Entrevista | José Manuel Miñones Conde Ministro de Sanidad

"Si la sanidad pública va mal, la privada también; ambas se requieren"

"En 16 meses, la línea 024 para conductas suicidas ha recibido 152.000 llamadas; ahora hemos incluido un chat para jóvenes"

José Manuel Miñones.

José Manuel Miñones. / Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

José Manuel Miñones Conde (Santiago, 1972) es ministro de Sanidad –actualmente en funciones– desde que el pasado 28 de marzo relevara a Carolina Darias. Licenciado en Farmacia, es doctor en Química Física por la Universidad de Santiago de Compostela con la máxima calificación y premio extraordinario de doctorado. Fue alcalde de Ames (2015- 2021) y, durante dos años, delegado del Gobierno en Galicia. Acaba de estar en Asturias y ha visitado las instalaciones de LA NUEVA ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, donde ha concedido una entrevista a este periódico.

–Hoy se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Su departamento trabaja en este ámbito.

–La salud mental es una prioridad para el Ministerio. Los resultados iniciales del programa de atención a la conducta suicida han sido positivos. Que la comisaria europea de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, haya puesto nuestra línea de atención 024 a la conducta suicida como modelo europeo nos demuestra que estamos en el buen camino. Estamos realizando transferencias económicas a las comunidades de una envergadura histórica. Hemos actualizado la Estrategia de Salud Mental...

–¿Cómo ha funcionado la línea 024?

–En unos 16 meses, la línea de atención a la conducta suicida ha recibido 152.000 llamadas, de las cuales unas 12.000 fueron derivadas al 112 por necesidad de atención urgente porque había un riesgo alto de suicidio. Desde Asturias han sido 1.573 llamadas. Es un volumen muy elevado. Hemos diseñado un proyecto para que sean atendidas por psicólogos directamente. Eran 35 psicólogos y ahora, con la renovación del contrato, lo hemos ampliado a 50. Estamos aprendiendo.

–¿Qué se observa en esas llamadas?

–Que entre los mayores de 60 años el factor más determinante es la soledad, incrementada a raíz de la pandemia de covid. Y en adolescentes el mayor problema es el uso de las redes sociales y la presión a la que se ven sometidos por ellas. La mayor tasa de intentos de suicidio se encuentra entre 40 y 55 años, principalmente debido a trabajo, situaciones familiares...

–¿Qué posibilidades de actuación existen sobre las redes sociales?

–En esta nueva legislatura queremos entrar en lo que es la educación en salud con una visión amplia. Tenemos que proporcionar a los jóvenes herramientas para saber afrontar situaciones de estrés emocional porque no les dan los likes que desean o porque no logran concitar una atención suficiente a través de las redes sociales. Y luego esa intervención, por parte de las administraciones y de las familias, de saber controlar a qué contenidos acceden. En los que son menores de edad, tener ese control necesario; y a los que son mayores de edad, hay que darles las herramientas necesarias para afrontar esas situaciones y, en el caso de que se hayan superado ciertas barreras, darles las herramientas necesarias para poder ser tratados por un psicólogo.

La falta de profesionales es el principal lastre para reducir las listas de espera

–¿Usted sería partidario de una legislación o un pacto social para establecer un umbral de edades a partir del cual un adolescente puede tener un teléfono móvil con internet?

–Nuestra estrategia va más por dar herramientas que por leyes o prohibiciones que sabemos que no funcionan. Pero la actuación tiene que ser conjunta entre todos los países de la Unión Europea porque van a ser soluciones conjuntas a problemáticas que son comunes.

–Han introducido algunas novedades en la línea 024...

–En el 024 acabamos de implantar un canal de chat. Hemos visto que es muy alto el número de adolescentes que tenemos en esas llamadas y confiamos en que más jóvenes se animen a utilizarlo.

–¿La mejora de la salud mental pasa más por tener más psicólogos o dar más medicamentos?

–Tiene una parte de prevención, una parte de actuación y después, cuando ya hemos sobrepasado esos límites, está la atención. Pero la prevención y la lucha contra el estigma son condicionantes que estamos poniendo sobre la mesa. Hay cifras que han abierto los ojos a la sociedad.

–El capital privado está muy interesado en hacer negocios en España en el ámbito de la salud. ¿Significa que el Sistema Nacional de Salud está fracasando?

–Evidentemente, tenemos una sanidad pública que viene tensionada desde la pandemia de covid, y resolver esa situación va a requerir de tiempo. La falta de profesionales sanitarios es el principal lastre en el caso de las listas de espera. Por lo tanto, ahí es donde actuamos desde el Ministerio.

–Hay más oferta MIR.

–Así es. Ahora más que nunca tenemos ofertas de formación sanitaria acordes a las necesidades del futuro. Pero hay que pensar que, para los médicos, son medidas a once años y para la enfermería, a seis, por la duración de la formación. Acabamos de sacar una oferta de formación sanitaria para el año próximo con 11.607 plazas, y hace diez años hablábamos de 6.500. Es decir, han aumentado casi un 50 por ciento. Si hace cinco años se hubiesen sacado estas 11.600 plazas, hoy tendríamos menos problemas.

Nuestra estrategia para las redes sociales va más por dar herramientas que por leyes o prohibiciones que sabemos que no funcionan

–¿Quiere decir que la lista de espera es una consecuencia de la escasez de médicos?

–Es una de las causas, no la única. Está la falta de profesionales sanitarios; está la organización, que depende de las comunidades autónomas, que son las que tienen las competencias y las que tienen que potenciar un cambio en el sistema sanitario, principalmente en la Atención Primaria. Nosotros trataremos de ayudarlas en la medida lo posible. Les hemos dado 750 millones de euros para equipamiento clínico, una cuantía que nunca se habían puesto encima de la mesa de las comunidades autónomas. Hay que cambiar el formato de la autonomía de gestión de los propios centros de salud para que sean equipos multidisciplinares. Es un debate que debemos extender a lo largo de esta legislatura.

–¿A usted le gustaría tener unas competencias más centralizadas para poder hacer algo que realmente repercutiera de manera homogénea en todo el territorio?

–Lo estamos consiguiendo sin necesidad de tener esas competencias. A los hechos me remito. Sobre todo a raíz de la pandemia, todas las comunidades autónomas miraron al Ministerio. Y fue el Ministerio quien encabezó no sólo el proceso y el sistema de vacunación, sino todo lo que era la regulación. Pero en colaboración con las comunidades autónomas. Y hemos de contar con la colaboración público-privada: no hay otra fórmula.

–¿Usted es un convencido de que la colaboración entre la sanidad pública y la privada es fundamental?_Hay una normativa estatal reciente que dificulta la concertación con la privada.

–Soy un convencido del sistema sanitario público, pero la conformación actual requiere también de la sanidad privada, y la sanidad privada de la pública. Si la sanidad pública va mal, la privada también. Se requiere que vayan bien ambos sistemas.

–Cada cierto tiempo surgen protestas de usuarios por dificultades para acceder a medicamentos nuevos: en unas comunidades autónomas se autorizan y en otras no, para un mismo problema de salud... ¿Tiene sentido esa parcelación autonómica?

–La clave es la equidad. Teníamos una Ley de Equidad en el debate parlamentario y tiene como objetivo que la sanidad sea igual para todos y no dependa de tu código postal. Ése es el objetivo que nos marcábamos con la colaboración a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que funciona y funciona muy bien, para que el acceso a los medicamentos vaya conjuntamente.

–Antes hablaba de la Atención Primaria. ¿Cómo hacerla más atractiva para los profesionales?

–Hay que poner el foco en el momento oportuno. Tenemos el Plan de Mejora de Infraestructuras de Atención Primaria (MINAP) para que se mejoren los centros de salud, se hagan nuevos centros y se mejoren los equipamientos clínicos, dotándolos de los instrumentos que sean realmente necesarios para no tener que ir a un hospital. Y luego saber autogestionarse articulando las funciones del médico, la enfermería y los profesionales administrativos.

–¿Y si sigue sin haber médicos suficientes?

–Una medida que pensamos que va a ser un éxito a medio y largo plazo es haber incrementado un 15 por ciento el número de plazas de formación en las facultades de medicina. Son 750 nuevas plazas que van a ser 750 nuevos profesionales sanitarios el día de mañana. Por otra parte, lo que nos piden los médicos MIR_es poder investigar. Y hemos pedido que la medicina de familia se incorpore a la carrera para que los estudiantes la conozcan de manera más directa.

Los equipos de atención primaria tienen que saber autogestionarse para mejorar su atractivo

–¿Se está agilizando la homologación de títulos de médicos comunitarios y extracomunitarios para que puedan ejercer en España?

–Hemos aumentado el ritmo de homologación de unos y otros. Se ha hecho un esfuerzo por parte del Ministerio con la complejidad que conlleva, sobre todo en el caso de los títulos extracomunitarios,

–Habla usted como si ya fuese el ministro de Sanidad de la próxima legislatura.

Bueno, es que estoy en funciones, pero tengo que mirar de cara al futuro. Independientemente de que sea o no ministro, el trabajo tengo que seguir haciéndolo.

–¿Cree que habría que volver a reunificar los ministerios de Sanidad y Consumo en un mismo departamento?

–No es algo que tenga en la cabeza o que vea como una necesidad imperiosa. En la aprobación del derecho al olvido oncológico, para acabar con la discriminación de los pacientes con cáncer, intervinimos tres ministerios y fuimos capaces de conseguir lo que nos unía a todos,

–Terminamos. ¿Se ve usted como candidato del PSOE a las próximas elecciones gallegas?

–No me sitúo ahora mismo en esa tesitura, no hay ningún proceso electoral abierto, no hay un proceso de primarias. Estamos en un proceso electoral nacional, que es el centro del debate, y por lo tanto ni tan siquiera me planteo esa posibilidad.

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