Elecciones 23J

El PSOE confía en que el miedo a Vox les haga crecer y neutralice el rechazo a Sánchez

Ferraz asegura que el PP "ha tocado techo" y no llegará a los 150 escaños mientras la organización ve similitudes con la campaña de 1993 que González ganó a pulmón en contra de las encuestas

Pedro Sánchez, en el arranque de campaña del PSOE.

Pedro Sánchez, en el arranque de campaña del PSOE. / José Luis Roca

Marisol Hernández

Los socialistas arrancan esta noche la campaña más extraña de su historia, sin grandes mítines, con todo el foco puesto en Pedro Sánchez, en sus entrevistas en los medios de comunicación y en su actuación en el 'cara a cara' con Alberto Núñez Feijóo de este lunes. En comparación con las semanas de hiperactividad previas al 28M parece que no esté sucediendo nada. Pero es una sensación irreal. Todo en el PSOE es ahora diferente.

Un alto cargo, con muchos años de militancia, compara, en conversación con El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, la actitud de Sánchez con la de Felipe González en 1993, que salvó unas elecciones muy difíciles, con los socialistas acosados por la corrupción, prácticamente a pulmón. La noche electoral pronunció una frase ya mítica: "He entendido el mensaje de los ciudadanos, quieren el cambio del cambio".

Después del batacazo de las elecciones autonómicas y municipales, el PSOE también ha entendido el mensaje. Ha comprendido que el rechazo al presidente y a lo que representaba el Gobierno de coalición no era un fenómeno solo madrileño; que el permanente conflicto con los ministros de Podemos les ha debilitado y ha opacado la gestión, que no reaccionaron a tiempo a los ataques a la figura de Sánchez, que los pactos parlamentarios con ERC y Bildu les han hecho daño y que aprobar la ley del 'sólo sí es sí' sin atender a quienes advirtieron de la rebaja de penas fue un error y, tardar seis meses en remedarlo, otro. 

De repente, todos los fantasmas que habían ignorado aparecieron de golpe en el mismo despacho el 28M. Y el presidente decidió que él solo tenía que apresarlos. Adelantó las generales sin darse margen para rentabilizar la presidencia española de la UE o introducir cambios y se embarcó en una gira mediática que la militancia, según fuentes del partido, valora porque demuestra arrojo y esfuerzo y que en Ferraz consideran más "eficiente" que los mítines. Como González en 1993.

Pero, ¿a Sánchez le valdrá de algo? "Pues esa es la pregunta del millón, no creo que haya datos definitivos para llegar a una conclusión pero puede estar movilizando voto tradicional del PSOE", asegura un cargo de la organización. Hasta ha conseguido que exministros de Felipe salgan a apoyarle públicamente. Una ayuda que se suma a la implicación de José Luis Rodríguez Zapatero, que se ofreció a Ferraz para hacer campaña y desde ese momento no ha parado en los medios.

Vienen mal dadas, Alberto Núñez Feijóo va por delante en las encuestas y es muy factible un gobierno de PP y Vox. Ya no hay cuentos de la lechera, nadie se engaña. Pero pervive la sensación de injusticia que vivieron los presidentes autonómicos y los alcaldes desalojados el 28M, no por su gestión, sino por el castigo al Gobierno. Al margen de los errores en el socialismo hay convicción de que existen razones para que Sánchez siga una legislatura más.

Pedro Sánchez, en el arranque de campaña del PSOE.

Pedro Sánchez, en el arranque de campaña del PSOE. / José Luis Roca

Él vio su oportunidad en los pactos que el PP tendría obligatoriamente que sellar con Vox para gobernar comunidades y ayuntamientos. El 23J se verá si al final tiene o no desgaste. Porque estas elecciones van de eso: si pesa más el rechazo a Sánchez o el miedo a la ultraderecha, a que Santiago Abascal sera vicepresidente.

Por ahora los acuerdos autonómicos y muncipales para el PP han supuesto una erosión. "El 28M no computó el temor a Vox pero la gente ya les ha conocido", señalan en el partido. El mundo de la cultura, aunque tradicionalmente ha sido muy cercano a los partidos progresistas, ya ha suscrito un manifesto en contra de las cancelaciones de obras culturales que se están produciendo con gobiernos de PP y Vox.

La denuncia de esos acuerdos, junto con la defensa de la gestión económica y social, es uno de los ejes de la campaña. En el arranque en Madrid, Sánchez advirtió del "ejercicio impúdico de derechos por votos y sillones". "El deber del PSOE es alertar de la involución que representan estos acuerdos", dijo. Tras el acto de este jueves sólo están confirmados Valencia y Barcelona el próximo fin de semana. Este, el presidente se concentrará para preparar el debate, y los días siguientes serán de más entrevistas.

Un ligero ascenso en los sondeos, que acorta la distancia con el PP (en torno a 5 puntos) ha alimentado en las filas socialistas la posibilidad de remontada. No deja de ser una fórmula de automotivación pero, según Ferraz, "el PP ha tocado techo". "Hace picos pero no va para arriba". Nosotros, mantienen, "estamos subiendo y muy rápido". Su tesis es que los 'populares' "no van a llegar a 150 escaños" -Feijóo ha fijado que con 160 no dará entrada a Abascal en el Gobierno-, que en Cataluña "les vamos a sacar diputados" y en Andalucía hay "una batalla enorme".

La clave, como lo fue en 1993, con las encuestas también en contra, es la movilización. Entonces fue posible una victoria casi inesperada porque, en palabras de Alfonso Guerra, una parte importante de los abstencionistas de las últimas convocatorias se habían volcado esta vez a favor del PSOE para evitar un triunfo de la derecha. Es justo lo mismo que persigue Sánchez. En la dirección socialista aseguran que "hay gente que no había votado antes y lo va a hacer ahora". O gana la ola contra el presidente o el temor a la ultraderecha en el Gobierno de España.