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Infraestructuras | Nueva polémica por la prolongación del tranvía

Rechazo vecinal a la ampliación del tranvía al aeropuerto de Los Rodeos

Los colectivos próximos a los trazados propuestos se oponen tras la reunión en el Cabildo | Critican la escasa utilidad, las expropiaciones, el coste y la falta de un plan

Varias personas a punto de subir en un tranvía. Carsten W. Lauritsen

Los colectivos vecinales más próximos al tranvía al Aeropuerto de Tenerife Norte se oponen a su construcción. Tras la reunión mantenida el pasado jueves con el vicepresidente insular y consejero de Carreteras, Enrique Arriaga (Cs), las asociaciones Camino Real de La Villa, San Lázaro, Padre Anchieta, Barrio Nuevo-Viña Nava, Casco Histórico y Airam (El Coromoto) rechazan la actuación, que ya ha sido foco de polémica en anteriores ocasiones. Se suma a ese malestar la Federación de Asociaciones de Vecinos Aguere (FAV Aguere), mientras que la Asociación de Vecinos Tamarco (Camino de La Villa) opta por no pronunciarse provisionalmente. El discurso –que en algunos casos se torna en indignación– de estas entidades gira alrededor de que se trata de un medio de transporte innecesario, la falta de espacio urbanístico y las consiguientes expropiaciones, el coste de unos 60 millones de euros y la ausencia de un proyecto de movilidad que lo justifique, entre otros factores.

Camino Real de La Villa.

«Esto no hay por dónde cogerlo. Un no rotundo». Así resumió Roberto Marrero Carracedo la postura de la Asociación de Vecinos Camino Real de La Villa. «No estamos por la labor de más obras faraónicas», sostuvo, y dijo ver más viable el carril bus-VAO o fórmulas como la de la guagua. Este presidente vecinal discrepó del planteamiento de Arriaga de que el tranvía quitará «decenas de miles de coches» de las carreteras «al eliminar el te llevo a Los Rodeos de familiares y amigos». Marrero, otrora máximo responsable del Club Baloncesto Canarias, señaló que quienes partan desde Santa Cruz tardarán «una hora y pico» en llegar al aeródromo lagunero si se le suma el traslado previo desde sus domicilios hasta una parada de tranvía.

Aunque valoró el tono «distendido» del encuentro, se mostró crítico con aspectos como las expropiaciones, sobre las que afirmó que «intentaron vender la mitad de la verdad, que es la peor de las mentiras». En su opinión, este medio de transporte carece de utilidad para los vecinos y, en particular, observó que para el Camino de La Villa «no tiene ningún sentido». No en vano, ejemplificó: «En un momento de la conversación, Arriaga reconoce que vive en la plaza del Cristo y que el tranvía no sería para él, sino que cogería un taxi para ir a Los Rodeos».

San Lázaro.

Desde la Asociación de Vecinos de San Lázaro también rechazaron de plano el proyecto. «Sería un gasto sin necesidad», expresó Manuel Hernández, uno de los dirigentes históricos del asociacionismo lagunero y con experiencia en la lucha contra iniciativas urbanísticas de calado. Las expropiaciones vuelven a ser su principal preocupación: «Hay parte de la carretera general en la que las viviendas están pegadas a la vía, y nos dijeron en la reunión: ‘Se quitarán lo que son jardines’. Pero... ¿y las casas junto a la carretera? ¿Y los inmuebles históricos? ¿Y las cruces?». Se refiere con eso último a un viacrucis que parte desde Marqués de Celada hasta San Lázaro y que encierra una historia de siglos.

«¿Para qué meter un tranvía de tanto dinero?», se preguntó, y se mostró convencido de que no sería operativo para los vecinos de esta zona, para argumentar que estos apenas contarían con paradas. «La única es la que habría donde están los institutos, en San Benito. A Camino Tornero y a San Lázaro no nos hace falta». Lejos de quedarse en el rechazo, planteó una alternativa: que se construya la avenida del Quinto Centenario y que el tranvía la recorra. En caso de mantenerse la voluntad de pasar el tranvía por San Lázaro, tiene claro que desempolvarán las banderas verdes que hicieron famosas en anteriores protestas: «Si hay que sacarlas, las sacaremos. Y si hay que luchar y manifestarnos, lo haremos».

Padre Anchieta.

«Van a hacer una encuesta que no es vinculante; no sé para qué se gastan ese dinero», empezó el presidente de la Asociación de Vecinos Padre Anchieta, Pedro Noda. «La inversión que harían para el tranvía nos parece un gasto de dinero, porque hay cosas más importantes ahora mismo en La Laguna en lugar de dedicar 60 y pico millones al tranvía», apuntó, e ironizó: «Ya solo nos falta poner aviones del casco al aeropuerto, porque ya tenemos taxis, coches, guaguas… y ahora ponemos el tranvía». Noda recordó que ya se habían celebrado reuniones en las que «ni los taxistas, ni los vecinos, ni los empresarios estaban de acuerdo con pasar el tranvía por La Laguna». «Nadie quería», apostilló.

Además, Pedro Noda se detuvo en la pérdida de aparcamientos en la avenida de La Candelaria y en los efectos sobre la circulación: «Nos meten el tranvía en el centro para bloquearnos más todavía». Otro de sus planteamientos es que discurrirá por lugares que no son zonas turísticas «donde continuamente la gente está viajando». El presidente de la Asociación de Vecinos Padre Anchieta, representativa de la populosa urbanización homónima, entiende que a La Laguna «no le beneficia el tranvía para nada», y opinó que con las guaguas es suficiente. También indicó que la información que le dieron sus compañeros que asistieron al encuentro es que desde el Cabildo «quieren hacer el tranvía sí o sí».

Barrio Nuevo-Viña Nava.

Juan Luis Marín también aseguró durante su análisis que en la cita le comentaron que el proyecto estaba ya decidido: «Como me transmitió Enrique Arriaga, la consulta que se va a hacer no es vinculante, sino consultiva; pero ellos me dijeron que el proyecto tenían decidido que lo van a hacer». Marín, especialmente en contra del trazado por la calle El Juego y Seis de Diciembre, tampoco defendió el resto. «A mí me preocupa que haya expropiaciones, como me dijeron ellos, de viviendas, de empresas…». El presidente vecinal ve una «barbaridad» el gasto económico que requeriría. «Arriaga me dijo que otros proyectos tienen sus propios presupuestos y que esto no genera que áreas se queden sin fondos, sino que eso es un engaño que la oposición le dice a los vecinos para que estén en contra del proyecto». A juicio de Marín, aunque se hiciera, «la gente va a seguir usando sus vehículos y los taxis».

Casco Histórico.

«Nosotros hemos dicho que primero, antes de nada, hay que hacer el plan de movilidad. Volver a sacar este tema sin tener un plan de movilidad que justifique las acciones no nos parece serio». Pablo Reyes, el presidente de la Asociación de Vecinos Casco Histórico, situó ese aspecto como punto de partida, tal y como viene realizando su colectivo en los últimos años. «Tenemos una serie de líneas de guaguas directas que están poco publicitadas y que, si lo estuvieran más, tendrían mayor ocupación», expuso. El coste, la dificultad de desplazarse hasta las paradas con maletas y la necesidad de obras distintas en el municipio fueron otros de sus enfoques. «Yo me pregunto: ¿quién marca las prioridades?». Y añadió: «No es un no a todo; es sentido común».

Airam (El Coromoto).

La máxima responsable de la Asociación de Vecinos Airam, Eduvigis León, mostró su sorpresa con que «se gaste ese dineral en algo que los vecinos no ven lógico», y lamentó que «va a haber destrozos». «Yo dije que nosotros bajamos hasta la avenida de La Trinidad y cogemos el tranvía, nos dijeron que ahora nos quedaría más cerca, y les respondí que el que viva por el otro lado del barrio no va a dar toda la vuelta. Con Camino de La Villa y San Honorato va a ser lo mismo... Y me contestaron: ‘Pero es que va a estar más cómodo, más cerca…’». León también destacó que la rotonda cercana al cementerio de San Juan sería atravesada y que se quitarán plazas de aparcamiento.

Tamarco (Camino de La Villa).

Miguel del Castillo, de la Asociación de Vecinos Tamarco, señaló que le transmitieron las alternativas, pero que el colectivo todavía no ha podido reunirse con socios y vecinos para poder emitir una opinión.

FAV Aguere.

El caso de la FAV Aguere fue particular. Su presidente, Justo Reyes –que también está al frente de la Asociación de Vecinos La Atalaya (Camino Tornero), relativamente cercana al trazado–, no fue invitado a las reuniones ni por uno ni por otro colectivo, pero se presentó allí y le hizo saber a Enrique Arriaga su malestar. Aunque espera mantener un encuentro con los federados para fijar postura, avanzó que el asunto ya se discutió años atrás y que «se dejó aparcado a un lado». Mencionó el viacrucis de la carretera general, una vivienda protegida, el entorno de la iglesia..., y alertó de que casas se van a ver afectadas. «El alcalde dijo hace no tanto tiempo que, si los vecinos querían tranvía, lo habría y, si no, no; espero que mantenga su palabra», manifestó Reyes.

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