Advertencias desde EEUU

Israel empieza a sentir el impacto económico de la reforma judicial de Netanyahu

Esta pérdida en el crecimiento económico supondría perder entre 50.000 y 100.000 millones de shekels, unos entre 14.000 y 27.000 millones de dólares anuales en el PIB

Crisis de Gobierno en Israel.

Crisis de Gobierno en Israel.

Andrea López-Tomàs

Aunque el Gobierno de Israel trate de esconderlo, el impacto económico provocado por la reforma judicial empieza a ser una realidad. Y Moody’s ha venido a confirmarlo. Esta importante agencia de calificación crediticia de Estados Unidos ha rebajado la perspectiva de Israel de positiva a estable. "No es un gran drama", ha respondido el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. Pero esta opinión se suma a las decenas de voces internas que alertan de las catastróficas consecuencias para la economía israelí causadas por la iniciativa del Ejecutivo de Binyamín Netanyahu. Mientras, en las calles, el pueblo sigue mostrando su oposición.

"El cambio de perspectiva a estable desde positiva refleja un deterioro del Gobierno de Israel, como lo ilustran los eventos recientes en torno a la propuesta para reformar el poder judicial del país", ha señalado Moody's en un comunicado. "La forma en que el Ejecutivo ha intentado implementar una reforma de amplio alcance sin buscar un amplio consenso apunta a un debilitamiento de la fortaleza institucional y la previsibilidad de las políticas", ha añadido. Estas perspectivas de la firma con sede en Nueva York ya se han empezado a notar. En los últimos días, el shékel israelí se ha debilitado cotizando este miércoles a 3,66 por dólar y 4,04 por euro. Es la primera vez en dos años que el euro supera los cuatro shekels.

"Con la ayuda de Dios"

Desde el Gobierno israelí, aún miran hacia otro lado. "La economía de Israel es estable y sólida y con la ayuda de Dios seguirá siéndolo", han dicho Netanyahu y Smotrich en un comunicado conjunto. No han dudado en apuntar al desconocimiento del contexto local por parte de la reconocida agencia estadounidense. Las preocupaciones planteadas por Moody’s son "naturales para aquellos que no están familiarizados con la fuerza de la sociedad israelí", han afirmado en el comunicado. Smotrich ha ido más allá diciendo que no "piensa que los economistas son grandes expertos en el tema judicial". El polémico ministro ultraderechista apunta a que cualquier daño a la economía vendría de las "campañas de mentiras" contra las reformas.

Pero estas inquietudes no son nuevas. Anat Guetta, presidenta de la Autoridad de Valores de Israel, ha exprimido las últimas horas de su mandato para expresar este nerviosismo compartido con importantes economistas, incluso del Banco Central y el Ministerio de Finanzas. "El anuncio de Moody's no es solo una señal de advertencia, sino también una oportunidad para recalcular nuestro camino y tomar en serio las preocupaciones de los inversores que en la última década impulsaron el crecimiento del mercado de capitales", ha afirmado Guetta. La ya expresidenta se ha sumado a las demandas para detener la legislación sin encontrar un amplio consenso.

Pérdidas millonarias

"Esto detendría el deterioro de la economía israelí", ha afirmado el Foro Empresarial de Israel, que representa a las 40 empresas más grandes del país. "El daño al público se intensificará y causará daños irreversibles mientras no se emita tal anuncio", ha añadido tras subrayar que detener el plan calmaría los mercados financieros y ayudaría a la economía a crecer. La decisión de Moody’s llega más de un mes después de sus primeras advertencias. "Si se implementan en su totalidad, los cambios propuestos podrían debilitar materialmente la fuerza del poder judicial y, como tal, ser negativos para el crédito", avisó la agencia el 7 de marzo en un informe.

Moody’s advirtió de que "también podrían plantear riesgos a largo plazo para las perspectivas económicas de Israel, en particular las entradas de capital en el importante sector de alta tecnología", añadió. Aunque el Gobierno israelí parezca ignorar las opiniones negativas a sus acciones, los expertos y la población local sí que están preocupados por el futuro incierto de la economía israelí. Smotrich está convencido de que la reforma judicial puede ser buena para la economía. Pero el Banco de Israel, que ha instado a la independencia judicial, espera un crecimiento económico inferior al 3% en 2023 después de un aumento del 6,4% el año pasado.

Tal y como alertaron funcionarios del Ministerio de Finanzas el mes pasado, esta pérdida en el crecimiento económico supondría perder entre 50.000 y 100.000 millones de shekels, unos entre 14.000 y 27.000 millones de dólares, anuales en el PIB. Las protestas en las plazas siguen con miles de personas cada sábado manifestándose en contra de la reforma que ven como una amenaza a su sistema democrático. Netanyahu ha detenido la aprobación del paquete legislativo para después de la Pascua judía, pero está obstinado en seguir con su propuesta. Por ahora, la oposición interna no le ha disuadido pero está por ver si una ralentización del flujo de capitales desde el extranjero le acaba convenciendo.