Corredera solo suma 43 minutos en liga después de su visita al quirófano

Uno de los grandes retos de Luis Miguel Ramis para las 18 jornadas finales es rescatar la mejor versión de Alexandre Corredera Alardi (Sant Joan de les Abadesses, 1996), futbolista absolutamente esencial en la exitosa campaña pasada y que ha caído en el ostracismo tras salir del quirófano. Una aciaga actuación en Ponferrada en la primera vuelta, en su partido más difícil como futbolista del representativo, precipitó los acontecimientos y le llevó a la consulta del doctor Guillén. El diagnóstico estaba claro: había que operar.

Varios meses más tarde, Corredera tiene motivos para el optimismo porque la intervención quirúrgica fue exitosa y las molestias pronto serán historia. Pero su bagaje de minutos (43’) es raquítico desde entonces. El gerundense ha jugado dos veces –ambas en casa– contra Alavés (2-1) y la propia Ponferradina (0-0). Algo no va según lo deseado, hasta el punto de que el propio futbolista manifestaba tras su única titularidad –en la Copa contra el Pontevedra– evidentes dificultades en el proceso de puesta a punto.

Los próximos partidos han de ser claves, pero con el tren en marcha es difícil hallar un hueco para darle carrete y que pueda probarse por largo rato. Ya sin el escaparate del torneo del KO, donde el Tenerife quedó eliminado justamente en Pasarón, falta por ver si Ramis estima conveniente que su incorporación al juego sea gradual; o si por el contrario encuentra razones para darle galones de titular más pronto que tarde.

En Málaga no jugó por unas molestias en el cuádriceps y en Cartagena se quedó a cero por decisión técnica. Estas dificultades para reencontrarse consigo mismo ya las intuía la comisión deportiva cuando comenzó el mercado invernal, motivo por el cual se explora también un fichaje en su posición. El preferido es Manu Molina.

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