Tiroteo masivo

Por tierra, aire y agua: la búsqueda de Robert Card se intensifica en Maine

El reservista militar mató el miércoles mató a 18 personas y dejó otras 13 heridas en un doble tiroteo masivo en una bolera y un bar de Lewiston, en Maine

La policía busca con un robot bajo las aguas de los ríos Sabattus y Androscoggin rastros del tirador que mató a 18 personas en el estado de Maine.

La policía busca con un robot bajo las aguas de los ríos Sabattus y Androscoggin rastros del tirador que mató a 18 personas en el estado de Maine. / EFE

Idoya Noain

Por tierra, aire y agua, cientos de agentes del orden intensificaban este viernes la operación de busca y captura de Robert Card, el reservista militar que el miércoles mató a 18 personas y dejó otras 13 heridas en un doble tiroteo masivo en una bolera y un bar de Lewiston, en Maine. Dos días después de la masacre, el sospechoso, definido como “armado y muy peligroso”, seguía a la fuga a la hora de escribir estas líneas. Y las autoridades urgían a la “paciencia” a los habitantes de la zona, que en varias localidades y condados siguen bajo instrucciones de quedarse en interiores y ni siquiera pueden llorar y vivir el trauma de esta tragedia en comunidad.

Parte de la búsqueda este viernes se centraba en el río Androscoggin, adonde se desplazaban efectivos, incluyendo buceadores, y equipamiento para búsquedas tanto subacuáticas como desde el aire. No era un escenario casual. El miércoles por la noche, después de los tiroteos, se localizó en la localidad de Lisbon, junto a una de las lanzaderas al río, el todoterreno blanco que había usado Card, que tiene registradas a su nombre dos motos acuáticas y una lancha motora.

Geografía y elementos adversos

La búsqueda proseguía también en tierra, donde se asume la complejidad de la operación, complicada por la geografía de esa zona del sur de Maine, poblada de colinas y densos bosques, algunos de los cuales no se han pisado en años y donde alguien como Card, aficionado a la caza y amante de las actividades en la naturaleza, tiene más posibilidades de esconderse y sobrevivir. El sábado, además, se abre la temporada de caza de ciervo, lo que puede complicar las operaciones para las autoridades.

Estas admiten la presión. “Cada minuto que pasa estamos más y más preocupados porque ¿qué es lo próximo que va a pasar?”, reconocía en la rueda de prensa matutina el comisionado de seguridad pública de Maine, Michael Sauschuck, que aseguraba también que trabajan sin descanso “para que la comunidad recupere sensación de seguridad”.

En esa misma rueda de prensa, no obstante, dominaban las llamadas a la paciencia y una declaración tras otra, incluyendo la promesa de comparecer a diario a la misma hora para ofrecer novedades mientras la búsqueda continúe, transmitía la idea de que puede prolongarse.

Hay antecedentes que explican esa perspectiva. Histórico es el caso de Eric Rudolph, que logró pasar cinco años escondido en las montañas de Carolina del Norte tras hacer estallar bombas en Georgia y Alabama, incluyendo en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Más recientemente, y pese a los avances de la tecnología en aparatos de visión nocturna, detectores de temperatura o drones, el mes pasado las autoridades en Pensilvania tardaron 13 días en capturar a Danelo Cavalcante, un peligroso preso que se había fugado y se refugió en una zona rural de las afueras de Filadelfia.

Una nota

A Card no le podrán seguir a través de su móvil pues la tarjeta del teléfono es uno de los objetos que han encontrado las autoridades en una de las casas de la familia en Bowdoin que registraron el jueves.

Las autoridades, que en el vehículo abandonado en Lisbon hallaron un rifle semiautomático AR-15 como el que usó en los tiroteos, que está siendo analizado, también tienen en su poder una nota que dejó Card. Y aunque en la rueda de prensa no quisieron dar más información o detalles, filtraciones de fuentes desde el anonimato a diversos medios aseguran que se trata de una especie de nota de suicidio.

Según las fuentes de AP era un mensaje que iba dirigido a su hijo. La fuente policial de CNN, mientras, ha explicado que daba a entender que no esperaba sobrevivir, pues daba a otras personas información e instrucciones sobre dónde encontrar determinadas cosas y deshacerse de ellas.

Lo que la nota no incluía, al menos según esos reportes iniciales, era información que ayude a esclarecer los motivos de la matanza, de la que todas las víctimas mortales ya han sido identificadas según la oficina del forense de Maine. Entre ellas se cuentan Aaron Young, un adolescente de 14 años que falleció junto a su padre, Bill Young, en la bolera. y cuatro miembros de la comunidad de sordos local, que se habían reunido en el bar para un torneo de ‘cornhole’ un juego de puntería.