Opinión | Cantina ilegal

El gran reto

Una de las rondallas participantes en el Carnaval de Santa Cruz.

Una de las rondallas participantes en el Carnaval de Santa Cruz. / Carsten W. Lauritsen

Ya me extrañaba a mi, que lleva mi cantina abierta más de dos semanas, y mi amigo Attabi no había aparecido por aquí. La pena es que no pude hablar mucho con él porque vino, acabado el concurso de Rondallas, con mi negocio a reventar de gente y una escandalera tan grande, que esto parecía el Congreso de los Diputados, con la diferencia de que aquí, cuando se debate, no se falta al respeto.

Me contó que había estado descansando porque la empresa en la que trabaja, Alkur, montó el escenario del recinto en solo nueve días y ya están preparados para el desmontaje, el próximo jueves, una vez Santa Cruz de Tenerife ya tenga reina. Y mientras, montando también el de la Plaza de la Candelaria, escenario central de los actos en la calle. Es una pena el contraste entre el decorado vistoso y llamativo del escenario de la mayoría de los concursos con la sobriedad del de la calle, sin un solo elemento decorativo, salvado por la proyección de imágenes en la pantalla gigante que en él se instala. Qué falta le hace a Santa Cruz ese prometido recinto, en la remodelada Plaza de España, capaz de albergarlo todo.

Desde mi ignorancia, comenté con Attabi, que quizás una solución intermedia sería el diseño de un escenario del que se puedan adaptar determinadas piezas, a modo de decoración, en cualquier otro escenario. Cierto es que para ello solo se dispondría de dos días, entre la Gala y la cabalgata, pero si el del recinto se ha podido montar en nueve, ¿no sería viable montar solo una parte en la Plaza de la Candelaria en tan solo 48 horas? Ahí quedó la idea, que algunos de mis clientes dicen que es una locura, mientras que otros mantienen que sería un gran reto.