Una bodega canaria en la cima

Suertes del Marqués, ubicada en La Orotava, logra ser reconocida por cuarta vez entre las cien mejores productoras de vino del mundo

Las viñas de Suertes del Marqués, en La Orotava.

Las viñas de Suertes del Marqués, en La Orotava.

Clara Morell

Clara Morell

Son días de sensaciones agridulces en el Valle de La Orotava. En los viñedos del Camino de Las Suertes, en La Perdoma, Jonatan García tiene la mirada puesta sobre la densa columna de humo que emerge del incendio forestal que desde la semana pasada mantiene en vilo a más de una decena de municipios en Tenerife. Con la aparición de las llamas llegaba también una buena noticia para la bodega que García regenta, Suertes del Marqués, que por cuarto año ha sido incluida en la lista de las 100 mejores bodegas del mundo que elabora la revista Wine & Spirits. Sus vinos son los únicos de procedencia canaria que han sido reconocidos y solo otros seis españoles han sido reseñados por la revista especializada en su última edición.

Con el deseo de que el incendio sea al fin controlado y la preocupación de que las infraestructuras del agua y la luz se vean afectadas en un momento clave para el proceso de elaboración del vino, García atendía este lunes a este diario para contar cómo reciben esta nueva recompensa a la labor que desempeñan en sus viñedos: «Estamos muy contentos porque esto significa que nos consideran una de las grandes bodegas del mundo y, al haber entrado en la lista varias veces, nos sentimos consolidados». De hecho, es la cuarta vez que Suertes del Marqués aparece en Wine & Spirits, ya lo hizo en 2019, 2021, 2022 y 2023. 

Para García, que su bodega familiar aparezca en una publicación internacional de prestigio en la que las catas a ciegas garantizan la independencia de la elección supone un «impulso» que le permite «seguir adelante» sin complejos en su camino para expandirse. Esto es «importante» en un recorrido como el suyo, en el que «muchas veces los propios canarios son asaltados por las dudas» y se cuestionan si sus productos «pueden estar en el máximo nivel mundial».

Uvas endémicas

Es el suelo volcánico lo que hace que los vinos de Suertes del Marqués tengan una sensación agradable al paladar. Utilizan solo uvas autóctonas para lograr «el sabor real de todas las variedades» y evitan «enmascarar ese sabor para imitar a otras uvas de la Península». La fermentación con la que trabajan es espontánea, es decir, no se usan aditivos para modificar ni los aromas ni los sabores.

Y también la orografía del terreno en el que se sitúan los viñedos –en pleno Valle de La Orotava– es importante en el producto. Estar en la cara norte de Tenerife otorga al vino «frescor» porque hay un contraste aproximado de diez grados de temperatura: «Vinificamos cada una de las parcelas y cada uno de los agricultores hace su trabajo por separado, tanto por altitudes como por orientación. Los suelos más ricos nos dan vinos con más fruta y los suelos más pobres nos dan vinos más minerales». El objetivo final de este trabajo es lograr vinos «que sean muy fáciles de beber».

Los clientes que piden probar las 20 referencias de vinos que tiene Suertes del Marqués lo hacen porque quieren «investigar» en el mundo del vino, «salirse un poco de los sabores de siempre y degustar nuevos suelos con variedades de uvas distintas». 

Quienes se suelen acercar a las botellas de Suertes del Marqués son personas que ya tienen «ciertos conocimientos». Dentro de la gama de vinos con la que cuentan, García cree que hay sabores «para todos los gustos» y botellas idóneas «para todo tipo de momentos»: desde vinos más frescos, con más frutas, hasta otros con más estructura. 

Con un sabor que depende tanto del lugar en el que se elabora es de entender la preocupación de García por el entorno, no solo en el contexto actual del humo y las cenizas, sino también por la conservación de la zona. Su objetivo es seguir plantando viñedos, una héctarea y media más de Listán Blanco que se sumará en breve a las nueve que ya tienen en propiedad con variedades como Listán Negro, Vijariego Negro, Baboso Negro o Malvasía Rosada. Así, comprando y arrendando viñedos «que iban a desaparecer», este viticultor quiere evitar que el paisaje de La Orotava se pierda.

Además de los viñedos en propiedad, para elaborar su producción de vinos Suertes del Marqués recurre a dos héctareas que tienen arrendadas y a otras 17 héctareas de distintos viticultores de La Orotava. Y, aunque confían en la fidelidad de sus viticultores y «nunca les dejarán de lado», García asegura que cada vez tratan de ser menos dependientes y por eso intentan ampliar los terrenos cultivados en propiedad. 

Buscan el relevo en el campo

Si se le pregunta por vender sus viñas, García se niega de forma tajante. Para él, su «empresa familiar» debe seguir siendo eso, a pesar de los movimientos de compra y venta de bodegas que se están produciendo en la zona: «Está habiendo una guerra de precios en la que unos viticultores están prácticamente robando terrenos a otros». Lejos de esta idea de hacer negocio con los terrenos, su deseo es que las siguientes generaciones de la familia continúen con lo que empezaron él y su padre, Francisco Javier García.

En su apuesta por permanecer en el tiempo, el viticultor busca siempre tener una plantilla joven que garantice el relevo en el campo y que no se pierdan viñedos centenarios. Ahora mismo, siete personas trabajan en Suertes del Marqués, mientras que otras tres se encuentran contratadas como fijas discontinuas. En época de vendimia trabajan en las viñas hasta 25 personas. La mayoría de los empleados son jóvenes: «Hasta hace poco la viticultura se veía como un trabajo de fin de semana. Nuestro objetivo es que todo el personal se dedique al 100% a esta actividad, con contratos fijos y una remuneración que les permita ver esto como un sustento para el resto de sus vidas».

A pesar de su nombre, no es suerte precisamente lo que ha llevado a esta bodega canaria a la cúspide, sino su apuesta por la calidad. El objetivo no es «seguir creciendo en volumen», sino «hacer cada vez menos botellas» y «situarlas en mejor posición» en el mercado a través de sus más de 70 distribuidores. Suertes del Marqués está presente en más de 40 países, Estados Unidos y Alemania son sus principales compradores pero también llegan a lugares más exóticos como Tailandia, Corea del Sur, Israel y Australia. 

En España, esta bodega canaria cuenta con 12 distribuidores y sus vinos están presentes «en prácticamente todo el territorio». En Canarias se encuentran «en pleno proceso de expansión» y tratan de cambiar una realidad que les hacía estar «prácticamente más presentes en la Península que en el propio Archipiélago». Sus vinos se toman en hoteles –entre los que se encuentran los de las cadenas Four Seasons y Shangri-La– y restaurantes de gama media o alta así como en tiendas especializadas.

Como todo se hace al detalle, las visitas a Suertes del Marqués son muy limitadas y solo se realizan bajo cita previa. Desde sumilleres, hasta periodistas o aficionados se interesan por conocer cómo funciona esta bodega, una de las mejores del mundo, en un recorrido «bastante largo» que realiza el propio Jonatan García.

Francisco Javier García, el padre con ojo para las viñas

Fue en 1986 cuando Francisco Javier García se decidió a comprar unos viñedos en La Perdoma. En la finca El Esquilón, que da nombre a uno de los vinos de Suertes del Marqués, García tenía como afición elaborar un vino artesanal que solo aprovechaba para autoconsumo. En 2006, su hijo Jonatan García se lanzó a la elaboración y distribución del vino gracias a la experiencia que le habían trasmitido su padre y el propio entorno. Para él, su salto a la viticultura fue algo natural, porque en La Orotava «todos hemos estado involucrados con el vino desde niños, de una forma u otra». Cuidar de esa profesión y enseñársela a las siguientes generaciones es el reto que se ha marcado. | C. M. 

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