El último partido de Sergio González Martínez (Cartagena) con el representativo había sido en el Heliodoro y contra el Racing. El resultado fue de victoria blanquiazul y en absoluto se habían disparado las señales de alarma, ni la preocupación por el juego del equipo, tampoco las urgencias ni la precariedad clasificatoria. Desde entonces hasta ayer transcurrieron nueve jornadas y 60 días. Tiempo suficiente como para que el polivalente jugador blanquiazul superase una lesión muscular, fuese descartado un par de veces por decisión técnica y encontrase premio a la paciencia con su titularidad de anoche.

Jugó Sergio, que a Ramis convence (mucho) como central, pues así lo atestiguan tantas y tantas alineaciones del curso pasado. Y lo hizo también porque uno de sus compañeros más frecuentes en los onces de la temporada previa, José Léon, no anda fino y está lejos de su mejor versión. Han sido muy habituales los errores gruesos del madrileño, hasta el punto de que el entrenador le avisó con una suplencia, le volvió a dar carrete y otra vez ayer lo mandó al banquillo. Elocuente.

En cuanto a la fiabilidad de Sergio, no hay dudas por el momento. Aunque ayer le costase asentarse en el partido durante los primeros minutos –lógico tras tan larga inactividad– se le presume un largo recorrido a la vera de Sipcic, que de forma sorpresiva se ha instalado en la titularidad y se ha erigido en la más eficaz de las soluciones para el eje de la retaguardia. Comenzó con ciertas dudas sobre su propia cuota de minutos el central balcánico, que en verano sopesó irse a Bélgica pero rechazó una potente oferta de aquel país porque en la Isla era feliz. Le faltaba jugar más y con el paso de las jornadas ha ido ganando posiciones en las preferencias del entrenador hasta confirmarse como el central con más partidos, más titularidades y más rodaje.

Baile de centrales

Lo que parece claro es que el entrenador está hallando una infinidad de obstáculos y dificultades que no encontró durante la liga anterior en la búsqueda de una pareja de centrales predilecta. Si entonces le encandiló la reconversión de Sergio, ahora han sido las lesiones, los bajos niveles de forma y otras muchas circunstancias adversas las que le han ido obligando a ir saltando, de apuesta en apuesta, hasta haber traducido los cambios en una constante.

De hecho, se ha convertido en un suceso inhabitual que Ramis juegue con los mismos centrales más de dos semanas consecutivas. La buena noticia es que pronto recuperará a Carlos Ruiz, ahora en la enfermería como antes estuvo Sergio. Y en otras parcelas del campo también se esperan pronto muy buenas noticias. Waldo también enfila la recta final de su recuperación y ansiosos aguardan su momento también Shashoua y Corredera. Hacen falta.

La quinta de Aitor

Aitor Sanz estaba apercibido de suspensión y ayer vio una amarilla en la primera mitad, de modo que no podrá estar el sábado sobre el césped de El Plantío. Anoche en Anduva, el madrileño fue titular a la vera de Javi Alonso, una de las novedades en el once.