Liga Endesa

El intento del Lenovo Tenerife solo dura 10 minutos

El cuadro aurinegro dice adiós a la temporada al caer de nuevo contra el Unicaja (97-74) pese a un buen arranque (13-22) y tras encajar un demoledor parcial de 34-9 en el segundo cuarto

Fitipaldo y Doornekamp miran resignados tras la canasta de Perry.

Fitipaldo y Doornekamp miran resignados tras la canasta de Perry. / ACB Photo

Apenas poco más de 10 minutos le duró al Lenovo Tenerife su intento de alargar la serie de cuartos contra el Unicaja Málaga (97-74). Un gran arranque -anotando y evitando que su rival jugara a campo abierto- le dio a los aurinegros una renta de nueve puntos (13-22), pero la notable puesta en escena canarista no tuvo su continuidad. Pasando de la día a la noche en un momento, el equipo de Txus Vidorreta recibió un parcial de 34-9 que le dejó completamente KO (47-31) y ya sin capacidad de reacción pese a que por delante quedaban más de 20 minutos.

Ya sin la fluidez del inicio, y sin capacidad para frenar el juego vertical, ni minimizar el acierto desde el perímetro (14 triples) de los locales, el Canarias fue casi un juguete en manos de su rival. Un adversario que también explotó su mayor rotación ante un conjunto, el aurinegro, que pagó cara su escasa rotación por culpa del virus estomacal que lo ha golpeado la última semana. Shermadini jugó, pero casi de forma testimonial. Ejemplo que explica el por qué los hombres de banquillo del Lenovo apenas aportaron 19 puntos frente a los 47 de los locales.

Doornekamp y Salin, cada uno con 13 puntos, fieron los máximos anotadores del Canarias, que volvió a ver como sus bases estuvieron ahogados durante bastantes tramos del encuentro. Con Fitipaldo en cero puntos, Huertas sí escapó de la quema con 12 tantos, cuatro rebotes y otras tantas asistencias para 18 de valoración.

Al contrario de lo que ocurrió el domingo, la puesta en escena del conjunto lagunero fue mucho más reconocible respecto a sus habituales señas de identidad. Los laguneros estuvieron fluidos, inteligentes y pacientes en la circulación del balón, lo que les permitió encontrar situaciones de tiro desde el perímetro, acertando Salin (dos) y Doornekamp para el 5-9.

A esa puntería desde el 6,75 el Lenovo añadió la combinación, en ambos sentidos, entre Bolmaro y Guerra para un 9-15 después de acertar en seis de sus siete primeros lanzamientos. Además, atrás -y pese a los problemas iniciales de Huertas con Brizuela- la aplicación canarista fue brutal, con Salin incomodando a Perry, si bien el finés tuvo que pagar el peaje de dos faltas. Además, los tinerfeños estaban logrando que su rival no corriera ni una sola vez.

Con la actividad interior de Guerra y la de Abromaitis en dos segundas opciones, el Canarias aumentó su renta hasta el 13-22. Ocho minutos casi perfectos que empezaron a empañarse con varios errores en el tiro cuando el cuadro lagunero tuvo en su mano amagar con romper el partido. La intensidad atrás de Diagne fue clave, al menos, para que el Unicaja no redujera lo más mínimo antes del final del primer acto.

Pero esa contención dejó de ser tal en el arranque del segundo acto, ya que el Lenovo fue castigado desde el 6,75, también a la carrera e igualmente después de rebote ofensivo. Vidorreta trató de cambiar la dinámica haciendo tres cambios de golpe tras apenas 1'14”. Con golpetazo de por medio a Huertas, el Canarias siguió negado en ataque y ya en bonus con más de siete minutos y medio hasta el descanso. Con los triples de Carter y Kalinoski, el parcial en contra de los isleños fue de 14-1 (27-23).

Hasta el triple sobre los 24 de posesión de Doornerkamp, estuvo casi seis minutos sin anotar en juego y pese a que Bolmaro, contra tabla, también sumó desde el arco (31-29), el Unicaja ya estaba lanzado. Aprovechó los malos lanzamientos del Canarias el cuadro andaluz para correr (siete puntos a la contra) y ser más vertical que nunca. Una defensa cada vez más física y agresiva, en un cuestionado listón permitido por los colegiados, estaba ahogando a los aurinegros.

Con Shermadini siendo un mero espectador en los tres minutos que estuvo en cancha, Bolmaro excesivamente fallón y Fernández en una versión desconocida, el equipo lagunero comenzó a desquiciarse. También Vidorreta, castigado con técnica en medio de una caída sin freno y que provocó otro parcial de 16-2 (para una global de 34-9) que dejó el marcador en un crítico 47-31.

Salin rompió la sequía con un triple y Huertas pareció confirmar la recuperación con un robo y canasta (47-36), pero lejos de minimizar daños, el Canarias volvió a las andadas antes del descanso. Erró libres, regaló rebotes (14 a 3 en el segundo cuarto para los locales) y, sobre todo, mando a su rival en demasiadas ocasiones al 4,60: 12/16 en tiros libres. Con 5/16 en tiros en esos diez minutos (incluyendo una corbata al triple final de Salin) frente al 10/13 de su oponente y una valoración que solo en ese periodo fue de un devastador 56 a -2, los laguneros debían remontar 14 puntos (50-36) en la segunda mitad para no decir adiós a su temporada.

Obligado a frenar la sangría, el Canarias, en cambio, hizo más grande su herida, recibiendo 11 puntos en los cinco primeros ataques de su rival, de los que nueve llegaron desde el 6,75 (59-41). Trató de meterse el Lenovo en un intercambio de golpes (61-45), pero la efectividad local siguió siendo tremenda con 6/7 en lanzamientos, algunos de ellos tras colapsar el ataque aurinegro y correr (66-45).

Lo trató de frenar Vidorreta, pero a la vuelta un claro pie de Sima no fue señalado por los colegiados y la acción derivó en mate a Djedovic y técnica a Bolmaro para el 69-46. Pese a que por delante quedaban más de 14 minutos, el Lenovo estaba poniéndole carpetazo a su ejercicio. Aún así, el cuadro lagunero tiró de arrestos para no terminar de salirse del duelo y llegó a situarse a 17 (74-57), pero entre que Diagne y Fernández se estorbaron en un rebote y el propio madrileño no se percató de que el tiempo se consumía, los laguneros afrontaban el periodo final ante un imposible (76-57).

Sin nada que perder, el Canarias ofreció buenos minutos (76-61), pero cada vez que pudo generar dudas en el bando cajista, no estuvo nada atinado, como el tiro errado por Guerra para el -13 (81-66). El Unicaja no perdonó y entre los triples y sus contras dio la puntilla (86-66) antes de unos minutos finales en los que no hubo mayor historia. Duro y cruel correctivo para el cuadro lagunero, que, ya con poca gasolina y afectado en el peor momento por un virus que terminó de vaciar su tanque energético, se despide del ejercicio 22/23 antes de lo deseado. Toca pensar en la siguiente campaña, la duodécima seguida de los canaristas en la élite.