Golpe sobre la mesa del Lenovo Tenerife a solo cinco días de la Copa del Rey. En unos 16 minutos finales soberbios (después de estar con un 36-27 en contra), el cuadro lagunero se impuso a un rival más que directo, el Joventut (58-74), al que además le recuperó el average particular. Y lo hizo gracias a la aportación sublime de un Huertas que tiró de experiencia y calidad para liderar la reacción de los canaristas pese a su mal día en el tiro de tres: 7/25.
El paulista acabó con 22 puntos, cinco rebotes, seis asistencias y dos robos para 29 de valoración para tumbar a un rival que terminó totalmente doblegado ante la inercia positiva de los laguneros, que mandan un mensaje directo al que será su oponente de cuartos este próximo jueves. Un recado en el que también tuvieron mucho que ver Gio Shermadini, autor de 20 tantos y nueve rebotes (27 de valoración) y Joan Sastre, que aportó otros 15 puntos.
Dio la sensación el Lenovo de no entrar en partido lo suficientemente metido, siendo blando en su pintura, sobre todo permitiendo penetraciones y concediendo segundas opciones (4-0). Con Vives extremadamente fuerte sobre Huertas, el cuadro isleño se encomendó a los balones que logró meter en la pintura a Shermadini, que también se buscó la vida con rebotes ofensivos (4-6).
Ya algo más liberado, el Canarias logró solventar la presión (2x1) sobre su base, que además le sacó la segunda falta a Vives; y además se hizo grande en el rebote, el de su aro (con Shermadini muy sólido) e en el ajeno. Así, los aurinegros llegaron a estar cuatro arriba (6-10). Sin embargo, con las rotaciones, el equipo lagunero volvió a sufrir, toda vez que ni Huertas logró zafarse del físico de Ventura, ni Todorovic pudo con la intensidad de Paul.
Así, el Lenovo empezó a perder balones (seis en el primer cuarto) tratando de meter el balón en la zona o en medio de muchas manos, regalos que aprovechó la Penya para correr (10-10). Sobrevivieron los laguneros gracias a su esfuerzo para cerrar el rebote y en su producción en el tiro libre (13-13) dentro de un partido a posesiones muy largas en los dos lados de la pista. Con Guerra incapaz de doblegar dentro a Birgander, añadiendo alguna pérdida más a su debe y sin aportación alguna desde el perímetro (0/4), el Canarias acabó por debajo un primer cuarto muy raquítico en lo puntuativo (15-13).
Cambió la inercia en el arranque del segundo acto, toda vez que el cuadro de Vidorreta empezó a producir desde el 6,75. Lo hizo de entrada con Doornekamp y un poco más tarde gracias al acierto de Fitipaldo tras una buena circulación (19-22). Con notables acciones defensivas, el Lenovo no logró, sin embargo, una gran continuidad ni el equilibrio necesario, recibiendo alguna canasta al filo del reloj de 24 y también tras una contra por su empeño de pasar el balón, en inversiones, por donde más manos rivales había. Un triple de Ribas en un despiste en saque de fondo culminó un parcial de 7-0 en favor de los locales (26-22, 17').
Aún así, entre un triple de Wiltjer y una canasta marca de la casa de Huertas, el Lenovo volvió a tomar la delantera en medio de un juego que mantuvo la tendencia de pocos puntos (26-27, 18'). En medio del sacrificio para producir en ataque, Vidorreta se la jugó colocando a Sulejmanovic sobre Tomic, con el bosnio firmando un más que aceptable trabajo en anticipación y movilidad.
Sin embargo, el interior canarista se cargó muy pronto (en menos de cuatro minutos acumulaba otras tantas cuatro faltas, la última de ellas por culpa de una técnica al protestar la tercera), a lo que se unió otro momento de colapso exterior de los aurinegros, que tras el 3/4 inicial en el periodo, acumularon siete errores seguidos desde más allá del 6,75 para un total de 4/15. Desajustes que derivaron al 29-27 del descanso, con el castigo extra de un técnica a Vidorreta camino de vestuarios.
La tendencia negativa extendió en el comienzo de la segunda mitad, con Tomic haciendo mucho daño con sus movimientos en la pintura y capitalizando un parcial que llegó a ser de 10-0 para el 36-27. Un mundo en un duelo con tanteador tan bajo. Dentro de su negación particular, el Lenovo erró sus primeros siete lanzamientos a la vuelta de vestuarios (cuatro de dos y tres triples).
La sequía la rompió Shermadini con un libre, pero sobre todo con la aparición de Huertas, que savcó galones con un triple, un 2+1, algún que otro rebote ofensivo y dos asistencias para el propio Gio. La reacción la terminó de confirmar el propio georgiano con un robo en línea de pase para correr él solo y machacar. Cuando peor lo pasaba, el Canarias sacó garra para responder con un 0-12 para el 36-39.
Ya lanzado, los de Vidorreta desperdiciaron dos ocasiones para aumentar su renta, pero sí supieron aguantar la embestida de una Penya (con dos cincos en pista). Lo hizo alargando el gran momento del director de juego brasileño, capitán general en sendas buenas circulaciones que acabaron con un triple de Sastre y otro de Wiltjer (41-49, 30').
No paró el Lenovo ya dentro del cuarto acto, con un Huertas en trance, que asistió a Sastre para una puerta atrás y también se fue hasta tres veces hacia dentro superando a cualquiera de sus pares. En medio de otra de sus particulares masterclass, y pese a la superioridad de Tomic en el otro aro (45-53), la impronta del paulista le valió a los de Vidorreta para no solo mantener a buen recaudo su renta, sino incluso a aumentarla de forma paulatina.
No se conformó Huertas con su explosión, sino que añadió a su hoja de servicios una canasta más y un par de recuperaciones de mérito para que la diferencia de los laguneros tocara techo en el 47-62 con poco menos de cinco minutos por jugar. Amagó el Joventut (52-62 tras triple de Bassas), pero con Sastre de base, varias buenas aplicaciones defensivas, y a pesar de desperdiciar más tiros libres de los habituales, el Canarias le dio otro impulso a su buen hacer (52-68, 38').
Con la victoria ya casi amarrada, el Lenovo se preocupó de cuidar un average (-7 en la primera vuelta), una labor en la que apenas tuvo que emplearse (54-74) ante un rival ya roto en todos los sentidos. Reacción de campeonato para un triunfo incontestable y que refuerza de moral a los aurinegros de cara a su duelo de dentro de cinco días en la Copa del Rey.
