Luis Miguel Ramis reprodujo en su estreno ante la UD Almería lo que viene siendo una constante en el banquillo insular desde febrero de 2018. Se estrenó con derrota, a pesar de los buenos síntomas que pareció transmitir el equipo en la primera parte.

Y es que los técnicos sustitutos no suelen empezar con muy buen pie sus andaduras en el CD Tenerife en los últimos tiempos. Solo Joseba Etxeberria, en la temporada 17/18, ha hecho bueno el famoso dicho de “entrenador nuevo, victoria segura”. Lo hizo además con goleada sobre el Córdoba (5-1) cuando sustituyó a José Luis Martí, que también había empezado ganando su etapa en el banquillo insular (2-0 al Deportivo Alavés en el curso 15/16).

Antes y después de estas dos excepciones, malas noticias. En la temporada 18/19, José Luis Oltra empezó empatando y Luis César Sampedro lo hizo asustando con un derrota que puso la permanencia en tela de juicio. Rubén Baraja, en la 19/20, tampoco sumó un solo punto en Málaga. El Tenerife perdió en La Rosaleda (2-0) y ofreció un retroceso en su juego que también parecía hacerle acreedor al descenso. En todos los casos se recuperó, a pesar de no iniciar con buen pie el entrenador correspondiente.

En la última década se ha reproducido esta tendencia, empezando por el año del descenso Segunda B (2011). Juan Carlos Mandía, Antonio Tapia y David Amaral no ganaron en sus debuts. Raúl Agné, que sustituyó a Álvaro Cervera en la 14/15 también cayó en su estreno en el Heliodoro. Incluso en Segunda B, Quique Medina empató en su primer partido (1-1 contra el Lugo). Sí ganó Andrés García Tébar (1-2 al Conquense).