Resaca de la negociación

El Govern de Cataluña niega haber hablado ya con Bolaños pero pide explicaciones por el pacto PSOE-Junts

El conflicto se produce porque el acuerdo alcanzando entre socialistas y posconvergentes afecta de lleno a las competencias del Gobierno catalán

El ministsro Félix Bolaños y la ’consellera’ Laura Vilagrà, en la Generalitat.

El ministsro Félix Bolaños y la ’consellera’ Laura Vilagrà, en la Generalitat. / JOAN CORTADELLAS

Quim Bertomeu

El pacto Junts-PSOE de este miércoles que sirvió para salvar los primeros decretos del Gobierno de Pedro Sánchez no ha sentado bien al Govern de ERC en Catalunya. No tanto por el fondo, del que también tienen dudas, sino sobre todo por las formas. El conflicto se produce porque el acuerdo alcanzando entre socialistas y posconvergentes afecta de lleno a las competencias de la Generalitat -por ejemplo en inmigración-, y desde el ejecutivo catalán aseguran que nadie ha hablado con ellos. Ni los unos, ni los otros.

Fuentes del Govern consultadas por El Periódico de Cataluña, de Prensa Ibérica, explican que este jueves por la mañana la consellera de Presidència, Laura Vilagrà, le ha enviado un mensaje al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, pidiéndole explicaciones por el acuerdo. Son dos interlocutores habituales. Un mensaje para saber los detalles del pacto y para recordarle que es ERC y no Junts quien está el Govern y, por lo tanto, quien tendrá que aplicar el acuerdo.

Según las mismas fuentes, Vilagrà ha obtenido el compromiso de Bolaños de que la Generalitat será informada, pero a las 11.30 horas aún no habían hablado. En consecuencia, en la plaza Sant Jaume siguen esperando a que la Moncloa dé el paso. Tampoco han tenido ningún contacto con Junts, aunque esto no es nada nuevo porque las relaciones entre republicanos y posconvergentes están rotas desde hace meses.

En declaraciones a los periodistas, Vilagrà ha considerado que el pacto entre el PSOE y el partido de Puigdemont es un "compromiso difuso" y sin "ninguna concreción". En la cuestión específica de la inmigración ha llegado a cuestionar que se trate de "ningún traspaso".

Los temas problemáticos

De los seis epígrafes que tiene el acuerdo entre el PSOE y Junts, al menos cuatro tiene impacto directo en la labor de la Generalitat. El caso más evidente es el traspaso de las competencias en inmigración. Actualmente, el Govern tiene un margen muy reducido que se regula en el Estatut, y surge la incertidumbre de qué encaje legal puede tener este traspaso, sobre todo si es integral.

Pero, posiblemente, el punto más conflictivo del acuerdo PSOE-Junts es el que aboga por incentivar el regreso de las empresas que en 2017 movieron su sede social lejos de Catalunya. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, es abiertamente contrario a estos incentivos porque considera que sería tanto como "penalizar" a las compañías que decidieron quedarse en Catalunya pese a lo convulso que era ese momento político. Así, el Govern se ha encontrado con un pacto PSOE-Junts que no comparte -al menos parcialmente-, y del que no ha sido informado pese a que le afecta.

Hay otras aristas del pacto que también tienen incidencia en el Govern, pero se atisban menos problemáticos ya que, si se cumplen, significarían mejores ingresos para la Generalitat. Son aquellos puntos del acuerdo que hablan de mejorar la financiación para la digitalización de la justicia y que el Estado asuma la totalidad del coste de los descuentos y bonificaciones sobre el precio del transporte público.

La "letra pequeña"

Más allá del Govern, Esquerra como partido también ha expresado sus dudas sobre el pacto. Ha sido la número dos de los republicanos en el Congreso, Teresa Jordà, que ha dicho que el pacto PSOE-Junts tiene mucha "letra pequeña" que hay que aclarar. El tema de la inmigración es el principal. En una entrevista con TV3, la diputada ha ironizado que su partido ya tiene "un cierto recorrido" de pactar con el PSOE por lo que sabe que, una vez se ha firmado el acuerdo, luego hay que aplicarlo. Y eso no siempre es fácil.

En cualquier caso, el pacto entre socialistas y posconvergentes de este miércoles abre un nuevo paradigma en Catalunya: Junts ha negociado mejoras competenciales para una Generalitat en la que ya no manda. Es decir, el partido de Carles Puigdemont ha conseguido las competencias en inmigración, pero será ERC quien deberá asumir el reto de aplicar este acuerdo. Si este esquema funcionará, solo lo dirá del tiempo. Lo que sí está claro es que no ha empezado con buen pie.