Pérdidas irreparables. Las económicas son incuantificables pero, quizá, las que menos importen y preocupen a los vecinos de El Paso y Los Llanos de Aridane, afectados por la erupción volcánica de La Palma. Son recuerdos que se ven engullidos por un fenómeno absolutamente perverso.

Para los comerciantes y profesionales del Valle es inherente a su trabajo el pulsar sensaciones de los múltiples clientes. En esta ocasión, se ven envueltos en una pesadilla que afecta también a su entorno más cercano.

Profesionales de los distintos ámbitos ya saben que para clientes y proveedores ya nada volverá a ser como antes. Por su parte, algunos de sus homólogos han perdido su local, aquel donde se desempeñaban profesionalmente. La gran lengua de lava sepultó lo que no pudo, a base de empuje y tesón de autónomos y sociedades, la pandemia de la Covid-19 y un incendio urbano que ahora se recuerda como algo benévolo si se compara con la erupción volcánica.