A arreones también le vale a este Iberostar Tenerife para seguir sumando. El conjunto lagunero se apuntó ayer su octava victoria del curso al doblegar al BAXI Manresa tras un encuentro en el que los tinerfeños supieron saber sufrir cuando ciertas intermitencias en su juego le dieron alas a los locales. El equipo isleño firmó un arranque sin fisuras, ni en defensa ni en ataque, lo que le permitió gozar de una renta de hasta 14 puntos (10-24). Sin embargo, los locales aprovecharon esa inconsistencia por momentos de los de Vidorreta para meterse en el encuentro (44-44). En la segunda mitad, sin estar del todo cómodos, los aurinegros firmaron otros dos momentos destacados, el primero para coger aire (59-65) y el segundo y definitivo (73-82 tras parcial de 4-17) para sentenciar a su favor.

Entre Fitipaldo y Shermadini se bastaron para poner en franquicia a los isleños en un buen y equilibrado arranque. El base anotó y repartió juego al georgiano, que a modo de agradecimiento también asistió dos veces al uruguayo para el 6-17 tras poco más de cuatro minutos de juego. Pese a dejar patente muy pronto en algunas ocasiones sus dos mayores pecados (pérdidas y rebotes defensivos dejados por el camino), el acierto desde el 6,75 (triples de Salin y Doornekamp), y sobre todo una gran actividad defensiva en línea de pase (seis recuperaciones para producir 12 puntos a la contra) permitieron a los de Vidorreta dispararse hasta un 10-24.

Poco más que pedir a la puesta en escena del cuadro lagunero, que aún así sufrió la reacción local desde el 6,75 y también con la actividad de los pívots manresanos, que se aprovecharon de la endeblez de la segunda unidad interior canarista (23-28). Con Eatherton haciendo mucho daño en la pintura, el Canarias trató de resguardar su renta (29-35, 12’) agarrado a su acierto desde el perímetro (5/6 tras los triples de Huertas y Butterfield).

Sin embargo, el Iberostar se sumió por momentos en un juego deslavazado y carente de ideas delante, y sin capacidad para correr lo suficiente hacia atrás para evitar las rápidas transiciones de los locales. Con el añadido de algunos despistes bajo el aro y otros en saque de fondo, el conjunto de Vidorreta encajó un parcial de 25-11 que llevó la igualdad al marcador (35-35, 25’).

La vuelta a pista del dúo Fitipaldo-Shermadini el conjunto insular recuperó un poco de equilibrio, básicamente porque volvió a ser algo más intenso atrás (un total de cuatro robos de Bruno) y pudo correr (39-44). Si bien con Gio atado en corto y Doornekamp en tres faltas (solo pudo jugar nueve minutos hasta el intermedio), los laguneros no se acercaron, ni de lejos, a las prestaciones del arranque. Los altibajos de los isleños dejaron las tablas al término del segundo episodio (44-44).

Mantuvo la irregularidad el cuadro tinerfeño a la vuelta de vestuarios, empeñado en cometer pérdidas de diverso registro, a la vez que no terminó de dar con Shermadini, básicamente porque Huertas sufría ante la marca de Tabu. Sin posibilidad de dar con sus compañeros en situaciones exteriores fue el propio Marce el que asumió, sin demasiado acierto, la responsabilidad desde el perímetro (57-53). Vidorreta recurrió ahí –para simultanear con sus dos bases– al comodín de Fitipaldo, con el que el Iberostar fue un poco más consistente atrás y fluido delante, básicamente porque el uruguayo conectó con los interiores o resolvió él mismo desde el arco para liderar un parcial de 2-12 y volver a tomar la delantera (59-65). Acelerón que quedó en agua de borrajas porque el equipo canarista bajó de nuevo, y en ocasiones a límites alarmantes, su intensidad defensiva, recibiendo un 7-0 que le dejaba por debajo antes del último acto (66-65).

Pese a un triple de Joesaar (69-65), el Canarias se agarró por enésima vez a sus dos bases, al oficio y versatilidad de Doornekamp, y a la mano de Salin (71-79, 34’), pero especialmente a otro pasaje de sacrificio defensivo, tanto en el cinco contra cinco como para evitar las rápidas transiciones que tanto le habían penalizado hasta el intermedio. Una implicación que a su vez le sirvió de colchón ante un par de errores en el tiro (75-82, 37’) antes de un final de choque en el que apenas se movió el marcador y en el que el conjunto lagunero certificó su octava victoria, otra más a domicilio, desde el 4,60 (80-88). Suma y sigue para un conjunto que certifica su recuperación tras su minibache de Barcelona y Cerdeña, y llega al derbi regional del domingo con las mejores sensaciones posibles.