El Tenerife firmó un día aciago ante el Málaga y sumó su quinta derrota del curso. El feudo del equipo andaluz es un feudo vetado para los blanquiazules, que no vencen en La Rosaleda al primer equipo boquerón desde 1987.

Luis Miguel Ramis apostó por hacer rotaciones y dio descanso en esta ocasión a Mellot, Sam Shashoua, Carlos Ruiz y otra vez a Míchel Herrero.

Conforme al guion previsto, el conjunto local empezó la contienda en tromba y en busca del gol que le permitiese adelantarse en el marcador. Lo hizo en un discutido penalti -sobre la misma linde del área- que materializó Brandon Thomas al primer cuarto de hora de la primera parte.

Antes, el Tenerife había dispuesto de la oportunidad más clamorosa del partido en un trallazo de Rubén Díez que se fue fuera, cuando lo más fácil parecía anotar.

El encuentro trajo más malas noticias para el representativo, entre ellas la lesión de Sipcic, que abandonó el campo con molestias musculares antes del intermedio.

Aún así, el representativo continúa en cuarta posición y con cuatro puntos de renta respecto al séptimo clasificado. Sus próximos partidos serán en casa, contra Alcorcón y Real Sociedad B.