Telegramas submarinos

El 16 de agosto de 1585 se envió el primer mensaje telegráfico a través del cable desde Irlanda y decía: «Gloria a Dios en el cielo, paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad»

Telegramas submarinos.

Telegramas submarinos. / El Día

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Durante la década de 1840 ya se encontraban extendidas las comunicaciones telegráficas terrestres en Estados Unidos y en Europa. En 1842, Samuel Morse, inventor del código y del telégrafo Morse, comenzó a estudiar el uso del tendido de cables bajo el mar.

El primer cable telegráfico submarino consiguió unir Inglaterra y Francia en 1850 a través del estrecho de Dover. Poco tiempo después, el cable se rompió, pero fue reparado el año siguiente. Ya para 1858 existían más de 30 líneas sumergidas por Europa, la más larga se encontraba en el mar Negro y medía 574 km. 

En esta época la forma de comunicarse entre el continente europeo y el americano era mediante carta. El correo ordinario tardaba en llegar unos diez días, así que, tras los avances de Morse, se apresuraron en estudiar la forma de hacer llegar un cable de un continente a otro. Se necesitaban nada más y nada menos que 4.000 km de cable que debía ser tendido a unos 4.000 metros de profundidad. Por suerte, años atrás se creó un mapa topográfico del Atlántico Norte que ayudaba a conocer el fondo marino del Atlántico.

A pesar de que el proyecto lo llevaron a cabo empresas e inversores privados, el gobierno británico colaboró económicamente y cedió barcos, útiles para el tendido del cable. El tendido se fabricó con siete alambres de cobre, se recubrió con tres capas de un aislante y se blindó con hilos de acero. Su diámetro era de 1,75 cm.

En 1875 dos barcos de guerra cargaron con las dos mitades del cable que se unirían en mitad del océano. Uno debía desenrollar el cable en Irlanda y el otro lo haría en Terranova. Sin embargo, uno de los operarios observó cómo el cable se partía debido al fuerte oleaje. La misión tuvo que ser suspendida y se perdieron 650 km del tendido.

En un segundo intento en 1858, el cable volvió a partirse. Intentaron unirlo nuevamente días después, pero se volvió a romper y tuvieron que abandonar definitivamente la misión. Lejos de dejar de intentarlo, volvieron a partir desde Irlanda, esta vez con dos barcos más y con el tiempo en calma. En agosto del mismo año, y para sorpresa de un público incrédulo, consiguieron empatar los cables con éxito.

El 16 de agosto de 1585 se envió el primer mensaje telegráfico a través del cable desde Irlanda y decía: «Gloria a Dios en el cielo, paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad». Poco después, utilizaron este tipo de correspondencia la reina Victoria y el presidente estadounidense James Buchanan: «La Reina está convencida de que el presidente compartirá con ella la ferviente esperanza de que el cable, que ahora ya conecta Gran Bretaña Estados Unidos, constituirá un vínculo adicional entre las dos naciones, cuya amistad se basa en el interés común y en su recíproca estima».

Buchanan envió el siguiente mensaje: «Éste es un triunfo más glorioso porque es mucho más útil para la humanidad de lo que un conquistador ha podido ganar en un campo de batalla. Que el cable transatlántico, bajo la bendición del cielo, demuestre ser un vínculo de paz y amistad perpetuas entre las naciones afines, y un instrumento destinado por la Divina Providencia para difundir la religión, la civilización, la libertad y la ley en todo el mundo».

Esta alegría no duraría mucho. Los mensajes se transmitían, sí, pero con una lentitud desesperante. El mensaje de la reina tardó 17 horas en ser recibido. Para mejorar la velocidad de las comunicaciones empezaron a aplicar voltajes que el cable no podía soportar y, después de tan solo tres semanas tras la inauguración del tendido, este quedó completamente inutilizado.

Tendrían que esperar hasta 1866, cuando, tras muchas adversidades, el barco Great Eastern consiguió tender con éxito un nuevo cable entre los continentes. Este era más grueso, con mejor blindaje y aislamiento. 

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