La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias realiza un diagnóstico de vulnerabilidad y potenciales amenazas climáticas sobre los bienes del patrimonio arqueológico y etnográfico de la isla de El Hierro tras culminar el estudio en Fuerteventura, donde se han analizado 298 bienes con valores arqueológicos y etnográficos.

El proyecto Guanclima propone estrategias de prevención y conservación efectivas frente al calentamiento global en Canarias.

Para la directora general de Patrimonio Cultural, Nona Perera, «es responsabilidad del Gobierno de Canarias conocer los riesgos de afección al patrimonio cultural motivado por la crisis climática, conocida, prevista y anunciada».

El Hierro alberga numerosos enclaves arqueológicos y etnográficos que, en la actualidad, están siendo actualizados a través del Inventario etnográfico y arqueológico de la isla. En este trabajo se incluyen tanto yacimientos y vestigios arqueológicos vinculados a la población bimbache o bimbape, como a enclaves, costumbres y tradiciones en el contexto etnográfico, elementos analizados por el equipo de Guanclima.

Por otro lado, la isla ha experimentado eventos climáticos graves o muy graves que han sido registrados, desde la pérdida del famoso árbol sagrado Garoé en el siglo XVII a causa de vientos huracanados hasta las últimas lluvias torrenciales registradas en 2013 así como los episodios de calima extrema en 2020.

En este sentido, el patrimonio arqueológico y etnográfico de El Hierro acusa potenciales y progresivas afecciones a causa del calentamiento global por múltiples factores, entre los que destacan el incremento progresivo del nivel del mar con riesgo de inundación de yacimientos costeros, incremento de procesos erosivos, lluvias torrenciales e inundaciones fluviales a causa de Fenómenos Meteorológicos Adversos. El mayor riesgo proviene de la erosión fluvial, por lo que las acciones de salvaguarda están encaminadas a «la limpieza de barrancos, el desvío de algunas escorrentías, y sobre todo la fijación de suelo» para evitar el arrastre de piedras y tierra que pueda sepultar algunos de los bienes más importantes, como el poblado de Guinea, adelanta Ruth Acosta, antropóloga.