Un majorero en el desierto del Dakar

El Dakar, el mito, la prueba de resistencia deportiva y de rallies más dura del mundo cuenta con un majorero en sus filas, Matías Rodríguez Martín que procede del pueblo de Gran Tarajal y que curiosamente cuenta con su esposa, Sandra Guasch, una isleña natural de Ibiza como copiloto, de las pocas parejas mixtas no solo de esta edición sino de ediciones anteriores.

El rally se inició el pasado día 5 y termina el 19 después de recorrer más de 4.000 kilómetros por dunas y carreteras interminables con etapas de 400 y 600 kilómetros. Matías y Sandra compiten en la modalidad Dakar Clásicos, la categoría de coches antiguos donde los coches tienen más de 20 años y los sistemas de navegación son sin las modernas pantallas GPS que llevan las otras categorías, es por eso que esta modalidad la conocen como la que rememora “el verdadero espíritu del Dakar” de siempre. El coche del majorero es un Lada Niva perteneciente a la escudería catalana BXS Motorsport y que cuenta con la asistencia del Team Pedregá los cuales llevaban dos coches y el segundo coche tuvo un aparatoso accidente que le obligó a abandonar.

De altibajos se va conformando esta primera participación del majorero en el Dakar pues el primer día hicieron el mejor tiempo en la etapa prólogo, un mérito tremendo si tenemos en cuenta que suelen mandar los todopoderosos Toyota y Mitsubishi. A la alegría le vino la tristeza pues el segundo día rompieron la caja de cambios a 30 kilómetros de la meta pero con mucha suerte consiguieron llegar remolcados hasta la zona de enlace y cuando ya daban todo por perdido, desde la escudería les informan que tienen otra caja de cambios. Los mecánicos se ponen manos a la obra toda la noche para obrar el milagro de tenerlo todo preparado y finalmente gracias al trabajo del equipo consiguen tener el coche apunto para la salida. Salen penalizados en tiempo y en el puesto 46º pero comienzan a remontar poco a poco y guardando la mecánica.

El pasado jueves y viernes fue la temida etapa maratón de 48 horas en la que los corredores se quedan al raso de la noche, sin asistencia, ni carpas de comida o vivac para hacer noche sino una caseta de campaña, descansar lo mínimo y salir con los primeros rayos de sol. Muchas dunas grandes y arena donde Matías demuestra que se encuentra como en casa y rememora sus épocas de juventud donde le cogía el Suzuki a su padre para ir a correr por las carreteras de arena en el sur de Fuerteventura.

Acompañado por la destreza de su esposa Sandra con las cartas de navegación van remontando puestos hasta pasar del 24º al 10º de la general de clásicos justo en el ecuador de la prueba. La ibicenca demuestra una gran capacidad de orientación en este inhóspito territorio.

Ayer sábado fue la jornada de descanso y luego la temida última semana donde ya se suma un desgaste considerable de kilómetros, cansancio, poco dormir, deshidratación y estrés. Llega el momento de la verdad para todos los pilotos o al menos para los que han podido llegar aquí. Matías sabe que debe guardar la mecánicade su Lada pero la vena competitiva le puede y quiere seguir subiendo puestos en la general.

Desde Fuerteventura y especialmente desde su pueblo natal de Gran Tarajal, se sigue diariamente el acontecer de este evento deportivo mundial del Dakar a través de App “Dakar 2024” para Android e IOS o a través de la web oficial del Rally www.dakar.com. De momento ayer ocupaba el décimo puesto en la clasificación general, pero veremos cómo termina todo para nuestro ‘majorero del desierto’.

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