Sus primeras actuaciones fueron discretas. Como si le tocara dar continuidad a la maldición que marcó a los ala pívots canaristas el pasado curso. Sin embargo, Cavanaugh ya le ha cogido el tranquillo a la ACB y está siendo clave en estos últimos partidos.

¿Qué balance realiza de estos casi cuatro meses que lleva en la Isla?

Está siendo una temporada genial. Mi mujer y yo estamos realmente encantados de vivir aquí, y en la isla el tiempo es hermoso. Y obviamente el baloncesto que está haciendo el equipo también es genial; estamos jugando muy bien. Yo he tenido altibajos, tratando de aprender los sistemas del entrenador y averiguando cómo quiere que juegue y cuál debe ser mi rol en el equipo. Ha sido un proceso lento, pero creo que estoy empezando a aprender cada vez más. Espero seguir desempeñando mi papel y continuar haciendo lo que se quiere de mí para poder estar en pista muchos minutos.

Ha jugado para técnicos españoles en estas dos últimas temporadas. ¿Es similar el baloncesto que practica Txus Vidorreta con el que hacía Aíto García Reneses?

No. Tiene algunas cosas similares, pero sobre todo muchas diferentes. Aíto es un entrenador muy único, en especial por la forma de entender los conceptos defensivos; y ahí es muy diferente con lo que hace Txus aquí. Sí es verdad que observo algunas similitudes entre los entrenadores españoles pero en su mayor parte son muy diferentes.

Pero sí da la sensación de que es necesario ser inteligente jugar para ambos...

Sí, sí. Para entender su baloncesto debes un jugador inteligente. Saber leer cada situación del juego, cuando correr, cuando tirar... Eso sí es algo que es parecido entre ambos entrenadores.

Viene de ganar dos títulos, Liga y Copa, en Alemania con el Alba Berlín. ¿Ha llegado aquí con expectativas parecidas?

Después de haber jugado 12 partidos en el ACB estoy empezando a entender lo complicada que es esta liga. Su nivel es mucho más alto que el de la Bundesliga, y aunque eso no le quita méritos a esa gran temporada que hicimos en el Alba Berlín logrando esos dos títulos, obviamente en la ACB es más difícil ganar. Pero precisamente ese debe ser nuestro objetivo como equipo, continuar mejorando cada día para tratar de ganar. Esperemos que podamos lograr un título a final de temporada y, si no, pues alcanzar esa evolución para acabar en la mejor posición posible.

Su inicio no fue bueno. Sabiendo que en España solo puede haber dos extracomunitarios y no seis como en Alemania, ¿temió en algún momento que pudiera ser cortado?

No. Es cierto que pasé un tiempo de aprendizaje, pero siempre he hablado con el entrenador. Hemos mantenido muchas conversaciones y él siempre ha sido muy sincero y claro conmigo al decirme lo que quería de mí, tanto en el lado defensivo como en el ofensivo. Ahora creo que estoy empezando a tener claro exactamente lo que quiere de mí para poder ganar su confianza. Hacerlo en ciertas situaciones del juego ha sido claves para que tenga más minutos y pueda ayudar más al equipo.

En esos inicios, ¿sufrió más en la faceta defensiva o consigo mismo viendo que no le salían las cosas en ataque?

En defensa, seguro. Tuve algunos problemas defensivos en los primeros encuentros porque no terminaba de entender la manera en la que Txus quería que defendiera. Sobre todo ocurrió con Benzing, en el partido contra el Zaragoza en la BCL. Luché, pero ese encuentro murió temprano para mí. Fue como un punto de inflexión. Tenía que conocer unas reglas y unos sistemas que eran nuevos para mí. Como dije antes la forma de defender de Aíto no es la misma que la de Txus, pero después de aquello él habló conmigo y lo único que me dijo es que continuara mejorando en la faceta defensiva. Creo que lo he estado haciendo, aunque quiero seguir creciendo.

Da la sensación de que esta situación de arrancar poco a poco ya la vivió en Alemania, e incluso en alguno de sus años universitarios. ¿Se le puede definir a usted como un jugador diésel?

El baloncesto que se juega en Europa es completamente diferente al de Estados Unidos. Eso hizo que mi adaptación fuera difícil la temporada pasada. Me llevó algún tiempo acoplarme, aunque luego tuve unos juegos bastante buenos antes de mi lesión en Berlín. Creo que adaptarse a un nuevo entrenador y a un nuevo sistema cada año es un desafío para cada jugador. Aún así, confió mucho en mis habilidades y sé que lo que debo hacer es terminar de descubrir los sistemas y comprender lo que el entrenador quiere de mí cada temporada.

¿Está más cómodo como cuatro o como cinco?

Como ala pívot. Creo que puedo jugar en ambas posiciones, y es cierto que cuando estoy en el cinco puedo generar bastantes ventajas, sobre todo saliendo fuera de la zona, pero me siento más cómodo como cuatro.

Es capaz de rebotear, ser rápido en las anticipaciones, correr, tirar de fuera... Pero lo que más me ha llamado la atención de usted es la naturalidad con la que puede acabar con las dos manos cerca de canasta...

Sí, siempre me he sentido orgulloso de ello, ya que desde que era un niño muy pequeño he trabajado tanto con mi mano derecha como con la izquierda. Y eso es algo que debo agradecerle a mi padre. Obviamente poder terminar una jugada cerca del aro con ambas manos es muy importante, y creo que es algo en lo que soy bastante bueno. Pero también tengo claro que quiero seguir mejorando cada día, y pienso que aquí lo puedo hacer teniendo delante a jugadores grandes como Gio, Fran y Sule.

¿Es consciente de que llegaba a un equipo en el que la sombra de Tim Abromaitis y Luke Sikma era muy alargada, más aún tras una temporada en la que la posición de cuatro pareció estar gafada?

Sí. Cuando estábamos pensando en venir aquí, mi agente y yo nos pusimos a mirar el roster de la temporada pasada. Sé que Aaron White llegó en diciembre o en enero después de que varios jugadores no pudieran triunfar en esa posición. Sé que Tim Abromaitis tuvo mucho éxito aquí en el pasado, y por supuesto mi antiguo compañero de equipo Luke jugó aquí también con un gran resultado. Sé que el puesto de ala pívot es muy importante para los sistemas de los entrenadores en Europa, y en especial para este equipo. Mi adaptación, como dije, quizá fue algo lenta en el inicio, pero creo que he mejorado y quiero seguir haciéndolo día a día.

Usted que ha jugado una temporada con él, ¿es realmente Luke Sikma tan inteligente como parece?

Sí. Luke tiene un gran IQ [coeficiente de inteligencia] como jugador de baloncesto. Aunque obviamente somos diferentes en muchas cosas, también tenemos algunas similitudes y tuve la posibilidad de aprender y captar cosas de su juego. Él es un muy buen pasador, quizá uno de los mejores con los que he jugado. Estar cerca de él durante un año fue beneficioso para mi juego.

Y usted, ¿qué cree que necesita mejorar todavía este año?

En todo. Me gustaría tener un porcentaje más alto en el tiro de tres; sé que es uno de mis fuertes, pero quiero ser más constante. Pero también ser más sólido en defensa, tanto cerca como lejos del aro, mostrando mis habilidades como asistente, ser un compañero más cuando haga falta, o un líder cuando sea necesario.

“La NBA siempre es un sueño para todos los que jugamos fuera”

¿Regresar a la NBA sigue estando en su mente o es un deseo imposible de cumplir?

Cada jugador de baloncesto alrededor del mundo sueña con jugar en la NBA. Yo tuve la suerte de poder hacerlo un par de temporadas, tanto en la NBA como en la G League; y obviamente sigue siendo un objetivo para mí. Pero estas últimas temporadas realmente he aprendido cómo es el baloncesto en Europa, y cómo un estadounidense puede hacer una gran carrera jugando aquí. Pero sí, seguro que sigue siendo es un sueño.

¿Con una gran temporada en Europa le podría valer para volver?

No estoy seguro si necesitaría una temporada, o dos, o tres. Esto es un negocio loco. Cada verano mi agente y yo reevaluamos la situación, y si se dan las circunstancias, me plantearía volver. Para hacerlo se necesita una gran oportunidad y algo de suerte.