El Tenerife llega al último partido del año en una situación de exigencia máxima. Está en zona de descenso y con un déficit importante de puntos. No obstante, el encuentro de esta noche encierra otras claves de puertas adentro. Ramis llegó al club hace menos de un mes (el 24 de noviembre) y en ese corto plazo ha tenido que dirigir cinco partidos, sin tiempo casi para entrenar, para inculcar su idea de juego al grupo. Su estancia en el banquillo ha estado marcada por los viajes (tres de los encuentros fueron lejos de casa) y los partidos. Los nueve días que han transcurrido desde el partido de Oviedo, han sido muy provechosos para el plantel y para el técnico, que por fin ha podido avanzar en su idea. Hoy se esperan los resultados.

Algo similar ocurrió la pasada campaña con Rubén Baraja. Fue a la vuelta de las vacaciones y tras cuatro malos partidos, cuando el técnico entrante pudo poner al equipo a jugar como quería. Luego llegó una racha impresionante.

Esta circunstancia anima a los jugadores a pensar que esta noche, en un encuentro muy comprometido ante un buen rival, van a funcionar mejor como equipo. En esta tarea, el técnico va a tener que improvisar, porque tiene bajas sensibles que afectan al corazón del equipo. No está Aitor Sanz, por acumulación de amonestación, y sigue sin poder jugar Gio Zarfino, por sus molestias musculares. El tercer descarte, por sanción, es Pomares. Ramis tiene bastantes variantes porque la plantilla tiene profundidad, aunque su naturaleza futbolística sea más que discutible. En el doble pivote puede optar por la pareja Folch-Javi Alonso, dos jugadores complementarios, o bien echar mano de Valentín Vada para darle salida al balón. La opción de Dylan desde el inicio parece más atrevida, aunque el entrenador le dio todas las posibilidades en la rueda de prensa del sábado. Lo mismo, en cuanto a la diversidad de posibilidades, sucede en tres cuartos de campo, donde pueden jugar Suso y Bermejo en las bandas, o bien Nono y Shashoua, o mezclar a dos de estos cuatro, o bien colocar al inglés de enganche, si no elige para esa zona al propio Vada. Aún más, es una opción que entren Jorge o Joselu de segundo delantero acompañando a Fran Sol.

Noche de contrastes.

El Girona es un equipo en crecimiento. Francisco llegó al banquillo la pasada campaña en plena carrera por un ascenso forzado, porque el equipo no andaba bien desde el principio, y ahora que ha podido iniciar la temporada se ha encontrado con un severo recorte que, sin embargo, no afecta a la presencia de jugadores del valor franquicia que tiene Stuani. El uruguayo, que está volviendo de una lesión, no está solo. El senegalés Mamadou Sylla aprovechó la ausencia de Stuani y se afianzó en el equipo con 5 goles. Por detrás, en tres cuartos, Yoel Bárcenas, ex del Oviedo, y Samu Saiz, potencian un ataque de categoría. Un poco más atrás en el campo, el canterano del Barça Monchu pone la calidad en el origen del juego. Frente a las dificultades del Tenerife para hacer gol, solo 13 en 18 partidos, luce la solvencia defensiva gerundense: lleva tres partidos sin encajar (475 minutos).