Me gusta pensar que la ciudadanía tiene capacidad de distinguir los buenos gobiernos y los buenos liderazgos. Y hacerse preguntas, volverse de alguna forma egoísta y preguntarse si le están funcionando para sus intereses. Si su respuesta no es satisfactoria, nos lleva a ese sentimiento de “no me basta”, como esa canción de India Martínez Dvicio.

“Y no me basta,

porque un amor bonito no se vende ni subasta.

Y aunque te necesito, este cariño se me gasta

Y si te lo repito, es porque aún creo en ti.

Y en mí.

Pero es que no me basta.

Puedo ser tu marioneta, pero estoy perdiendo el hilo.

No seré quien te sujete, porque nunca fue mi estilo”

Hace dos días terminaba la Cumbre Internacional de Innovación y Excelencia Pública celebrada en Ourense. Este encuentro ha sido impulsado por la Diputación de Ourense y la George Washington University, la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones de Gobiernos Locales–Flacma y Eladio Jardón, amigo y director del Instituto Internacional de Marketing y Comunicación. Todo un acontecimiento para el desarrollo de nuevas herramientas y habilidades relacionadas con el buen gobierno y la comunicación. Un exitoso acto planificado de forma h íbrida al que se sumaron 1046 personas de 30 países, 23 expositores y 17 organizaciones internacionales.

Desde allí, les cuento las impresiones y novedades en materia de gestión pública y especialmente de liderazgo político. Del que, según las encuestas realizadas por la Fundación Liderar con Sentido Común de nuestro querido Antonio Sola, las personas, en España, no creen en sus líderes, aunque puedan votar hacia una tendencia u otra. Se ha vuelto al liderazgo puro de las familias, donde los padres se transforman en el centro de nuestros liderazgos.

El discurso que llegará a las personas es el puramente emocional. Y recomiendan que aquellos liderazgos que quieran conectar “deben desarrollar historias con hechos, envueltas en emociones”.

Realmente, yo me pregunto si terminamos de compartir ese concepto de la política puramente emocional. A veces, las personas o determinados cargos públicos parecen que se resistieran a avanzar en el sentido de la emocionalidad. Quizás, una de las razones que lo explique pudiera ser esa interpretación banal que hacemos de la emocionalidad; ese pensamiento, de alguna forma limitante, que nos lleva a darle un valor excesivo o determinante a la racionalidad de nuestros mensajes. Nos lleva a olvidar que cualquier hecho racional es procesado a través de un sentimiento, desatando una emoción que nos impulsa a aceptarlo, a mantenernos igual o a rechazarlo.

Me gustó el pensamiento, el estilo de gestión y la pasión de Susana González, prefecta de la provincia del Guayas; maravillosa provincia de Ecuador bañada por el Pacifico. Esa estrategia diaria que marca su Gobierno de pensamiento, corazón y acción. Levantarse todos los días pensando que te queda un día menos para hacer todo lo que tienes que hacer, te impulsa. El líder político debería vivir desde la posición de lo poco que le va quedando para llevar a cabo su proyecto, más que desde el pensamiento de todo el tiempo que me queda para ejecutar… ¡Es una cuestión de cambio de perspectiva! ¡Grande y especial Susana!

El liderazgo político, y cualquier otro, necesita sentir que puede perder, que hoy puedes perder lo ganado ayer. Y que la sostenibilidad emocional y tu equilibrio personal es la base de ese éxito que quisieras conquistar.

Que el concepto de transparencia nos ha llevado a una costumbre, uso o interpretación errónea. No es tanto contar o exponer la forma en la que lo hago, sino en definir sistemas de evaluación de eso que hago para generar en otros la capacidad de influenciar. Que el gobierno abierto se inicia desde la participación, y no es suficiente con comunicar o informar, sino que la interacción con la ciudadanía se convierte en la base de todo éxito.

Que las competencias, aunque transferidas, cuando afectan a tu ciudad deberían de pertenecer a tu foco de acción. Si un alcalde se encuentra con que a su municipio le afectan asuntos que dependen de otras Administraciones, será necesario que los asuma como propios. La estrategia de señalar a esas otras Administraciones y desentendernos no es rentable; como tampoco provocarán una Marca de Éxito esos líderes con competencias en territorios más amplios que “castigan” a esos municipios de otros colores políticos Si actúas así, estarás haciendo pública la renuncia a la conquista de ese territorio en la próxima elección; de esa ciudadanía a la que difícilmente podrás seducir.

Tradicionalmente, hemos pensado que nuestro éxito estaba sostenido por nuestra imagen, pero ahora sabemos que reside en nuestra identidad. Llévalo a ti, a tu ciudad, a tu región y genera marca.

Y siempre ten en cuenta que la gente “olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará lo que les hiciste sentir”; así son los sentimientos.