Demografía

Dime dónde vives en Canarias y te diré dónde trabajas

La última actualización del censo del INE desvela contrastes entre barrios en las cuatro mayores ciudades de las Islas en función de las profesiones de sus vecinos

Casa rica, casa pobre.

Casa rica, casa pobre.

La orografía ha condicionado el desarrollo de las ciudades canarias desde la Conquista hasta la actualidad. Las dinámicas socioeconómicas que se han creado a partir de esta premisa en poco más de cinco siglos reflejan que el lugar de residencia está vinculado al puesto de trabajo de sus habitantes. Este hecho se visibiliza en la última actualización del censo del Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestra las profesiones que tiene cada vecino mayor de 16 años calle a calle. A partir de las cifras que arroja para Las Palmas de Gran Canaria, Telde, Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna, las cuatro mayores ciudades de las Islas, se deduce que esta distribución va ligada al poder adquisitivo y apunta a patrones cronificados.

Esto es algo visible en la capital grancanaria, donde los técnicos científicos e intelectuales ocupan a más del 36% de los vecinos de Vegueta, mientras que en el colindante risco de San José estas profesiones apenas son el 9%. Una distribución que se ha mantenido durante siglos. Lo mismo en La Laguna, donde prácticamente cinco de cada 10 personas que viven en las inmediaciones de los campus de la universidad homónima tienen este tipo de oficios, acorde a ese carácter académico que ha tenido siempre la Ciudad de los Adelantados.

Centro y ciudad baja

La orografía ha hecho que los vecinos con trabajos mejor remunerados -directivos o técnicos altamente cualificados- se concentren en el centro de la capital tinerfeña y, con contadas excepciones, ha hecho difícil que se expandan dada la intrincada red de barrancos de Anaga y las limitaciones del resto de su territorio.

Mientras, en Gran Canaria, los residentes que ostentan este tipo de oficios están presentes en toda la plataforma costera que va de Vegueta al Puerto y, al mismo tiempo, al tener un relieve más benévolo ha sido posible que crezcan grandes islas interiores donde predominan estos perfiles en Siete Palmas y Tafira.

El crecimiento poblacional y económico a partir de la segunda mitad del siglo XX, principalmente gracias al desarrollo turístico, desbordó los núcleos de las dos capitales. Una explosión demográfica que se produjo principalmente mediante el éxodo rural y que se ve reflejada en el predominio de oficios relacionados con el comercio, la restauración o los trabajos manuales en la Ciudad Alta de la capital grancanaria y en la unión entre Santa Cruz y La Laguna, que además creció primero al calor de la refinería.

Barrios obreros

Es en estos barrios concebidos tradicionalmente como obreros donde, por ejemplo, los empleos vinculados a la hostelería y el comercio superan, en zonas como Los Gladiolos en Santa Cruz, Taco en La Laguna o Schamann en Las Palmas, el 35% de sus vecinos. Lo mismo en Telde, donde la autopista del Sur ha hecho de elemento vertebrador y a la vez de frontera socioeconómica; en el lado interior de la Isla los barrios con profesiones menos cualificadas y hacia la costa todo lo contrario.

En las últimas décadas, los vecinos más cualificados han optado por huir de los centros urbanos en busca de espacios al aire libre. Es algo que se refleja en la pujante costa teldense -el 9,1% de los vecinos de Playa del Hombre son directivos- o en la Vega lagunera, donde entre el 40 y el 50% son técnicos -perfil que abarca de abogados a arquitectos o médicos-. Municipio este último en el que, pese a todo, sigue vigente la labor agrícola en zonas como Punta del Hidalgo, además del rural de Anaga que comparte con Santa Cruz; una realidad que en las dos ciudades grancanarias ha quedado reducida de forma considerable.

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