Cordero y el club ya hablan de su salida

El Zaragoza niega que vaya a pagar nada al Tenerife por el fichaje de su director deportivo

Juan Carlos Cordero, director deportivo blanquiazul. | E.D.

Juan Carlos Cordero, director deportivo blanquiazul. | E.D. / M. D.

Manoj Daswani

Manoj Daswani

El CD Tenerife y su director deportivo, Juan Carlos Cordero, ya hablan en privado de una posible salida. Los nuevos responsables del representativo y el profesional cartagenero han abordado por vía telefónica un posible escenario para que se produzca su desvinculación y así pueda cumplir con su deseo de marcharse. Según arguye, quiere irse porque no encaja en el nuevo modelo de gestión y le gustaría la rescisión anticipada de su contrato.

En el club no ha sentado nada bien el proceder de Cordero. El disgusto es mayúsculo porque entienden inaceptables las primeras proposiciones que hizo para salir, y en las que llegó a pedir parte de los emolumentos pendientes de pago. Ahora, el paisaje ha cambiado absolutamente; y es el Tenerife el que le niega la opción de irse gratis y exige el cobro de la penalización pactada para el caso de una salida voluntaria.

Todas las partes implicadas en el proceso tienen un enemigo común: el reloj. En el caso de los jerarcas blanquiazules, porque consideran perjudicial este clima de inestabilidad e incertidumbre, más todavía porque el mercado invernal está a la vuelta de la esquina y los fichajes pretendidos (en total, tres) ya habrían de estar encarrilados.

Y en cuanto a Cordero, porque el plazo que le ha dado el Real Zaragoza para clarificar su situación expira en cuestión de horas, entre hoy y mañana. El club maño no quiere perder mucho más tiempo, si bien el actual director deportivo de los blanquiazules es su primera opción para relevar al ya destituido Miguel Torrecilla.

Ayer, el director general del conjunto aragonés, Raúl Sanhellí, negó tajantemente que vayan a pagar a un tercero (en este caso, al Tenerife) por liberar al profesional que quieren para el cargo. Ahora bien, sí se plantea una opción que satisfaría a todas las partes, aunque obligaría a Cordero a hacer un notable esfuerzo económico. La única vía posible a estas alturas de la semana es que la penalización al representativo se sufrague con las cifras que el ejecutivo cartagenero se rebaje del que será su salario –en un contrato por tres temporadas– en su nuevo destino. El acuerdo con el equipo peninsular recoge la contratación de sus dos hombres de confianza en el Tenerife, Santos Olmo y Alberto González.

Según apunta El Periódico de Aragón, es Cordero el que está haciendo de mediador entre clubes, sin que haya habido –al menos de momento– ni tan siquiera una toma de contacto entre dirigentes maños y tinerfeñistas. Si la hubiera, el único interlocutor válido para negociar en nombre del representativo sería José Miguel Garrido, nuevo primer accionista, puesto que –tal y como ayer apuntó EL DÍA– los actuales consejeros están desprovistos de cualquier capacidad ejecutiva mucho antes de que en la Junta General de este mes se sustancie el nombramiento de Paulino Rivero como presidente. En el club isleño ya conocen las palabras que ayer emitió Sanhellí en nombre del Zaragoza, y que consideran parte de la partida de ajedrez que libran todas las partes afectadas en el proceso. «Ahora ya es muy reducido el círculo de candidatos y estoy valorando su experiencia, su honestidad, que no tengan motas en el pasado. Me gustaría hacerlo [el fichaje] inminentemente. Eso sí, no vamos a pagar un euro por él a ningún club ni a nadie», dijo.

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