La Canarias 'vaciada' traza una estrategia turística para evitar que tradiciones como los telares y ranchos de ánimas desaparezcan

El mundo rural exprime el atractivo de su patrimonio cultural en busca de recursos económicos que permitan conservarlo

La Fecam traza la estrategia con 200.000 euros de fondos europeos que irán a parar a municipios con menos de 5.000 habitantes

Un telar de La Palma

Un telar de La Palma / E. D.

Clara Morell

Clara Morell

Algunas de las tradiciones más distintivas de los pueblos canarios llevan años en declive. El desarrollo tecnológico y la caída de la población en las zonas rurales ha supuesto una amenaza para auténticos símbolos de identidad isleña como los telares de La Palma, los ranchos de ánimas de Gran Canaria –que homenajeaban a los difuntos a través de la música– o las antiguas técnicas agrícolas desarrolladas sobre la escarpada orografía de La Gomera. Para proteger tradiciones como estas, la Federación Canaria de Municipios (Fecam) tratará de acercar al turista al patrimonio inmaterial de estas zonas con el fin de que se genere una economía que garantice la pervivencia. 

La iniciativa se denomina Retturn –red de experiencias turísticas basadas en la tradición rural– y, además de la Fecam, participan otras cinco federaciones de municipios: Aragón, Andalucía, Extremadura, Galicia y Valencia. Para la puesta en marcha del proyecto, la Fecam dispondrá de un presupuesto de 200.000 euros que proceden de los fondos europeos Next Generation y que irán a parar a municipios con menos de 5.000 habitantes

Municipios de Gran Canaria, La Palma y La Gomera se beneficiarán del proyecto Retturn

¿Cómo se intentará recuperar estas tradiciones? El reto que se ha asumido es el de crear experiencias turísticas vinculadas al patrimonio cultural. De hecho, la Fecam celebró el pasado enero reuniones en las que participaron los distintos colectivos rurales en las que hicieron tormentas de ideas para definir las estrategias a desarrollar. 

Las propuestas de los colectivos vecinales

En estos talleres, en los que también estuvieron presentes representantes de empresas locales y autoridades públicas, las agrupaciones plantearon cuestiones como la optimización del uso de dispositivos electrónicos, el posicionamiento en redes sociales o la inclusión de herramientas para la gestión de proyectos turísticos.

Pero no todo vale a la hora de atraer al turista a las medianías. Los vecinos exigieron impulsar prácticas sostenibles, buscar cuáles son las oportunidades de financiación, tratar de lograr certificados o sellos de calidad así como analizar los pasos que se deben dar para erigirse como destinos inclusivos y accesibles

De los talleres celebrados se recogieron ideas para el diseño piloto de tres experiencias turísticas, una para cada uno de los destinos rurales. Fuentes de la Fecam apuntan que se tendrá en cuenta el público al que va dirigida cada estrategia, los servicios que habrá que implementar y los recursos turísticos locales de los que se dispondrá. Una vez desarrolladas las experiencias, el siguiente paso será formar a los agentes implicados. 

Se busca proteger el patrimonio cultural a la vez que reactivar zonas con menos de 5.000 habitantes

De forma paralela, la Fecam está elaborando material audiovisual de las diferentes experiencias turísticas para elaborar una revista y una web en las que se promocionarán las tradiciones rurales de los tres destinos rurales. La institución se ha fijado como fecha límite para tener el material el próximo 27 de septiembre, Día Mundial del Turismo

Los telares de La Palma

¿Por qué son tan singulares tradiciones como los telares de La Palma? En su historia está la respuesta. Se caracterizan por ser manuales y horizontales, además de estar hechos de madera y compuestos por dos laterales gracias a vigas que se unen y se sujetan de pie por medio de unos listones. Se utilizan para coser telas, especialmente el lino y la seda –todavía hoy en El Paso se conserva la producción de seda desde la cría de los gusanos hasta el tejido y el bordado–. Los telares llegaron con las mujeres de los colonos y desde entonces apenas han cambiado.

En La Palma quedan en torno a una treintena de telares. Su uso antaño era algo más masivo, pues estaban en cada vivienda ante la ausencia de tiendas en las que proveerse de ropa. De hecho, los palmeros utilizaban los telares para aprovechar telas que hoy en día se tirarían, creando con retales las conocidas como mantas «traperas».

El historiador José Policarpo, cronista oficial de Tijarafe, asegura que el proyecto Retturn servirá para promocionar la artesanía de la Isla, dándole un valor «cultural», «sentimental» y «posiblemente económico». Esto es especialmente importante en un contexto turístico como el que atraviesa la Isla Bonita, que se ha visto perjudicada por la pérdida de camas hoteleras tras la erupción del Tajogaite.

No obstante, más allá del impulso turístico a zonas rurales como Tijarafe, el proyecto tratará de mostrar a los locales el valor de los telares con cursos y talleres. Cada vez hay menos personas capaces de trabajar con esta herramienta y en los últimos años apenas se han sumado unas diez personas a la tradición. «Cuanto más se dé a conocer, menos probabilidad de que desaparezca», apunta Policarpo.

Los ranchos de ánimas de Gran Canaria

El rancho de ánimas de Arbejales, en Teror, durante una de sus noches de canto

El rancho de ánimas de Arbejales, en Teror, durante una de sus noches de canto / ED / LP

En el caso de los ranchos de ánimas, que es la tradición que existe en algunos municipios grancanarios de cantar para recaudar fondos con los que sufragar misas por los fallecidos, lo que se busca no es tanto potenciarla –ya que goza de buena salud– sino de acercarla al turista.

El investigador Óscar Vizcaíno explica que está «muy pendiente» de que el Gobierno canario declare los ranchos de ánimas de Arbejales, Valsequillo y La Aldea «bienes de interés cultural» y especifica que todos tienen «funcionalidad plena». Lo que hará el proyecto, por tanto, será «poner en valor el patrimonio inmaterial de las zonas rurales y poco pobladas» de cara a un perfil turístico muy concreto: «En las medianías no se vende turismo de sol, playa y alcohol; sino cultura, historia o gastronomía», matiza. 

El conocimiento agrícola de La Gomera

Por otro lado, en la isla de La Gomera se tratará de difundir el conocimiento agrario, pues tiene características que lo hacen único por su aislamiento histórico dada la difícil comunicación entre los distintos pueblos debido a una abrupta orografía formada por profundos barrancos. Todo ello convierte a la Isla Colombina en un reservorio de variedades locales agrícolas y de conocimiento del manejo y su conservación en el territorio. El proyecto es extensivo a todos los municipios de La Gomera.

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