'Futurama' se resiste a morir

Cancelada hace una década, llegan nuevas y afiladas entregas de la comedia animada de ciencia ficción, escritas por los guionistas habituales pero abordando temas nuevos como los modos de consumo y producción en la era del ‘streaming’ o la fiebre del oro desatada por el bitcoin

Leela, Fry y el robot Bender, principales protagonistas de ‘Futurama. (L)  | MATT GROENING

Leela, Fry y el robot Bender, principales protagonistas de ‘Futurama. (L) | MATT GROENING / juan manuel freire

Juan Manuel Freire

Futurama no estaba muerta, estaba criogenizada. Diez años después de ser cancelada por segunda vez, la comedia animada de ciencia ficción acaba de regresar con nuevos capítulos a través de Disney+. Se anuncia como su undécima temporada, pero en realidad es la octava: esas falsas temporadas extra son el resultado del maltrato (episodios movidos de temporada, otros emitidos desordenadamente) al que FOX sometió la serie en sus comienzos, a finales de los 90, principios de los dosmil. Error subsanado en la edición en DVD, pero trasladado al streaming; si alguien quiere repasar los viejos episodios antes de ver los nuevos, debería seguir el orden estipulado en la Wikipedia.

De repartidor a repartidor

Nunca tan popular como Los Simpson, anterior creación de Matt Groening, Futurama tiene no obstante tantos valores como aquella: la misma creatividad sin límites, la misma capacidad para satirizar de forma afilada a la vez que ofrecer gags visuales para todas las edades. O una galería de personajes igual de memorable, empezando por el repartidor de pizza Philip J. Fry, criogenizado por accidente en 1999 y despertado mil años después en una Nueva Nueva York de curvas retrofuturistas al estilo de Los Supersónicos. Junto a la alienígena cíclope Leela o el robot Bender, vago, malhablado y adicto al licor de malta, se convertía en parte esencial de la tripulación de la nave de Planet Express, empresa de reparto interplanetario de su anciano sobrino, el Profesor Hubert Farnsworth. Es decir, en el futuro lejano, Fry era aún repartidor.

Uno de los infinitos placeres de Futurama era (es) su humor cargado de referencias a la cultura popular, algo en lo que se adelantó a la comedia geek sublimada a finales de los dosmil por Big bang y Community. El creador de esta última, Dan Harmon, propuso en 2013 una heredera todavía más clara de Futurama, la felizmente caótica Rick y Morty, que también puede disfrazar de animación colorida más de una idea y un concepto simplemente siniestros. En ese sentido, Futurama empezó fuerte: recordemos la cabina de suicidios. Una y otra han abordado sin miedo problemas tan auténticos como la depresión, el alcoholismo e incluso la brutalidad policial.

Como siempre

La serie no regresa en forma de sucedáneo, sino escrita por guionistas habituales como David X. Cohen (que codesarrolló la serie con Groening), Patric Verrone, Eric Horsted o David A. Goodman, al que debemos esa famosa parodia de Star Trek llamada Donde ningún fan ha llegado antes, undécimo episodio de la cuarta temporada. Los cuidados diálogos siguen brillando en las voces clásicas de Billy West (Fry, Farnsworth y el médico langosta Zoidberg), Katey Sagal (la capitana de nave Leela) o, tras algo de polémica, John DiMaggio (el robot doblador Bender), al parecer sin el aumento de sueldo por el que luchó públicamente.

La mejor forma de acceder a cada entrega es con la menor información posible. Pero daremos algunas pistas, solo unas cuantas, a los más impacientes. En esta temporada vamos a encontrar, por ejemplo, una sátira de los modos de consumo y producción habituales en la era del streaming: decidido a ver «todas las series de televisión que se hayan hecho», Fry se calza unas gafas de atracón que se autotaladran al cerebro y un traje especial para no tener que perder tiempo moviéndose y esas cosas. En el momento, quizá, más visionario, vemos a Bender escribiendo guiones a piñón. ¡Regulación de la IA cuanto antes!

Pero eso no es todo: también veremos cómo el bitcoin desata una nueva fiebre del oro que lleva a los prospectores hacia el Oeste, donde la electricidad es, al parecer, «barata y asquerosa», según los noticiarios. Y los fans más veteranos podrán saber qué sucedió con los renacuajos de Kif y la asistente Amy. Hasta aquí podemos/ debemos leer.

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