incluso los más resacados tienen la oportunidad de acudir a una cita con la historia, pues entre la FUFA y los Fregolinos suman mucho más de cien años en nuestra fiesta; y sobre las doce del mediodía sonará el Santa Cruz en Carnaval, con la solemnidad y elegancia que caracteriza a los herederos del Salón Frégoli, la obra maestra del admirado Agustín Ramos, con una melodía que enamora y una letra para degustar; quizás la letra que mejor define a nuestras carnestolendas. Una obra de arte que en los años ochenta versionara el también maestro Billo Frómeta para que la Billo’s Caracas Boys la convirtiera en la auténtica y más famosa canción del carnaval.

A los románticos del carnaval de antaño nos gustaría que, de una vez por todas, esta composición del ilustre maestro sea declarada la canción oficial de nuestra fiesta, y dejemos de buscar otra que dudo mucho que nos represente tanto como ésta. Es mediodía, las familias disfrutan del paseo, los niños corretean por la plaza, los resacados presumen de gafas de sol y de repente se hace el silencio, un silencio con sabor a tradición porque ya suena, de forma magistral, mucho más que una canción, ya suena el himno del Carnaval.