Elecciones 23J

PP y Vox se preparan para unas negociaciones al ralentí en 5 autonomías

Estas son las claves de las conversaciones en Aragón, Baleares, Extremadura, Murcia y la Comunitat Valenciana

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. / EP

Redacción

Las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo en España han dado paso a un complejo periodo de negociaciones para la definición de gobiernos. PP y Vox son protagonistas de esas negociaciones en cinco comunidades autónomas. Con información de las cabeceras del grupo Prensa Ibérica, estas son las claves de las conversaciones en Aragón, Baleares, Extremadura, Murcia y la Comunitat Valenciana.

Aragón

El todavía alcalde de Zaragoza y virtual presidente de Aragón, Jorge Azcón (PP), tiene prisa por relevar al socialista Javier Lambánal frente del Gobierno regional, aunque hoy por hoy no le salen las cuentas. Azcón alcanzó la victoria con 28 diputados frente a los 23 del PSOE. Se alzó con un triunfo contundente, pero insuficiente, a seis diputados de la mayoría absoluta. Necesita a los siete diputados de Vox para lograr la balsámica mayoría absoluta de 34 diputados. Azcón se ha resistido por ahora a echarse en los brazos de Vox, un partido del que dijo antes de las elecciones que “necesita madurar y debe seguir en la oposición”. El líder del PP aragonés ha anunciado que quiere gobernar en solitario, pero necesita por lo menos la abstención de la extrema derecha y de Teruel Existe, y el voto favorable del único diputado del PAR. Solo así puede asegurarse más síes que noes en la segunda votación de su investidura.

Sin embargo, el partido de Abascal no parece estar por la labor de facilitar las cosas gratuitamente al PP sin tocar poder en el Gobierno. Tampoco está clara la abstención del partido de Tomás Guitarte, cuyo germen se encuentra en los movimientos sociales turolenses próximos a la izquierda, lo que complicaría el sí de las bases a facilitar un Gobierno del PP. Y a priori sería sorprendente que el PAR vote a favor de un candidato del PP que casi le lleva a su desaparición. La maraña empezará a clarificarse el próximo 23, cuando se constituyan las nuevas Cortes y se elija al presidente y a los miembros de la Mesa de la Cámara. En esa primera sesión, no estará Javier Lambán, quien no tomará posesión de su escaño. Será designado senador autonómico. 

Baleares

El PP de Baleares lleva dos semanas engañándose sobre la magnitud de su triunfo electoral en el 28M.La candidatura de la debutante Marga Prohens, látigo parlamentario de Irene Montero, reunió 26 diputados al Parlament, con la mayoría absoluta en 30 escaños. Es la única presidenta posible del archipiélago, al superar en un acta a la suma de izquierdas. Siempre con permiso de los ocho diputados adicionales de Vox, que deben jugar un papel activo en primera vuelta o pasivo en segunda para allanar la investidura.

Pese a su carencia, el PP balear se dio por investido desde la noche electoral. Prohens hablaba de una "mayoría suficiente", que le permitiría confeccionar un Govern regional "en solitario". Enfrentarse a los números es arriesgado, pero Vox dormitaba y permitía los alardes de su vecino ideológico, asumía su papel de liebre en la carrera electoral. El general Fulgencio Coll, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra con Zapatero y cabeza de lista de la ultraderecha moderada a Palma, llegaba al extremo de negarse expresamente a entrar en el gobierno de un ayuntamiento que reproduce los datos autonómicos. En la extraña perspectiva del militar, un consistorio del PP cumplimentaría el programa maximalista de Vox.

La situación ha cambiado radicalmente esta semana. Vox ha salido de su letargo y, por orden de Abascal, exige entrar ahora en Palma y Baleares. En palabras de Jorge Campos, el cabeza de lista que el miércoles dio plantón al PP, "la investidura de Prohens no es posible sin nuestro apoyo". El partido de Feijóo se rendía por primera vez a la evidencia, para admitir que "gobernar Baleares no nos saldrá gratis". El precio está por determinar, los ultras se atrincheran en los cargos obtenidos en Castilla y León. 

Extremadura

Un total de 12 días después de las elecciones autonómicas, los equipos del Partido Popular y de Vox en Extremadura se han sentado este viernes a negociar para conformar o permitir un nuevo gobierno regional. Están condenados a entenderse para que la candadita popular, María Guardiola, pueda ser la próxima presidenta de la Junta de Extremadura.

Así lo ha confirmado el líder de Vox en la región, Ángel Pelayo Gordillo, a través de un mensaje en Twitter. "Hoy, los equipos del PP y Vox hemos iniciado conversaciones para construir una alternativa que doblegue las políticas de la izquierda en Extremadura. Mano tendida, sensatez y respeto a nuestros votantes", ha escrito.

Los populares, con 28 escaños, necesitan los votos de los cinco diputados de Vox para alcanzar la mayoría absoluta y poder investir a Guardiola presidenta. En estas conversaciones que se inician formalmente hoy, Vox planteará sus exigencias, ya que han asegurado en más de una ocasión que no van a regalar sus votos. La formación de Abascal ha admitido su deseo de formar parte de los máximos gobiernos regionales posibles, pero también aseguran que no tienen líneas rojas y no han confirmado en ningún momento, al menos públicamente, que quieran formar parte del gobierno, como sí han hecho en Murcia. 

Murcia

Murcia no es Valencia”. Así de claro fue Jorge Buxadé, vicepresidente primero de Acción Política de Vox, cuando le preguntaron sobre las negociaciones con el PP para formar gobiernos autonómicos. Evidentemente, en unas comunidades el PP necesita más de Vox que en otras y en la Región de Murcia los de Abascal no tienen la sartén por el mango. El PP rozó el 43% de los votos, equivalentes a 21 diputados en la Asamblea Regional, a tan solo 2 de la mayoría absoluta. La clave está en que el PSOE, que se pegó un batacazo, y Podemos solo suman 15 escaños, menos que el PP. Ante este panorama, los nueve parlamentarios de Vox sirven de poco en una mesa de negociación con los populares, ya que a estos últimos les vale con que se abstengan. Si no lo hacen, estarían votando lo mismo que la izquierda y provocando una repetición electoral de resultados inciertos.

El candidato popular, el presidente en funciones en la Comunidad, Fernando López Miras, lleva repitiendo desde la noche electoral que han obtenido una mayoría suficiente como para gobernar solos, “sin ataduras”. El objetivo primordial de su campaña era precisamente ese: descartar un Ejecutivo de coalición como el que formó en la anterior legislatura con CS y que terminó volando por los aires con una moción de censura fallida.

Más allá de vicepresidencias o consejerías, José Ángel Antelo, candidato de Vox a la Presidencia en Murcia, ha sido también taxativo en las declaraciones que ha realizado desde el 28M: “O se tiene mayoría absoluta o se tiene que negociar. No existe otra fórmula”. En este sentido, y ante la constitución del Parlamento murciano el miércoles 14 de junio, ya ha dicho que “nadie entendería que Vox no estuviese en la Mesa de la Asamblea”. El PP tendría que ceder en este punto, quién sabe si a cambio de asegurarse un Consejo de Gobierno monocolor y, por tanto, más tranquilo.

Sin embargo, hasta el momento el PP aún no ha descolgado el teléfono para iniciar las conversaciones sobre la investidura de Fernando López Miras, a pesar de que Antelo amenazó con votar en contra o, incluso, provocar una repetición electoral si se niegan a negociar. Palabras que se llevará el viento si al final se decide el reparto de poder desde los despachos de Madrid. 

Comunitat Valenciana

El PP y Vox están llamados a entenderse en la Comunitat Valenciana. Suman 53 diputados —40 conservadores y 13 radicales— de un total de 99 y tienen la Generalitat en su mano. No hay otra vía para la gobernabilidad tras el 28M después del anuncio de PSPV y Compromís de no abstenerse en la investidura de Carlos Mazón para evitar a Vox, pero los populares insisten en explorar todas las alternativas. El acuerdo con la extrema derecha es condición de posibilidad para investir a Mazón. Con los 46 escaños progresistas votando en contra, el candidato del PP necesitará los votos a favor de Vox. No vale la abstención y, tras situar a la comunidad como la joya de la corona del 28M y pieza clave para recuperar la Moncloa, Génova no parece dispuesta a renunciar. Deberá asumir así el peaje político de una alianza con la ultraderecha, pero de momento mide los tiempos.

El adelanto electoral ha complicado más si cabe el escenario para el PP, que tiene abiertas negociaciones con Vox en otros territorios aunque niega conversaciones en la Comunidad Valenciana, donde impera el silencio.

Vox de momento también guarda silencio, aunque da pistas de lo que quiere. Mantiene su "mano tendida" al PP pero no dará sus votos gratis. Parece claro que exigirá entrar en el Ejecutivo autonómico, con Castilla y León como modelo. Vox reclamaría la vicepresidencia, con el agravante de que su candidato, Carlos Flores, fue condenado por violencia machista en 2002. 

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