Fuera dudas. Tras haber encajado dos derrotas seguidas, el Iberostar Tenerife se ha desquitado esta noche con una contundente victoria en su visita al Herbalife Gran Canaria (87-108). Tras llegar al descanso solo dos arriba (51-53) y en medio de una hemorragia ofensiva por parte de ambos conjuntos, el cuadro canarista elevó sus prestaciones defensivas en el tercer cuarto para poner tierra de por medio y dejar KO a su rival gracias a un parcial que llegó a ser de 14-30 (67-85). 

Agarrado a su acierto exterior, catapultado por la mejor versión de Butterfield (21 puntos, cuatro rebotes y cinco robos para 27 de valoración) el Canarias puso tierra de por medio en un encuentro donde resultó vital la aportación de los dos interiores suplentes. Y es que entre Fran Guerra y Emir Sulejmanovic se fueron hasta 37 puntos y 44 créditos de valoración. Aportación desequilibrante para que los de Txus Vidorreta arranquen la segunda vuelta sumando su decimoquinta victoria en 19 encuentros.    

Acierto pleno del Iberostar en el arranque gracias a un ataque fluido bien para que finalizara Shermadini debajo del aro o para castigar desde el perímetro al anotar sus tres primeros triples, dos de Salin y uno de Cavanaugh (8-13). Sin embargo, atrás al cuadro lagunero le faltaron piernas para ser más duros en el uno contra uno, lo que aprovechó el Granca para ser muy vertical hacia el aro (penetraciones de Albicy, Dimsa, Shurna y Okoye) mantenerse así en el encuentro.

Con los equipos ya desatados -tal y como estaba previsto- en la parcela ofensiva, el Iberostar vio como su rival se entonó desde fuera y con cuatro triples consecutivos salió airoso del intercambio de golpes. Un parcial de 12-0 que llevó al Canarias a tener 22 puntos encajados en solo siete minutos (22-15). Prefirió no pararlo Vidorreta sino recurrir a alguna que otra rotación, como la de Butterfield, que recuperó la producción para el bando canarista con un triple, una puerta atrás (22-20) y otra canasta tras rebite ofensivo sobre la bocina. Aún así el Granca mantuvo su estado de gracia desde el 6,75 (5/6) a lo que añadió un notable acierto también cerca del aro (5/8) para acabar en franquicia el primer acto antes de arrancar el segundo con dos puntos de AJ Slaughter (24-29).

Fue la segunda unidad la que sacó del atolladero a los canaristas. Con Guerra posteando sin arrugarse lo más mínimo, Sulejmanovic anotando desde su esquina y también ganando el uno contra uno debajo del aro, y con Rodríguez fajándose en el rebite ofensivo (2+1), los laguneros firmaron un parcial de 0-10 que les devolvió la delantera (29-34). Algunos momentos de notable intensidad en líneas de pase, una más que aceptable multiplicación para cerrar el rebote (solo una captura ofensiva del Granca en toda la primera mitad), y una pausada circulación en busca del extra pass al borde de la posesión de 24 dispararon a los tinerfeños hasta el 30-39 (15').

Pese a que Guerra volvió a cubrir con nota (11 puntos sin fallo al descanso) la obligada ausencia de un Shermadini que se puso en dos faltas muy pronto, el conjunto claretiano volvió a entonarse desde el arco liderados por un imparable Sean Kilpatrick, acertadísimo en el tiro de tres, pero también algo más cómodo de lo debido para armar sus lanzamientos. Con el alero norteamericano yéndose a los 20 puntos (más dos asistencias), y ayudándose de algunas contras (una de ellas saldada con una más que rigurosa antideportiva a Salin) los locales fueron recortando poco a poco su desventaja para llegar incluso a equilibrar el electrónico a 51. 

Torbellino ofensivo, el de los locales (20 puntos en cinco minutos) ante el que no se arrugó el Iberostar, que pudo irse al tiempo de intermedio en franquicia (53-55). Tanteador elevado sin que ninguno de los dos equipos lograra frenar la sangría del rival. El 15/20 en tiros de dos, 6/12 en triples y 7/7 en libres del Iberostar; y el 11/17, 8/11 y 7/7 del Granca lo decían todo.

Incidió en el vestuario Vidorreta en su petición de apretar los dientes para tratar de marcar diferencias. Dicho y hecho porque los aurinegros volvieron a pista con sangre en los ojos. Intensos en el uno contra uno y veloces para morder en línea de pase, para además recobrar la puntería exterior del inicio con los triples de Butterfield y Cavanaugh (55-63). El Granca se mantuvo con vida gracias a los rebotes ofensivos (cuatro puntos seguidos para el 57-63).

Con Butterfield -en la posición de alero- como punta de lanza para salir a la carrera y en labores de ejecutor cuando de mirar al aro se trató (12 puntos en el tercer cuarto), el Iberostar se marchó en el marcador. Ni el tiempo muerto de Fisac (57-68 tras 2'42” de juego) frenó a los laguneros, que supieron sufrir para minimizar daños en el rebote, siguieron mordiendo en cada metro de la pista (71-86 tras robo en zona contraria de Fitipaldo), no se inmutaron con dos mates seguidos del Granca, y además pusieron una marcha más con el regreso a la cancha de Shermadini (65-81 tras cinco puntos seguidos del georgiano).

El Canarias abrió diferencias gracias a su segunda unidad y terminó de dinamitarlo con la versatilidad de Sulejmanovic y la contundencia de Guerra (67-85, 30'). El Granca lo intentó con una presión que derivó en zona. Salieron los aurinegros de la primera trampa y jugaron a placer en una segunda defensa cargadas de desajustes en la que Emir se gustó con varios mates y Fran con su enésimo posteo (76-95, 35'). Recogió el Iberostar los frutos de lo que tanto demandó su técnico en la previa, un esfuerzo defensivo extra. Sacrificio de apenas unos minutos, pero más suficiente cuando los aurinegros supieron mantenerse, al menos mientras hubo partido, en números ofensivos similares a los de la primera mitad. 

Luego, con el choque ya sin apenas trascendencia, sacó lustre a su tiro exterior para acabar con un 12/23 desde el 6,75. Como en sus tres derbis anteriores el Canarias asaltó el Gran Canaria Arena. Esta vez, sin público, pero con un significado especial: demostrarse a sí mismo que sus dos derrotas previas no han derivado en crisis alguna.