Bruno Fitipaldo lleva toda su vida “corriendo de atrás”, lo que en su Uruguay natal significa ir de tapado y triunfar, dar la sorpresa en una competición en la que nadie apostaba por ti. Un modo de afrontar la realidad que le ha llevado a desafiar de forma constante a los gigantes.

Cambio de deporte.

La primera fiesta a la que Fitipaldo se apuntó sin invitación fue a la del baloncesto. En un país en el que “el fútbol lo es todo” tanto en la práctica deportiva como en el día a día de la gente, él eligió la canasta. “Iba a un club en el que se hacían muchos deportes, jugué al fútbol hasta los 12 años que abrieron la escuela de básquet, lo probé, me encantó y quise quedarme”, ha contado el base, que cree que la pasión por este deporte “la tenía adentro” porque su padre Juan Javier Fitipaldo también fue profesional en Uruguay.

La altura como hándicap.

Con su 1,83 metros y su talento para el fútbol, que se le daba mejor que el baloncesto, cualquiera pensaría que se descarriló pero él nunca tuvo dudas sobre su elección, en la que el trabajo ha suplido unas condiciones físicas no muy favorables. “Por eso soy base, me las tuve que arreglar de otra manera”, y esas maneras han sido su inteligencia, su visión de juego, su velocidad y por supuesto, su carácter competitivo que es reflejo de su origen. “Al ser un país tan chiquito rodeado de potencias deportivas y económicas, como Brasil o Argentina, estamos acostumbrados a no ser los favoritos y robarle el premio a los más grandes, creo que ya nos sentimos más cómodos en esa postura”, añade.

Disversas estaciones.

Fitipaldo se formó como jugador en el Club Malvín de Montevideo, donde estuvo hasta los 23 años, cuando fichó por el Obras Basket de Argentina. A los 25 llegó a Europa, al Orlandina Basket (2016) italiano, al año siguiente debutó en Euroliga con el Galatasaray turco (2017) y regresó a la Lega para cerrar una buena temporada en el Avellino, lo que le sirvió de escaparate para llegar a España. En 2018 firmó por el Burgos, donde promedió cerca de 8 puntos, 4 asistencias y 8 créditos de valoración en dos temporadas. Su hito, eliminar al Real Madrid en los cuartos de final de la fase excepcional de la pasada Liga Endesa (87-83). “Nos metimos donde no nos llamaban”, reconoce.

Jugar con Marce es fácil.

El Lenovo Tenerife llamó a su puerta tras esa gran fase final y el base llegó este verano a la isla para complementarse con uno de los mejores bases de la última década en Europa, Marcelinho Huertas. “Jugar con Marce es fácil, ve cosas que nadie ve, tiene mucha experiencia y me ayuda mucho a jugar, creo que nos complementamos bien”, ha mencionado Fitipaldo que también admite que “por la posición y la cercanía de Brasil y Uruguay”, Huertas siempre ha sido un referente. “Tenerle enfrente cada día es lo mejor que me podría haber pasado”, ha señalado, pues se enfrenta al brasileño en cada sesión y esto es algo que le obliga a dar el máximo.

Carácter y creatividad.

El baloncesto latinoaméricano es siempre reconocido por ser menos táctico que el español y sin embargo dos bases del continente dirigen el juego de uno de los equipos más ordenados y que mejor baloncesto está desplegando en esta Liga Endesa. Prueba de ello es su cuarto puesto en ACB y el balance 15-7. “La mayoría de latinoamericanos que estamos en España ocupamos el puesto de base; creo que hay muchos jugadores buenos, mucho potencial, si sales pronto a Europa para completar tu juego, puedes combinarlo con el carácter y la creatividad” que Huertas trajo de Brasil pero que otros como Campazzo o Laprovittola también metieron en la maleta.

El estilo de Vidorreta.

La pareja Huertas-Shermadini atrajo toda la atención el año pasado por sus estelares actuaciones gracias a la eficacia del juego de bloqueo directo entre ambos, un elemento esencial en la propuesta de Txus Vidorreta con el que Fitipaldo también se siente muy cómodo. “A partir del pick and roll generamos para todo el equipo, eso permite que el base tenga el balón mucho tiempo y te ayude a ser protagonista”, admite, pero también siendo consciente de que los equipos “se van ajustando en defensa a estas situaciones” y que por tanto hay que buscar variantes para seguir creando peligro.

Rascados con la Copa.

La pasada semana el uno aurinegro hizo su primera aparición en la Copa del Rey. Fue el mejor valorado (19) del Lenovo Tenerife en el encuentro de cuartos frente al Burgos y brilló en la primera parte del choque ante el Real Madrid, que finalmente se llevaron los blancos. “En el momento nos quedamos mal, con la sensación de que podíamos haber ganado, en situaciones clave del partido como el final del segundo cuarto, nos frenamos y no conseguimos anotar”.

El camino correcto.

Una semana después de ese trago amargo, el grupo lo ha analizado y la conclusión es que se cumplió con un buen papel y que el cuadro canarista cada día está más cerca de competir contra el Barça y el Madrid. “Vamos a intentar llegar a ese lugar, lo estamos demostrando, todavía no les hemos ganado pero estamos en el camino, ellos tienen más margen, más jugadores y más experiencia en esa clase de partidos pero lo vamos a intentar desde el trabajo”, ha subrayado.

Estará en el Preolímpico

Esta semana de ventanas FIBA, Fitipaldo echa de menos acompañar a la selección de Uruguay de la que es el capitán, pero la situación mundial causada por la pandemia le ha impedido acompañar a La Celeste en Cali (Colombia) en la clasificación para el campeonato FIBA Américas. “Desde hace diez años voy a todos los torneos, esta vez decidimos que lo mejor era no ir pero voy a estar en el clasificatorio para los Juegos Olímpicos en Canadá, será muy complicado pero hasta que no estemos fuera en Uruguay siempre vamos a intentarlo”, ha insistido. En caso de salir airoso en ese Preolímpico, el verano -con la disputa de los Juegos de Tokio- podría resultar bastante ajetreado para Bruno antes de regresar a la Isla. Y es que Fitipaldo tiene contrato en el Lenovo Tenerife hasta el final del curso 21/22. El uruguayo siente que tanto por parte del club y de la ciudad el trato “ha sido increíble” y que llegó a extrañarse al comienzo de la temporada “porque la adaptación fue muy rápida y a veces lleva un poco más de tiempo”.