El Archipiélago se convirtió en la avanzadilla de la cocina nipona en España con la apertura en 1967, por parte del recordado señor Sato, del restaurante Fuji en Las Palmas de Gran Canaria, una tendencia que continúa ganando adeptos y hasta ha conquistado los lineales de los supermercados. Las Islas no han sido una excepción y también se han sumado al creciente fenómeno del culto por las hamburguesas.

Más allá de aquellas trágicas imágenes de las batallas que libraban en el Pacífico norteamericanos y japoneses, auténticas carnicerías, como la inhumana devastación que los mortales hongos de las explosiones atómicas sembraron en ciudades como Hiroshima y Nagasaki, poniendo fin a la cruenta Segunda Guerra Mundial, la percepción sobre aquel lejano e incomprendido país del Sol Naciente comenzaría a cambiar con el paso de los años. En buena medida, aquellas series televisivas de animación infantil de los años setenta, caso de Heidi, Mazinger Z o Marco, contribuyeron a dulcificar la visión que se tenía de los orientales.

Por aquel entonces, Canarias mantenía su condición de puerto franco, un privilegio que le permitía ventajas fiscales en la venta de productos como cámaras, relojes y todo tipo de aparatos electrónicos made in Japan, codiciados por peninsulares y extranjeros que se arremolinaban en las tiendas de los indios como moscas atraídas por la miel. Después llegaría el desembarco de coches y motos, vehículos de prestaciones altamente funcionales, con un puñado de marcas que inundaron un mercado ansioso por el cambio. Y, más recientemente, la estética del mundo manga.

La última oleada tiene un evidente sabor gastronómico. Lo cierto es que el Archipiélago se convirtió en la avanzadilla de la cocina nipona en España con la apertura en 1967, por parte del recordado señor Sato, del restaurante Fuji en Las Palmas de Gran Canaria, que se convirtió en lugar de culto para la flota japonesa que faenaba en los caladeros del banco sahariano y tenía su puerto base en el Puerto de La Luz, además de atraer a personalidades de toda el país que aprovechaban su viaje a la Isla para probar aquella cocina tan exótica y diferente.

El cambio de mentalidad de las nuevas generaciones está en la raíz de la eclosión ‘burger’

Sí resulta extraño que aquella gastronomía no se extendiera y que se hubiera tardado tanto tiempo en adoptar la culinaria oriental en las Islas. De hecho, hubo que esperar hasta 2012 para que el establecimiento de fusión de comida japonesa y mediterránea Kabuki, en el Hotel Ritz Carlton Abama en Guía de Isora, en el sur de Tenerife, lograra la estrella Michelin, una tendencia que refrendaría dos años después el restaurante Kazan, en la capital tinerfeña, a día de hoy tristemente perdida. Con todo, aquello supuso una agitación tal que en adelante se ha vivido una auténtica invasión de la cocina japonesa, que también ha traído de la mano la vertiente nikei.

¿Moda, curiosidad?

¿Cuestión de moda, curiosidad, interés? Muchos dietistas aplauden esta corriente –Japón es el país donde habitan las personas más longevas del mundo–, en buena medida porque su cocina es muy saludable, se come con moderación, el aspecto visual y ceremonial predomina sobre la abundancia, escasean las grasas y las pocas que se utilizan son, por lo general, de origen marino y apenas hay dulces. Ahora podemos encontrar cocina preparada en los lineales de los supermercados: bandejas de sushi y sashimi o lomos de atún rojo para tatakis en las pescaderías.

Pero ojo, también entraña sus peligros: el pescado crudo y los pescados de gran tamaño, como sucede con el atún rojo, suponen un riesgo para la salud (anisakis, mercurio, plomo...).

En idéntica línea de progresión se inscribe el denominado boom de las hamburguesas, que hay quien considera un buen ejemplo de cómo los clásicos pueden ser capaces de reinventarse. Desde las especialidades gourmet, con sus combinaciones audaces; las denominadas premium, que ponen el énfasis en la pureza, hasta el concepto smashburger y su técnica distintiva, la hamburguesa ha trascendido de su humilde origen para convertirse en un protagonista destacado en el mundo gastronómico moderno. Canarias no ha sido una excepción y las Islas se han sumado a un fenómeno que mantiene un constante crecimiento.

¿El secreto? Hay quienes subrayan que el cambio de mentalidad de las nuevas generaciones está en la raíz, ligado al carácter atractivo del ambiente que se genera en los burgers –sensación de pertenencia a un colectivo– y la experiencia que ofrecen a los comensales con una amplia variedad de opciones que parece inagotable, tanto si se prefieres una hamburguesa tradicional de carne de ternera, una vegetariana o incluso una vegana, hay una hamburguesería en cada esquina que puede satisfacer cualquier deseo culinario.

David Arauz abre Shibui en el local donde estuvo el Kazan e Icíar Pérez el Moral en Pi y Margall

Esa versatilidad ha sido fundamental para su éxito, ya que el nuevo consumidor busca opciones alimentarias que se adapten a sus gustos y preferencias y, en este sentido, la cuestión de la calidad no es menos importante. Este tipo de hamburguesas, elaboradas con carne de primera y acompañadas de ingredientes frescos y sabrosos, de panes específicos, se han convertido en una opción irresistible para muchos amantes de la comida, que han superado la consideración que hasta entonces se ha tenido sobre este producto, denostado como comida basura.

Paralelamente a esta eclosión popular, también han surgido las conocidas como hamburguesas de autor, elaboradas por chefs de reconocido prestigio que las ofrecen como bocados únicos y creativos, cautivando a los más incondicionales, sea al precio que sea.

¿Y las adoradas estrellas? Pues guiados quizá por estos astros, los Reyes Magos parecen haber traído este año hasta la ciudad de Santa Cruz de Tenerife unos brillantes presentes gastronómicos. De un lado, el chef e Itamae David Arauz, con una ya larga trayectoria en varios de los mejores restaurantes de referencia de la gastronomía japonesa en España: Suntory, Kabuki, Kazan, 99 KŌ Sushi Bar y Zuara Sushi, estos dos últimos con estrella en la Guía Roja, ha abierto Shibui en el mismo local donde en su día estuvo el Kazan. De otro, la herreña Icíar Pérez, tras su exitoso paso –estrella incluida– por Poemas by Hermanos Padrón en el hotel Santa Catalina de Las Palmas, acomete un nuevo proyecto, de nombre Moral, junto a su pareja, Juan Carlos Pérez-Alcalde, en la calle Pi y Margall. Será allá por el mes de marzo.

Tendencias y desafíos para el 2024

Dieta basada en plantas

Lo que se conoce como Plant Based Food es, ni más ni menos, una dieta basada en plantas, ya sea vegana, vegetariana o flexitariana. Se trata de una propuesta que ya lleva años ganando un sólido protagonismo, debido fundamentalmente a razones tanto éticas como también ecológicas. De hecho y, cada vez más, la industria responde con productos de carácter sustitutivo que replican el sabor de aquellos otros de origen animal. Consumir menos carne y más alimentos de origen vegetal se ha consolidado como una tendencia en los últimos años, ligada a salud, bienestar animal y conciencia medioambiental.


Comida más natural

El término natural se asocia, de forma consciente o inconsciente, a lo saludable y lo sostenible, también a una mayor calidad de las materias primas y a la conexión con lo tradicional, como antagonista de lo artificial, un concepto cuajado de connotaciones negativas. El auge de la cocina sana ha dado lugar a la implantación de nuevos métodos de cocción, cada vez más extendidos en restaurantes y hogares. Las clásicas frituras han sido sustituidas por cocciones al horno o al vapor.


Auge de ultraprocesados

La otra cara de la moneda la representa el más que previsible auge de la tendencia contraria: ultraprocesados hasta los límites de lo imaginable. La lista es interminable: chocolatinas, bombones, bollos, caramelos, aperitivos salados, cereales de desayuno, galletas, helados... formados a partir de la unión de otros ultraprocesados que se convierten en ingredientes. A menudo son solo modas pasajeras, pero cada año abundan más. Son baratos, llaman la atención, apelan a la novedad y, además, tienen la publicidad hecha. 


Innovación en la producción

Son los casos de la tecnología in vitro o la fermentación de precisión, técnicas que prometen soluciones para los desafíos actuales que plantea el sistema alimentario, aunque bien es cierto que todavía requieren una mayor aceptación social.


Snacks y ligeros bocados

Una tendencia global es la escalada que han experimentado los picoteos, snacks o aperitivos, esos bocaditos que nos gusta tanto tomar ya sea entre horas y en cualquier parte, incluso en las comidas y en las cenas, a base de alimentos servidos en porciones pequeñas.


Comida de nostalgia

¿Quién no añora os sabores que destilaban las cocinas de la abuela o de la madre? Los aromas y el gusto que rememoran los tiempos de la tierna infancia están entre los protagonistas de una de las principales tendencias gastronómicas. Y esa nostalgia la explotan muchos restaurantes, ofreciendo platos con el apellido de la abuela para así pulsar la fibra más sensible de la clientela. 


Proximidad: kilómetro cero

Otra de las tendencias, la del kilómetro cero -un concepto repetido hasta la saciedad-, está ligada a la cocina de proximidad, es decir, aquella que da prioridad a los ingredientes de temporada y que se relaciona invariablemente con el equilibrio y el cuidado del medio ambiente. Los restaurantes ya llevan un tiempo potenciando este concepto con menús de temporada y este 2024 no va a resultar diferente.


Globalidad, lo multicultural

Frente a tendencias en boga como el acercamiento al producto de temporada y a la cocina de proximidad, también surge el opuesto: la vocación multicultural y transfronteriza. Así, mientras desde administraciones e instituciones se multiplican las campañas sobre los beneficios que supone consumir productos locales, las dinámicas de la globalización nos siguen ofreciendo ingredientes y platos de la otra punta del planeta en apenas un clic. Dos tendencias contradictorias que, sin embargo, convivirán este 2024 entre unos consumidores cuyas decisiones y gustos tienden a ser cada vez más complejas.


Mujeres: figuras del cambio

Las mujeres cocineras se consolidan en la industria alimentaria como unas figuras definitivamente influyentes para el cambio, tanto en aspectos sociales como también ecológicos. Su papel como fundadoras de start ups de comida, comunicadoras de lo gastronómico, especialistas del mundo de la enología, etc. cobrará gran relevancia este año a juicio de los expertos. Ellas abanderan el camino hacia un futuro más sostenible y diverso, abanderando la revolución del sector de la restauración.


Cocina circular y desperdicios

Uno de los retos de la alimentación circular es el de reducir el consumo de materias primas, energía y los residuos de los procesos productivos. La preocupación por el medio ambiente afecta por igual a restauradores, productores, distribuidores y consumidores, de manera que el reaprovechamiento va a convertirse en una constante. Ya no solo se trata de reducir o evitar el desperdicio, sino de darle una nueva vida a los alimentos y hacerlo, además, a partir de un consumo más eficiente.