El paro juvenil cae en Canarias a su nivel más bajo desde la burbuja inmobiliaria

La reactivación económica genera empleo para más de 20.000 menores de 25 años en las Islas

Un joven agricultor trabaja en su finca.

Un joven agricultor trabaja en su finca. / ANDRES CRUZ

Más de 20.000 jóvenes se han incorporado al mercado laboral en los últimos doce meses en Canarias. La reactivación económica que ha precedido a la pandemia, que está llevando las cifras generales de paro a sus niveles más bajos en 15 años y hace que el número de ocupados haya tocado techo, también está generando que el desempleo juvenil en el Archipiélago experimente una caída todavía mayor. De esta manera, son muchos los menores de 25 años que han conseguido una oportunidad profesional en los últimos meses. 

De acuerdo con la última Encuesta de Población Activa (EPA) –que hace referencia al primer trimestre del año– la tasa de paro para este colectivo en las Islas se situó en el 36,4%. Y aunque es cierto que continúa siendo elevada no tiene nada que ver con la que se registraba hace tan solo unos meses. En apenas un año, este indicador ha caído casi 21 puntos en Canarias desde el 57,3% en el que se encontraba en el arranque del 2022 a la tasa actual del 36,4%.  El valor más bajo en un primer trimestre desde 2008, cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria aún era un fantasma para muchos. A partir de ese momento comenzó a incrementarse con la debacle del sector de la construcción, que se había convertido en refugio para muchos jóvenes que sin haber acabado sus estudios vieron en esta actividad una oportunidad laboral. Y su incremento no paró, llegando a rozar el 70% en los peores momentos de la crisis financiera. 

En 2018 comenzó a moderarse y a finales de 2019 la tasa se situó por debajo del 40%. Pero la llegada del covid frustró de manera abrupta este descenso y la destrucción de empleo se cebó con los trabajadores más jóvenes durante toda la pandemia. Pero, ¿por qué fue este uno de los colectivos más castigados? La paralización de la actividad económica afectó entonces de manera mayoritaria al sector servicios, actividad en la que terminan trabajando la mayor parte de los jóvenes que no finalizan sus estudios, que son quienes de forma mayoritaria buscan trabajo con menos de 25 años. Porque se debe hacer una puntualización, una tasa de paro juvenil del 36,4% no quiere decir que más de un tercio del total de los menores de esa edad están en el paro, ya que existe una gran cantidad de canarios en esa franja que todavía están estudiando y no buscan trabajo, por lo tanto no se encuentran dentro de esa estadística. 

Ahora, está pasando justo lo contrario. La reactivación del turismo tras el fin de las restricciones está volviendo a bombear el empleo, también en el sector servicios, que de nuevo acoge a un gran número de jóvenes. No hay sino que ver las cifras. De los 20.600 que se han incorporado al mercado laboral en los últimos doce meses 19.900 lo ha hecho con un trabajo vinculado a estas actividades, 400 a la construcción y el mismo número al sector primario, según la EPA.

Inma Castro es una de las jóvenes canarias que ha encontrado trabajo recientemente. Tiene 23 años y tras acabar la carrera de Fisioterapia y hacer un máster, decidió seguir estudiando Educación Infantil. «Quería seguir formándome para tener más opciones laborales», cuenta. Pero también quería probar a desempeñar la profesión para la que ya se había preparado. Por eso, comenzó a buscar trabajo hace unas semanas y para su sorpresa no tardó demasiado en encontrarlo. «El mismo día que envíe los curriculum me llamaron para concertar dos entrevistas», expone.  

De estas dos opciones acabó eligiendo la que más le convencía, un puesto en un centro de fisioterapia en el que empezó hace tan solo unos días. «Me sorprendió muchísimo conseguirlo en tan poco tiempo pensé que iba a tardar mucho más», reconoce, más teniendo en cuenta que carecía de experiencia laboral. 

Esta joven asegura que está contenta, cogiendo el ritmo en su puesto de trabajo aunque ya reconoce que no se trata del empleo «de mi vida». Considera que el salario es «algo limitado» pero se resigna porque «por algo hay que empezar» y al menos le permitirá tener experiencia en el mercado laboral, además en el ámbito que ha estudiado. 

El hastío por tantos años de estudio durante la carrera y el ansia por no depender económicamente de sus padres fue lo que impulsó a Carlos Díaz a buscar un empleo con 25 años. Este ingeniero mecánico tardó un mes en encontrar un puesto de trabajo después de comenzar a enviar curriculum a cualquier empresa que pudiera ofrecerle una vacante dentro de su ámbito de preparación. Y desde hace unos meses es técnico en instalaciones de tratamiento de residuos. Este joven canario también se sorprendió de la rapidez con la que encontró un puesto y detalla que incluso llegó a tener hasta tres opciones laborales para elegir.

Lo que más valoró a la hora de escoger fue el salario, aunque una vez pasado algo de tiempo admite que ahora hubiera sopesado también otras condiciones. «Al ser mi primer trabajo no tengo muchas referencias pero siento que tengo muchas responsabilidades ya que soy el único encargado de que todo funcione correctamente», explica. Esto hace que tenga que estar «siempre pendiente de todo» incluso fuera de su horario laboral. 

Una de las primeras cosas que aprenden los jóvenes en su primera experiencia profesional es que de forma habitual suele estar precarizada. Sueldos bajos, los peores turnos y condiciones son lo que se encuentran quienes se estrenan en el mercado laboral. Y es que aunque la situación del paro juvenil haya mejorado ni mucho menos se puede sacar pecho. 

La tasa de desempleo se sitúa en el 36,4%, la más baja desde 2008, cierto, pero todavía demasiado alta si se compara con la tasa de paro general. El desempleo entre los jóvenes de 25 años es más del doble del que existe entre el resto de trabajadores y Canarias sigue situándose a la cabeza de las comunidades con mayor nivel de paro juvenil, solo por detrás de Andalucía y Extremadura. Pero el Archipiélago todavía ostenta uno de los primeros puestos entre los territorios con más paro de este colectivo de toda la Unión Europea (UE). De acuerdo con los datos de Eurostat –del cierre de 2022– Canarias era la sexta región con un nivel de paro juvenil más alto. Tiene por delante a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y las regiones griegas de Tesalia, Esterea Ellada y Dytiki Macedonia. 

Pero es que dentro del Archipiélago el paro juvenil también va por barrios. La tasa oscila entre el 46% del municipio donde es más alta –Agaete, donde casi la mitad de los jóvenes activos menores de 25 no encuentra trabajo– y el 6% de la localidad que tiene casi pleno empleo en este colectivo, el municipio de Tías, en Lanzarote.

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