Campeón contra la covid-19

El Tenerife se ha tomado muy en serio la lucha contra la covid-19 y ha seguido a rajatabla los protocolos que marcaban las autoridades sanitarias y LaLiga. Lo ha hecho hasta el punto de que, a 24 horas de la jornada 42, no ha tenido ni un solo positivo en la primera plantilla durante la competición.

Como es lógico, no ha sido ajeno a la pandemia que vive la sociedad. De hecho, unos de sus futbolistas tuvo que retrasar su reincorporación a los entrenamientos en pretemporada al dar positivo justo antes de viajar de regreso de sus vacaciones a la Isla. Fue Elliot Gómez, que luego se marchó cedido al Real Valladolid Promesas. Es más, el tinerfeño ha reconocido que sus problemas con las lesiones musculares son “una secuela del virus”.

También afectó a Ethyan González, que justo el día que se sometía al test que le iba a permitir unirse al primer equipo para recuperarse con los fisioterapeutas de la lesión que padecía, no pudo hacerlo al dar positivo en el test de antígenos. El canterano tuvo que retrasar su incorporación a la dinámica de los mayores hasta que dio negativo, una vez completada la cuarentena correspondiente.

Con él la tuvo que hacer Suso Santana, contacto estrecho del canterano y que se perdió dos partidos fuera de casa (ante Cartagena y Mirandés) por el aislamiento por contacto estrecho que figura en el protocolo. El capitán, no obstante, dio negativo en las dos PCR necesarias y regresó al trabajo después de que sus compañeros se enfrentaran al Castellón. Le pasó algo parecido a Otar Kakabadze, que mantuvo un contacto estrecho durante la concentración con su selección en una de las fechas FIFA, y debió estar en cuarentena los días preceptivos. El lateral derecho también dio negativo en cada prueba.

Aunque algún trabajador del club sí ha pasado por el coronavirus, la familia del primer equipo no ha tenido que lamentar tal circunstancia. Los estrictos controles de LaLiga, que tiene un director covid por equipo para controlar el día a día y las burbujas en cada desplazamiento, ha permitido al Tenerife escapar de la quema. Desde hace un tiempo, son cuatro los test de antígenos que superan los jugadores y técnicos cada semana. Los últimos, ayer en El Mundialito. Siempre con el negativo por bandera en los blanquiazules, un logro a tener en cuenta después de nueve largos meses de una temporada tan atípica y exigente en el calendario.

El resto

Los rivales del Tenerife han tenido serios problemas durante la temporada. Algunos, como el Alcorcón o el Mirandés, se vieron obligados a suspender partidos por sendos brotes. Hasta trece en los burgaleses que, sin ir más lejos, obligaron a cambiar la fecha de la visita blanquiazul prevista para el mes de marzo. Su técnico, José Alberto, llegó a estar ingresado. Al Alcorcón le pasó algo antes, casi en el inicio del curso, y empezó por cuatro positivos en el primer anuncio.

También lo sufrió el Sporting de Gijón, con nueve después de las navidades. Los asturianos afrontaron varias jornadas en cuadro, pero evitaron los aplazamientos de encuentros. También escapó el Rayo, que tuvo seis en el mes de enero. El otro brote de la temporada no fue tan grave, puesto que lo sufrió el Sabadell en el inicio de los entrenamientos en el mes de agosto.

Los recién ascendidos a Primera División también lucharon contra el covid. El Espanyol acaba de tener afectada a su estrella, Raúl de Tomás. Regresó justo contra el Tenerife e intentará disputar ya los 90 minutos en Alcorcón para pelear por el pichichi. Antes lo estuvieron otros como Campuzano o Embarba. En el Mallorca lo sufrieron Lago Junior, Mboula o Marc Cardona, entre otros. Entre los equipos que pelean por el playoff, el Girona tuvo a Kebe entre los afectados y el Almería al exblanquiazul Juan Villar. En el Leganés cayeron piezas importantes como Rubén Pérez o Juan Muñoz.