Las vírgenes de Las Angustias, El Pino y Las Nieves salieron ayer de sus parroquias para solicitar que pare la actividad del volcán, que desde hace un mes no ha dejado de expulsar toneladas de lava que han sepultado casi 2.000 edificaciones y han provocado la evacuación de más de 6.000 personas de los municipios de Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte.

Los actos tuvieron lugar al unísono a las seis y media de la tarde en las iglesias de El Paso, la ermita de Nuestra Señora de Las Angustias situada en el barranco que lleva su nombre y que divide los términos municipales de Los Llanos de Aridane y Tijarafe, y el Real Santuario Insular de Santa Cruz de La Palma. A la llamada acudieron decenas de feligreses, que participaron asimismo en la rogativa para pedir el cese del proceso eruptivo, así como en la eucaristía y la procesión.

El obispo de la Diócesis Nivariense, el palmero Bernardo Álvarez Afonso, ofició la homilía celebrada en la capital de la Isla, un acto en el que estuvieron presentes autoridades políticas, como el presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata. Álvarez Afonso, visiblemente emocionado, agradeció a las autoridades, sobre todo a los alcaldes de los municipios que están siendo más duramente afectados, por el trabajo realizado y destacó el hecho de que ninguna persona se haya visto afectada de manera personal. «Gracias a esa vigilancia, diligencia, prontitud con la que se están tomando las decisiones estamos logrando evitar daños personales», indicó poco antes de sacar a la virgen alrededor del templo. «Es un pequeño gesto donde reiteramos nuestra voluntad y deseo de que el volcán termine y que no produzca más daños», añadió.

Este es el segundo acto religioso que se desarrolla en la Isla con motivo de la erupción volcánica. Ya el pasado lunes, 11 de octubre, tuvo lugar una vigilia frente a la parroquia de la Sagrada Familia, en la localidad de Tajuya, una ceremonia en la que las personas que asistieron entonaron una oración por las consecuencias que está provocando el volcán a La Palma. Asimismo, se bendijo la zona desde la plaza que se encuentra a poco más de un kilómetro de la colada de lava.