OPINION

La importancia de proteger el medioambiente

La importancia de proteger el medioambiente

La importancia de proteger el medioambiente

Emma Pérez-Chacón / Luis Hernández Calvento

El medioambiente es un complejo entramado de organismos vivos (bióticos) y elementos no vivos (abióticos) que interactúan en un espacio y tiempo específicos. Este conjunto incluye al ser humano y las creaciones materiales e inmateriales que ha desarrollado a lo largo de su historia. 

Los organismos vivos dependen del medioambiente para obtener la energía y la protección necesarias para su supervivencia y desarrollo. En la mayoría de los casos, estos organismos mantienen un equilibrio entre sí y con su entorno, lo que garantiza la supervivencia del medioambiente y de las especies que lo habitan.

A diferencia de la mayoría de los organismos vivos, los seres humanos requieren grandes cantidades de recursos naturales para su desarrollo. Desde nuestros inicios como especie, hemos estado extrayendo recursos del entorno de forma constante, sin prestar atención a los desequilibrios medioambientales que este proceso genera. La sobreexplotación de recursos ha conducido a la reducción significativa de poblaciones de diversas especies, llegando incluso a su extinción. Esta situación paradójica nos enfrenta a una realidad ineludible: los recursos del medioambiente son finitos, mientras que nuestro modelo de consumo no se adapta a esta finitud. La pérdida de especies y recursos naturales amenaza cada vez más las posibilidades de desarrollo de nuestra propia especie.

Para garantizar la supervivencia de la humanidad es necesario abordar la problemática medioambiental de manera sostenible. Esto implica un cambio radical en nuestra forma de interactuar con el medioambiente, incluyendo el cuidado del mismo y un uso racional de los recursos naturales. La concienciación global es un paso fundamental para alcanzar la sostenibilidad. La responsabilidad de proteger el medioambiente no recae únicamente en los gobiernos o las grandes empresas. Cada individuo tiene la capacidad de tomar medidas para contribuir a la sostenibilidad. A nivel individual, podemos adoptar hábitos de consumo responsable, como el uso eficiente de recursos (agua y energía), el reciclaje, la utilización de medios de transporte sostenibles y el consumo de productos locales. A nivel colectivo, las instituciones públicas deben desarrollar e implementar políticas que fomenten la sostenibilidad. Estas políticas pueden incluir el mantenimiento de espacios verdes, el apoyo a la movilidad sostenible, la protección de especies y hábitats, la conservación y regeneración de ecosistemas, y la reducción de emisiones contaminantes.

Las dunas de Canarias son un ecosistema excepcional y único en el mundo. Estos sistemas arenosos, presentes a lo largo de las islas, se caracterizan por su origen local (a partir de la acumulación de sedimentos volcánicos y orgánicos en sus costas) y su clima árido, que crea paisajes dinámicos y cambiantes. A pesar de las condiciones extremas de sequedad y salinidad, las dunas albergan una sorprendente variedad de vida. Plantas como el balancón (Traganum moquinii) han desarrollado adaptaciones para sobrevivir en este entorno hostil. Las dunas también son un hábitat importante para aves migratorias y nidificantes.

En el pasado, estas dunas han sufrido un grave deterioro debido a diversas actividades humanas, como su utilización como vertederos, la extracción de áridos, el pastoreo y la tala de madera. El desarrollo turístico en las islas canarias también ha tenido un impacto negativo en las dunas. Si bien estas áreas se han utilizado como reclamo turístico debido a su belleza natural, no siempre se les ha prestado la atención y el cuidado necesarios. La construcción de hoteles e infraestructuras turísticas, así como el desarrollo de actividades recreativas sin considerar la fragilidad de estos ecosistemas, ha perturbado su dinámica natural y transformado, e incluso interrumpido, sus procesos ecológicos.

La supervivencia de las dunas de Canarias depende de la acción concertada de todos los actores involucrados. Por parte de las administraciones, es necesario intensificar la vigilancia y control de estas áreas frágiles, así como implementar medidas de conservación activa y programas de restauración de ecosistemas degradados. Pero también los individuos tenemos que poner de nuestra parte. Evitando acceder a zonas donde no está permitido el acceso o no realizando acciones no permitidas, estaremos garantizando que determinados ecosistemas y especies puedan seguir prosperando, con el fin de mantener escenarios de los que disfrutar, pero sin comprometer su integridad. Es una tarea de todos y todas ayudar a proteger estos sistemas. Sólo así estaremos protegiendo un recurso clave para el mantenimiento del turismo como actividad sostenible.

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