La última aparición pública que tuvo la modelo tinerfeña Joana Sanz fue en el estreno del programa De Viernes, de Telecinco, donde la joven rompía su silencio por primera vez en un plató de televisión sobre todo lo que rodea al caso de su todavía marido, el futbolista Dani Alves.

Desde ese entonces, la modelo tinerfeña solo reapareció ante los medios el día en el que tuvo que ir a declarar en el juicio celebrado contra su ex pareja. Sanz explicó en el juicio que, cuando el jugador llegó a casa sobre las cuatro de la madrugada, "olía a alcohol", iba "muy borracho", se chocó contra el armario de la habitación y cayó desplomado en la cama. Ella estaba despierta pero no hablaron "porque en el estado en el que estaba no era posible", aseguró.

Pasado este mal trago, la modelo canaria ha compartido sus sentimientos en redes sociales tras el huracán mediático al que ha tenido que enfrentarse por el juicio a su ex pareja y, además, ha confesado lo duro que es para ella cada vez que pone un pie en Tenerife por los recuerdos que le trae.

La tinerfeña Joana Sanz en una imagen de archivo Europa Press

"Tenerife sigue siendo difícil para mí"

Con un álbum fotográfico de diferentes momentos que ha vivido en las últimas semanas, Joana ha publicado una carta abierta en sus redes sociales.

"Tenerife sigue siendo difícil para mí… Fueron días muy tristes a pesar de que tengo muchas personas que me quieren allí. Me da tristeza no poder ir a tomarme un barraquito con mi madre o llevarla a la playa. No pude aguantar las lágrimas al sumergirme en el mar recordando sus ojos verdes pardo o su risa. Es extraño, pero tenía la sensación de que la corriente del mar me abrazaba" reconoce en la misiva.

"Pasé por Barcelona a besuquear a mis peludos pero los medios de comunicación complican mucho mi paz mental. Me acorralan por fuera de mi casa y hasta se me cayó el teléfono al suelo rompiéndose la pantalla (gracias). Por lo que me fui a Madrid y pude ser un poquito feliz en medio de todo el caos. Gracias a las personas que me levantan del suelo y me recuerdan que no solo hay lágrimas de tristeza", sentencia.