Alianza Atlántica

El desembarco de la OTAN en Asia inquieta a China y divide al continente

Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Japón han repetido como invitados esta semana en la cumbre de Vilnius tras haber debutado en la madrileña del pasado año

El desembarco de la OTAN en Asia inquieta a China y divide al continente.

El desembarco de la OTAN en Asia inquieta a China y divide al continente. / EFE

Adrián Foncillas

El guardián de las frágiles democracias o un catalizador de guerras allá donde se acerca. Los debates sobre la OTAN han alcanzado Asia con el incipiente desembarco de la organización militar. Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Japón han repetido como invitados esta semana en la cumbre de Vilnius tras haber debutado en la madrileña del pasado año. Esa presencia y la posible apertura de la primera oficina en el continente asiático solidifican una tendencia que inquieta a China.

El país asiático disfrutó de una generosa atención en el comunicado de una reunión que tenía a la guerra en Ucrania como principal asunto. De China mencionó las “políticas coercitivas”, la “profundización en la alianza estratégica” con Rusia o el uso de su economía “para crear dependencias y aumentar su influencia”. “China está retando el orden internacional basado en reglas, rechazando la condena de Rusia, amenazando a Taiwán y llevando a cabo un aumento militar sustancial”, dijo Jens Stoltenberg, secretario general de una organización que representa al 10% de la población global y cuenta con el 56% del gasto de defensa mundial.

China respondía al día siguiente con los argumentos previsibles: acusaba a la OTAN de calumniarla y de perseverar en la mentalidad de guerra fría. Su prensa fue más allá: la OTAN lleva los conflictos a todos los rincones del mundo, es el “hacha y la lanza” de Estados Unidos, es vista como “un terrible monstruo” por todos los países asiáticos…

División en Asia

El continente más poblado del mundo permite variadas sensibilidades. El recurso chino a la vía de los hechos consumados en aguas disputadas del Mar del Sur de China y cierto matonismo ha generado roces y resentimientos hacia Pekín pero en la zona persiste la certeza de que es preferible arreglar los conflictos sin influencias externas. Y, en cualquier caso, se teme tanto a China como al riesgo de que la pulsión belicista de Washington traiga el desastre a la región.

A los “Cuatro del Asia-Pacífico” o AP4, en cambio, se les ve dichosos como invitados a la mesa otanista. Hasta ahí han llegado por diferentes caminos. Japón es el terco peón de Washington en la zona y acumula pleitos históricos con Pekín, los conservadores en el gobierno surcoreano han finiquitado la equidistancia entre las dos potencias, el deterioro de las relaciones sino-australianas no ha sido arreglado aún por el nuevo Ejecutivo de izquierdas y Nueva Zelanda sigue la inercia.

“Aunque los cuatro países temen hasta cierto punto a una China cada vez más agresiva y asertiva, temo que lo que principalmente quieren es llevarse bien con EEUU”, juzga Peter Kuznick, historiador de la American University y analista de Asia. “La presencia de la OTAN aumenta la posibilidad de una guerra. Mientras la mayor parte del Sur Global mantiene un saludable escepticismo y se distancia del militarismo estadounidense, como vemos en su rechazo a sumarse a las sanciones a Rusia, algunos países le siguen de forma ciega u oportunista por la senda de la guerra”, añade.

"La OTAN aumenta la posibilidad de una guerra en Asia"

Peter Kuznick

— historiador de la American University

Los AP4 tienen sobradas razones para no desairar a Washington. Corea del Sur y Japón han confiado durante décadas en su paraguas militar frente a los desmanes norcoreanos. Australia y Nueva Zelanda integran los Cinco Ojos junto a Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. Es una organización para intercambiar información sensible que, según el exanalista Edward Snowden, “no responde a las leyes conocidas de sus propios países”.

Quejas de China

Amontonaba ya China lamentos por la atosigante presencia estadounidense: Decenas de miles de tropas en Corea del Sur y Japón durante décadas, más de 300 bases militares en sus cercanías, nuevas alianzas supranacionales de Defensa como el AUKUS o el QUAD en el Pacífico con el objetivo de frenar su auge… Y entonces trascendió que la OTAN pretendía abrir en Tokio su primera oficina asiática. La idea surgió en una visita de Stoltenberg a Japón meses atrás: una oficina para “facilitar el diálogo”, ocupada por un civil sin competencias militares. Ese perfil bajo tampoco eludió la briosa respuesta de China, que ve en la OTAN el arma expansionista de Washington y el causante del desaguisado en Ucrania. También se opuso Francia argumentando que violaría el alcance geográfico de los estatutos. La Casa Blanca contó con el previsible apoyo japonés. “La seguridad de Europa y del Indopacífico son inseparables”, afirmó el primer ministro, Fumio Kishida.

La cumbre de Vilnius debía servir para aprobarla pero no hubo menciones en el comunicado final. El medio japonés Nikkei Asia ha desvelado que la frase que aludía a las negociaciones para su apertura fue borrada en el último minuto, probablemente por el veto francés. Stoltenberg negó después la muerte de la propuesta y anunció “consideraciones futuras”.

“Afortunadamente, Francia, Alemania y otros no están de acuerdo con la hostilidad estadounidense hacia China y sus políticas provocadoras, ya sea en Taiwán o en el Mar del Sur de China. Han bloqueado un comunicado anti-China más fuerte. Quieren aumentar las relaciones económicas con China, y no socavarlas, como EEUU ha intentado. Es notable la falta de menciones a la oficina de la OTAN en Tokio. Al menos hasta cierto punto, parece que las cabezas frías han prevalecido temporalmente”, opina Kuznick.

El experto duda de una arquitectura de defensa que no ha evitado los conflictos en Occidente. Lo expresó con clarividencia el exprimer ministro australiano, Paul Keating: “Los europeos han estado luchando entre ellos los últimos 300 años y nos han dado al resto dos guerras mundiales en el último siglo. Exportar ese malicioso veneno a Asia equivaldría a dar la bienvenida a la plaga”.

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