Elecciones gallegas

Los expertos creen que el BNG debe mantener el foco en las políticas sociales para crecer en Galicia

Tres politólogos coinciden en la dificultad para que sea una fuerza “atrapalotodo”, pero apelan a mantener el estilo Ana Pontón

Pontón, con la Executiva Nacional del BNG detrás.

Pontón, con la Executiva Nacional del BNG detrás. / E. P./A. BALLESTEROS

Daniel Domínguez

Tres voces expertas diferentes y una misma conclusión: el camino emprendido por el BNG desde 2020 y potenciado en la pasada campaña debe marcar los próximos cuatro años para repetir éxito y tratar de pescar algo más de apoyo e intentar alcanzar la Xunta de Galicia.

La cúpula del Bloque, con Ana Pontón a la cabeza, admite la sensación “agridulce” de unos resultados históricos para su formación, que rompió su récord de 19 escaños para ganar otros seis y alcanzar los 25. Pero el desplome socialista y la fortaleza del PP, que solo perdió dos actas y repitió mayoría absoluta, frustró el anhelo del cambio político, que se resiste en Galicia desde 2005. El eje izquierda-derecha apenas se movió, con el PP en el 47% de apoyos.

Pontón pide “ensanchar la base” de su organización, apuntando ayer mismo la necesidad de entrar en el caladero de los populares. Los expertos consideran que el camino para lograr pasa por no tocar lo que funciona, aunque coinciden en la quimera que supondría aspirar a competir con los porcentajes del PP.

“En el caso de Pontón, vimos un ejemplo de manual de americanización de campaña, no solo por la humanización y personalización tan nítida en el protagonismo de su familia y orígenes, sino por esa estrategia de partido atrapalotodo, que busca ejes de posicionamiento en los que existe cierta unanimidad y rehúye los más polémicos. Dado que en comunicación política eso funciona, debe persistir en esa estrategia y seguirla haciendo visible”, apunta Pablo Vázquez, doctor en Comunicación Política y director de Atalaya Comunicación.

Una opinión similar muestra Francisco Seoane, profesor de Comunicación Política en la Universidad Carlos III de Madrid. “Para el BNG es muy difícil ser un partido atrapalotodo, ahí existe un recorrido grande”, indica antes de sostener que el camino a seguir no es aggiornar más el discurso, sino centrarlo en las cuestiones menos polémicas, como las políticas sociales, con más referencias a la sanidad que a la independencia. Justo como ha hecho desde 2020. “Aunque Pontón y Néstor Rego vengan del mismo núcleo, ella simboliza el BNG del futuro, que puede crecer, y Rego es el BNG de nicho, de núcleo de titanio”, ejemplifica sobre la líder y el diputado en el Congreso y uno de los representantes de la línea más dura de la Unión do Povo Galego, la fuerza matriz del Bloque.

En el caso de Pontón, vimos un ejemplo de manual de americanización de campaña, no solo por la humanización y personalización tan nítida en el protagonismo de su familia y orígenes, sino por esa estrategia de partido atrapalotodo, que busca ejes de posicionamiento en los que existe cierta unanimidad y rehúye los más polémicos. Dado que en comunicación política eso funciona, debe persistir en esa estrategia y seguirla haciendo visible

Pablo Vázquez

— Director de Atalaya comunicación

El éxito del BNG se ha basado en captar todo el voto útil de cambio, ganando peso en las ciudades y entre los jóvenes. Según la encuesta de Gesop para FARO, cazaba también el 4,8% de voto del PP y el 43,1% del PSOE.

Pero, ¿cómo puede crecer si parece haberse comido ya al PSdeG más progresista? ¿cómo captar el ala socialista que siente rechazo por el independentismo o al PP menos galleguista sin perder su esencia?

Los expertos consultados creen que cada formación debe realizar sus análisis postelectorales, pero en el caso del BNG debe centrarse en apartar del foco las cuestiones más polémicas. “Tiene que mantener su aggiornamento porque no solo se lo pide su electorado, sino otro electorado de izquierdas huérfano”, apunta Enrique José Varela, profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad de Vigo.

Este también cree que el cambio en Galicia depende del reparto entre izquierda y derecha, por lo que la clave puede ser el crecimiento de un PSdeG que pesque en el caladero del PP más moderado. “A lo mejor no es necesario que el Bloque crezca más, si el PSOE no bajase tanto podrían haber sumado mayoría absoluta. Uno de los problemas no es polarizar el voto en torno a derecha e izquierda, sino a cómo el bloque de izquierdas es capaz de reconfigurar el espacio en el que no haya conflicto y sí cierto entendimiento para lograr la llave de la mayoría”, reflexiona.

¿Y existirá tensión entre la línea discursiva de Pontón y la vieja guardia de la UPG? “Está claro que esa tensión va a seguir ahí”, apunta Varela, aunque cree que “en la medida en que se centren en políticas públicas y no en cuestiones identitarias, el espacio [del BNG] va a seguir ahí”, añade, recordando que ese giro también ha sido dado con éxito por Bildu en Euskadi, donde amenaza con un sorpasso al PNV. Los tres expertos, por cierto, descartan un precio político futuro si el Bloque repite, como es previsible, alianza con Bildu en las europeas.

“Las razones del éxito del BNG son diversas y el soberanismo, por más que esté en el ADN del BNG, no fue en absoluto un eje central de la campaña”, comenta Vázquez, que cree que el éxito del 18-F avala la continuidad iniciada.

Seoane recurre al teórico Daniel Hallin y su teoría de las esferas políticas: la de consenso, la de legítima controversia y la de desviación. “El BNG tendrá que disimular, como hizo en campaña, los aspectos en la esfera de desviación, que son los más independentistas, y ensanchar los de legítima controversia, introduciendo cuestiones como el autogobierno, la energía o la tarifa propia, para que acaben siendo de consenso”, considera.

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